En términos generales, esta iniciativa presenta beneficios impositivos, aduaneros y cambiarios para fomentar la llegada de desembolsos al país. Este régimen otorga a las compañías que inviertan más de US$200 millones en el país la garantía de estabilidad fiscal durante 30 años.
Una de las primeras entusiasmadas con este régimen es la petrolera YPF, que incluye entre sus anuncios Argentina LNG, su principal proyecto para producir gas en el país y poder exportarlo. Se trata de una obra que, según fuentes de la empresa, demandará US$50.000 millones (US$30.000 millones en infraestructura y US$20.000 millones para el desarrollo de los proyectos de gas). “Si bien no está tomada la decisión final de inversión, el RIGI era una condición para seguir avanzando en la factibilidad”, remarcaron desde la compañía.
No es el único proyecto de inversión de YPF, ya que también podría presentar en el RIGI el de la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur, que permitirá aumentar significativamente las exportaciones de petróleo del país. Se espera que en octubre la petrolera firme los contratos con las empresas que hayan sido adjudicatarias para comenzar las obras antes de fin de año. Se trata de un proyecto que implicará una inversión de US$2500 millones.
También en el sector energético, la empresa Transportadora de Gas del Sur (TGS) presentó a fines de junio, no bien aprobado en el Senado el proyecto de Ley Bases, que incluía el RIGI, una iniciativa ante el Ministerio de Economía para invertir US$700 millones en la ampliación de transporte de un ducto que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires.
El sector minero es otro de los que tiene enorme potencial para aprovechar el RIGI. Fuentes de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), consideraron importante su reglamentación ya que este régimen da estabilidad jurídica, fiscal, tributaria y cambiaria. “La actividad minera requiere desembolsos intensivos de capital, para lo cual los inversores necesitan contar con garantías al momento de la toma de decisiones. La Argentina compite con otros países por estas inversiones”, subrayaron.
En este sentido, fuentes de CAEM remarcaron que será especialmente útil para las inversiones en proyectos de cobre, que son de gran magnitud, con desembolsos que en muchos casos superan los US$5000 millones. “La Argentina tiene en carpeta unos seis proyectos de cobre entre los más avanzados. Un gran proyecto de cobre implica entre 4000 y 7000 personas trabajando. Y durante la etapa de construcción requiere de bienes y servicios de casi 800 proveedores”, precisaron.
Además, estas fuentes indicaron que el RIGI también servirá para movilizar los proyectos de litio, que es un sector dinámico para la Argentina, pero que sufre una significativa caída de sus precios, lo que ralentiza decisiones de inversión. “De allí que este incentivo es clave en este momento para las mineras y para que se movilice su cadena de valor”, dijeron.
Las automotrices también afilan el lápiz con inversiones vinculadas a vehículos híbridos y nuevas motorizaciones. Todas para el próximo año. Entre ellas, el Grupo Stellantis (dueño de Fiat, Peugeot, Citroën y Jeep, entre otras marcas); Toyota, Renault, Ford, Nissan y Volkswagen, analizan esta posibilidad.
Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina y Sudamérica, opinó: “Es una excelente noticia que se haya incluido a la industria automotriz para acompañar el proceso de desarrollo y transformación tan radical que la industria está viviendo a nivel global. Este proceso demanda altos niveles de inversión, y es fundamental para que podamos consolidar de manera sostenible a la Argentina como hub de producción y fuente de abastecimiento para toda la región”. (ver página 23)
Respecto de inversiones concretas, Galdeano dijo que es muy pronto para hacer cualquier tipo de estimación. Pero agregó: “De todas formas, esto ayuda mucho a las discusiones internas de las empresas en las etapas de aprobación de proyectos nuevos”.
En el sector de la siderurgia, en tanto, la empresa de capitales argentinos Sidersa invertirá US$300 millones para instalar una planta en la localidad bonaerense de San Nicolás, donde ya funciona su planta actual. El proyecto, que está en línea con el RIGI, permitirá crear 300 puestos de trabajo directos y 3500 indirectos, aunque está a la espera de que la provincia de Buenos Aires adhiera al régimen.