Reservas: Vaca Muerta brilla en medio de un panorama complejo

Un informe privado revela que el crecimiento en las reservas no convencionales de Vaca Muerta es alentador, pero preocupa la caída de los convencionales.

Argentina atraviesa una fase crucial en la gestión de sus recursos energéticos. En un entorno de incertidumbre económica y con los ojos puestos en el futuro energético del país, la situación actual de las reservas de petróleo y gas presenta tanto oportunidades como desafíos.

El reciente informe «Estado de Reservas de Petróleo & Gas en Argentina 2023», elaborado por Oil Production Consulting, que dirige el ingeniero Marcelo Hirschfeldt, a partir de datos de la Secretaría de Energía de Nación, revela variaciones significativas en las reservas de hidrocarburos, un reflejo claro de las dinámicas y tensiones que atraviesa el sector.

Una mirada a la evolución de las reservas

Las cifras del informe son reveladoras: las reservas totales de petróleo en Argentina crecieron un modesto 2.5% en 2023, mientras que las reservas de gas registraron un aumento más pronunciado del 8.5% en comparación con el año anterior. Sin embargo, este aparente crecimiento encierra una tendencia preocupante.

Durante el período 2020-2021, las reservas de petróleo experimentaron un alza del 17.7%, pero esa cifra cayó abruptamente al 3.1% entre 2021 y 2022, señalando una desaceleración que no augura nada bueno para la producción futura.

Hirschfeldt, explica que «estamos frente a un escenario mixto. El crecimiento en las reservas no convencionales de Vaca Muerta es alentador, pero la caída en las reservas convencionales y el ritmo de incorporación de nuevas reservas debería ser motivo de preocupación». Y agregó que «si no aceleramos las inversiones y la adopción de tecnologías que mejoren la eficiencia, podríamos enfrentar serias limitaciones en nuestra capacidad productiva en un futuro no tan lejano».

Petróleo: entre lo convencional y lo no convencional

El informe detalla que las reservas de petróleo convencional continúan en picada, con una disminución anual del 8% desde 2018, lo que ha resultado en una caída acumulada del 40% en el período. En contraste, las reservas de petróleo no convencional han mostrado un crecimiento más modesto pero sostenido, con un incremento del 11.9% en el último año. Esta dualidad refleja la transición gradual pero inevitable hacia la explotación de recursos no convencionales, donde Vaca Muerta emerge como el protagonista indiscutible.

La Cuenca Neuquina, epicentro del desarrollo no convencional, alberga el 58.3% de las reservas totales de petróleo del país, mientras que la Cuenca del Golfo San Jorge, que en su momento fue vital para la producción nacional, concentra un 39.4%. Las cuencas Austral, Cuyana y Noroeste tienen participaciones marginales, pero aún significativas desde el punto de vista estratégico y regional.

En el ámbito del gas, la situación es igualmente compleja. Las reservas de gas convencional han caído en picada, acumulando una reducción del 80% desde 2017. Por otro lado, las reservas de gas no convencional han crecido un impresionante 125.3% desde ese mismo año, con una tasa promedio de crecimiento anual del 17.5% desde 2020. Esta disparidad se centra principalmente en la Cuenca Neuquina, que ahora representa el 75.4% de las reservas totales de gas, seguida de lejos por la Cuenca Austral con el 15.9%.

El reto de la concentración y la diversificación

La Cuenca Neuquina no solo es el corazón del desarrollo actual, sino también el pilar del futuro energético del país. Desde 2013, esta región ha visto un crecimiento del 254.3% en sus reservas de petróleo no convencional, consolidándose como la cuenca más relevante en términos de producción y exploración. Sin embargo, esta concentración de recursos plantea también desafíos significativos. «Dependemos mucho de una sola región y de un solo tipo de recurso,» comenta Hirschfeldt.

El convencional quiere volver a ser protagonista tras cinco años de declino de su producción.

El convencional quiere volver a ser protagonista tras cinco años de declino de su producción.

«Esto es un riesgo tanto geopolítico como económico. Necesitamos diversificar nuestras fuentes de producción para mantener la estabilidad del sector a largo plazo.»

El informe también subraya el declive de otras cuencas. Desde 2013, las reservas convencionales de petróleo han caído un 56% en la Cuenca Austral, un 86.4% en la Cuyana y un 60.8% en la Noroeste. Estas cifras no solo reflejan la madurez y agotamiento de estos yacimientos, sino también la necesidad urgente de rediseñar las estrategias de exploración y producción en el país.

Perspectivas y oportunidades en juego

La concentración de reservas en la Cuenca Neuquina implica tanto oportunidades como riesgos. «Estamos ante una ventana de oportunidad que no podemos darnos el lujo de dejar pasar,» advierte Hirschfeldt. «El desarrollo de infraestructura adecuada, la inversión en tecnología de extracción avanzada y una política energética coherente son clave para maximizar el valor de nuestras reservas y garantizar un crecimiento sostenible.»

En este contexto, Pan American Energy y YPF dominan el mercado petrolero, controlando el 36.9% y el 29.7% de las reservas, respectivamente. En cuanto al gas, Total Austral y Tecpetrol lideran con el 21.4% y el 20.7%.

«Vista es la tercera empresa con el 9 % de las reservas, el cual casi el 100 % son reservas no convencionales», dijo el consultor y agregó: «Es un paralelismo odioso, pero Vista hoy produce en Bajada del Palo, por ejemplo, 10000 m de petróleo con unos 140 pozos. Esa misma producción la produce aquí (cuenca San Jorge) Pan American Energy en Cerro de Dragón, con 200000 m cúbicos de agua. Es decir, la misma producción pero de 120 o 130 pozos contra 3000», añadió.

Para Hirschfeldt, «la colaboración estratégica entre estas grandes firmas y nuevas alianzas internacionales podría ser la clave para impulsar el sector hacia adelante.»

Una encrucijada histórica para Argentina

Argentina está en una encrucijada. Las decisiones que se tomen hoy definirán no solo el futuro energético del país, sino también su rol en un mundo cada vez más competitivo y globalizado. «Tenemos el potencial y las herramientas,» concluye Hirschfeldt, «pero necesitamos voluntad política, compromiso empresarial y una visión clara para aprovechar al máximo lo que tenemos. El reloj no se detiene, y el tiempo de actuar es ahora.»

En un momento donde cada recurso cuenta, es imperativo no solo mirar hacia Vaca Muerta, sino también entender que el éxito en el sector energético dependerá de un enfoque equilibrado, sostenible y diversificado

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