La demora para la puesta en servicio del nuevo colector costanero provoca constantes vuelcos de efluentes cloacales, que podrían agravarse en la próxima temporada alta de turismo. El DPA y la CEB confían en incorporar cuanto antes la nueva infraestructura.
Los periódicos desbordes que sufre la red cloacal de Bariloche multiplicaron las quejas en los barrios afectados, mientras el nuevo colector costanero que está listo para su estreno y para aportar las esperadas soluciones sigue fuera de servicio, porque le falta el visto bueno final del Ente de Obras Hídricas y Saneamiento.
La CEB está a cargo del servicio de Saneamiento y es caja de resonancia de las protestas recurrentes de los vecinos, que también recaen en el Concejo Municipal, donde los reciben, los escuchan, pero no tienen una respuesta.
El sistema de Saneamiento requiere desde hace años urgentes ampliaciones, que en parte se cumplieron con la construcción del segundo módulo de la planta depuradora, habilitado hace casi tres años. En simultáneo debía ampliarse el colector costanero para aumentar en un 50% la capacidad de transporte, pero esa obra se atrasó por una licitación fallida, y aunque ya está terminado todavía está a la espera de la inauguración.
El responsable de Saneamiento de la CEB, Horacio Fernández, dijo que tienen “la necesidad imperiosa” de que se habilite la nueva infrestructura y cumplir así con el plan director de agua y saneamiento de la ciudad, que ya registra un considerable atraso.
Señaló que los momentos críticos, que suelen derivar en saturaciones y vuelcos de líquido cloacal por fuera de la red se producen cuando hay lluvias intensas (debido a la conexión de pluviales clandestinos) y también cuando el sistema se sobrecarga por los picos de afluencia turística.
“En el verano tuvimos problemas, y en esta temporada de invierno se van a repetir si no está el colector”, admitió.
El superintendente del Departamento Provincial de Aguas, Pedro Sánchez, dijo que ya está todo listo para conectar el nuevo ducto a la red preexistente. Confía en que es “cuestión de dos o tres semanas” y que estará en uso para el momento en el que Bariloche se llene de turistas.
Este medio había publicado hace un par de meses que la obra ya estaba terminada y solo faltaba incorporar un generador de energía como reserva para evitar cualquier imprevisto en una de las estaciones de bombeo.
Sánchez dijo que ese equipo ya llegó y fue probado durante la última semana, de modo que solo falta ajustar “los sistemas de automatización, por fibra óptica” y que los inspectores del ente nacional Enohsa (que tuvo a cargo el financiamiento de la obra) otorgue el visto bueno final. “Esperamos llegar para el momento en que crezca la demanda”, señaló el titular del DPA.
Dijo que “con el módulo II y el nuevo colector se concluye una etapa que comenzó hace varios años a partir de un amparo” impulsado por organizaciones vecinales y ambientalistas, y que obligó a acelerar las inversiones.
Nuevos usuarios
Fernández admitió que en las condiciones actuales el sistema en Bariloche “está bien” en cuanto a su capacidad de tratamiento de efluentes pero tiene “un problema con el transporte”, debido a las demoras con el colector costanero. Dijo que las principales dificultades con vuelcos imprevistos se producen en el barrio Melipal y en el kilómetro 2 de Bustillo.
Señaló que con la ampliación que garantiza el nuevo ducto “va a ser suficiente para cubrir el área servida en el casco urbano de la ciudad, la zona sur y el oeste hasta el kilómetro 9”.
Sánchez dijo que el potencial de nuevas conexiones pasará a ser de “varios miles” y Fernández indicó que hay frentistas individuales en listas de espera para incorporarse al servicio de cloacas, pero el número no supera los 80. El cambio en la cobertura se notará más a partir de la progresiva incorporación de barrios enteros que hoy no tienen el servicio.
Ajustar la planificación
El referente de la CEB en el área de Saneamiento dijo que el Plan Director para Bariloche elaborado en 2021 y con un horizonte de 30 años prevé la construcción de dos nuevas plantas depuradoras, una en el oeste y otra para los barrios del este, donde se registra un importante crecimiento.
Fernández dijo que la primera estaba planificada para tenerla en un plazo de 10 años y la segunda en 20 años, pero “dada la dinámica de aumento de la demanda se deberían adelantar”.
Explicó que la primera sería la planta para el oeste, planificada para la zona donde hoy se encuentra la Escuela Militar de Montaña, con radio de servicio hasta los barrios del kilómetro 15, más Los Coihues y el cerro Catedral. Pero hasta hoy no tiene ubicación precisa. Habrá que definir en primer término si hace falta una expropiación o solicitar “permisos de uso” en algún predio fiscal, además de elaborar el “proyecto ejecutivo” para iniciar la búsqueda de financiación.
Según Fernández, el plan director “para las plantas nuevas solo define la ingeniería conceptual, el tamaño aproximado y sugiere la ubicación”, pero hará falta un trabajo mucho mayor de evaluación, diseño y proyecciones que a su juicio no debería demorarse, dada la necesidad visible de “acortar los plazos” establecidos en el plan director.
El superintendente del DPA y responsable de las políticas públicas provinciales para esos temas dijo que las nuevas plantas “no son prioridad” y por ahora para Bariloche la mira está puesta en conseguir los recursos que permitan ejecutar una reclamada obra de provisión de agua para los barrios del Alto, con fuente de provisión en el lago Gutiérrez.
Ese proyecto tenía aprobación del Enohsa, con presupuesto asignado, y estaba listo para el llamado a licitación, pero el actual gobierno nacional lo desactivó, como al resto de la obra pública. Según Sánchez, esa obra “es verdaderamente importante y tiene prioridad” en la búsqueda de financiamiento “que puede ser externo, puede ser con recursos provinciales o mixto”. El último presupuesto disponible estimó para ese proyecto de provisión de agua un costo de 9.000 millones de pesos