Los parques del futuro no solo deben ser espacios verdes y recreativos, sino también nodos de conexión que faciliten la movilidad sostenible y la interacción social; qué avances presentan

Entornos que fomentan una movilidad activa
En la búsqueda de soluciones de movilidad sostenible, el acceso a los parques a través de bicicletas se presenta como una opción atractiva y beneficiosa tanto para la ciudadanía como para el ambiente. Fomentar la movilidad activa, como el ciclismo, no solo promueve la salud y el bienestar de la población, sino que también contribuye a reducir la congestión del tráfico y las emisiones de CO2 en las ciudades.
Al integrar infraestructuras adecuadas para el ciclismo, como bicisendas seguras y estacionamientos para bicicletas en los alrededores de los parques, así como exclusivos lugares de uso peatonal, se facilita el acceso a estos espacios naturales y se incentiva el uso de modos de transporte más sostenibles y saludables. Además, promover la interconexión de rutas entre los parques y otros puntos de interés de la ciudad, así como fomentar caminar más puede ampliar las opciones de movilidad y fomentar un estilo de vida activo, saludable y respetuoso con el entorno.

Diseño de espacios que anticipen las demandas de movilidad futuras
A medida que las ciudades evolucionan y las demandas de movilidad cambian, es fundamental que el diseño de los parques y espacios públicos tenga en cuenta estas transformaciones para garantizar un acceso inclusivo y equitativo para la ciudadanía. Los parques del futuro no solo deben ser espacios verdes y recreativos, sino también nodos de conexión que faciliten la movilidad sostenible y la interacción social.
La planificación de espacios públicos inteligentes que conciben su diseño en interacción con la movilidad de la ciudad son capaces de anticipar las necesidades actuales y prepararse para las futuras.
¿Qué encontramos en el diseño de un espacio público inteligente?
Desde estaciones de bicicletas compartidas hasta puntos de recarga para vehículos eléctricos o estacionamiento exclusivos para e-scooters, un espacio público inteligente podría incluir una variedad de elementos que contribuyan a mejorar la experiencia de los visitantes, la eficiencia en la gestión y el impacto ambiental. A continuación, algunos ejemplos:

- Infraestructura para peatones y ciclistas: senderos peatonales amplios, segregados de las vías vehiculares, con iluminación adecuada, señalización clara y zonas de descanso. Además, carriles exclusivos para ciclistas, estaciones de alquiler de bicicletas y aparcamientos seguros para fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte.
- Iluminación inteligente: sistemas de iluminación LED con sensores de movimiento y nivel de luz que se ajustan automáticamente según las condiciones ambientales y la presencia de personas. Esto no solo promueve el ahorro energético, sino que también mejora la seguridad y la comodidad de los visitantes.
- Transporte público eficiente y conectado: paradas de autobús y estaciones de subte accesibles, con información en tiempo real sobre horarios, rutas y tiempos de espera que garanticen la accesibilidad. Utilización de tecnologías de control de tráfico inteligente, como semáforos adaptativos y sensores de tráfico, para optimizar la fluidez vehicular y reducir los tiempos de desplazamiento.
- Red de transporte compartido: facilitar el acceso de servicios de carsharing, bikesharing y ridesharing para promover el uso compartido de vehículos y reducir la congestión en las calles. Algunos lugares incluso están destinando espacios exclusivos con señalética que ayude a indicar dónde se encuentran estos servicios.
- Zonas peatonales y áreas verdes: creación de zonas peatonales y espacios verdes en el entorno urbano para promover la movilidad activa y el disfrute de espacios al aire libre. Integración de mobiliario urbano inteligente, como bancos con tomas de carga USB y puntos de acceso Wi-Fi, que fomenten la interacción y el descanso de los ciudadanos.
- Planificación urbana inclusiva y accesible: diseño de espacios públicos teniendo en cuenta la accesibilidad universal, con rampas, pasarelas y señalización táctil para personas con movilidad reducida. Incorporación de herramientas digitales que faciliten la orientación y la navegación en el espacio público para personas con discapacidad visual o auditiva.
- Sistemas de información en tiempo real: paneles informativos digitales y aplicaciones móviles que proporcionen datos actualizados sobre el tráfico, la disponibilidad de transporte público, eventos en la ciudad y puntos de interés cercanos. Integración de sistemas de alerta temprana y gestión de emergencias para responder de manera eficiente ante situaciones de crisis.
La combinación de estas soluciones con un enfoque smart city centrado en las personas y la naturaleza contribuye a crear entornos más seguros, eficientes, sostenibles y atractivos para la comunidad, promoviendo una mayor interacción entre las personas y su entorno urbano.
Al considerar el diseño de espacios públicos en relación con la movilidad urbana, se abren oportunidades para contribuir a fortalecer el tejido social, promover la salud y el bienestar, y preservar el medio ambiente en las ciudades del siglo XXI.