Tras la firma de un memorándum entre Argentina y Estados Unidos, se resalta al cobre como un recurso estratégico en la transición energética. San Juan busca consolidarse como un actor clave en el suministro global, aunque enfrenta desafíos en inversión que se deberían dar a partir del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones
Este lunes, la Canciller Diana Mondino recibió en el Palacio San Martín al Subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medioambiente del Departamento de Estado de Estados Unidos, José Fernández, para firmar un Memorándum de Entendimiento (MdE) sobre Cooperación en Minerales Críticos. Este acuerdo busca fortalecer la cooperación entre los participantes en relación con las cadenas de suministro de recursos minerales críticos, promoviendo el comercio y la inversión en actividades como la exploración, extracción, procesamiento, refinación, reciclaje y recuperación de estos recursos esenciales. Además, pretende aumentar la concientización sobre las oportunidades de inversión y explorar posibles oportunidades de cofinanciación para proyectos en el ámbito de los minerales críticos.
El MdE resalta la importancia del cobre, un mineral que es crucial para la transición hacia energías limpias y la descarbonización global, y que tiene un rol estratégico para países como Argentina. Según el especialista en temas mineros, Mario Capello, la necesidad de minerales críticos surge a partir del Acuerdo de París, que establece la meta de alcanzar emisiones neutras para 2050. «Las plantas consumen dióxido de carbono, por eso es importante mantener un balance», explica Capello, resaltando que la electromovilidad y las energías renovables son claves para este proceso, lo cual incrementa la demanda de minerales como el cobre, litio, níquel y cobalto.
Cobre: el desafío de la minería sustentable
El cobre se destaca como un mineral estratégico debido a su rol fundamental en la electrificación y la infraestructura de energías renovables. A diferencia del litio, cuya oferta es abundante, el cobre enfrenta desafíos significativos en términos de producción y sostenibilidad. La extracción de cobre requiere inversiones multimillonarias y el desarrollo de infraestructura minera que debe alinearse con estándares ambientales cada vez más estrictos. Capello señala que la minería del futuro será eléctrica y dependerá de energías renovables, aumentando aún más la demanda de cobre.
En Argentina, específicamente en San Juan, se identifican al menos ocho proyectos de cobre que podrían posicionar al país como un actor importante en el mercado global. Sin embargo, la competencia es intensa: países como Zambia planean incrementar su producción a 3 millones de toneladas de cobre fino para 2032, con el apoyo de gigantes mineros como Barrick y Río Tinto. Esto subraya la necesidad de que Argentina avance rápidamente con sus proyectos para no quedar rezagada en el mercado internacional.
San Juan y la oportunidad del cobre
San Juan, una provincia con una rica tradición minera, se perfila como una de las principales fuentes de cobre en Argentina. Proyectos como Pachón y Josemaría son vistos como claves para dinamizar la economía provincial y nacional. Según el ingeniero Marcelo Bellini, director del Instituto de Investigaciones Mineras de la Universidad Nacional de San Juan, el cobre es un mineral estratégico para el desarrollo económico y la independencia energética del país.
«Los montos de inversión en proyectos de cobre son muy superiores a los de litio, y el desarrollo de una mina puede llevar varios años de inversiones fuertes antes de comenzar la producción», comenta Bellini. Estos proyectos no solo generarán empleo directo e indirecto, sino también impulsarán la capacitación y el desarrollo de proveedores locales, contribuyendo al crecimiento económico regional.
El memorándum firmado entre Argentina y Estados Unidos no es casualidad. Ambos países buscan fortalecer sus cadenas de suministro de minerales críticos en un contexto de competencia global, especialmente con potencias como China, que consume casi la mitad del cobre mundial. Para Argentina, esta alianza representa una oportunidad para atraer inversiones y posicionarse como un proveedor confiable de cobre en el mercado global.
Retos y perspectivas para el futuro del cobre en Argentina
Si bien la demanda de cobre se proyecta en aumento, con estimaciones de crecimiento del 20 al 30% para 2030, Argentina enfrenta desafíos significativos para desarrollar plenamente su potencial en este sector. La competencia global, las demandas ambientales y la necesidad de infraestructura adecuada son algunos de los obstáculos que el país debe superar. Además, es crucial que Argentina ofrezca un marco regulatorio que incentive la inversión sin sacrificar los estándares de sostenibilidad.
Capello advierte que no se trata solo de tener recursos, sino de saber gestionarlos estratégicamente. «Podríamos entrar con 1,3 millones de toneladas de cobre fino al año, pero no somos los únicos. Hay que actuar con inteligencia para que estos proyectos no solo sean rentables, sino también sostenibles en el largo plazo», puntualiza.
En este sentido, Argentina tiene la oportunidad única de utilizar su riqueza mineral para impulsar su desarrollo económico y contribuir a la transición energética global. La clave estará en equilibrar la explotación de estos recursos con políticas ambientales robustas y una visión estratégica a largo plazo que posicione al país como un líder en la producción de minerales críticos y estratégicos