Recicladores del Complejo Ambiental Neuquén, exigen la atención del municipio

La cooperativa Defensores del Medio Ambiente compacta por semana 20 toneladas de cartón, 14 de plástico y 23 de vidrio en el Complejo Ambiental Neuquén

Se inscribieron en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, INAES, como la Cooperativa de Medio Ambiente y hoy se ocupan de que varias toneladas de vidrios, cartones y plásticos que vecinas y vecinos separan en la capital, no lleguen al pozo del Complejo Ambiental Neuquén. Pero no tienen papeles que avalen su trabajo y exigen ser reconocidas por la municipalidad, entre otras cosas, para conseguir donaciones, aportes y hacer acuerdos con terceros en la planta de reciclaje que funciona en el CAN.

En total son 27 personas, hombres y mujeres, las que integran la cooperativa. Algunos operarios trabajan en la planta recicladora del CAN desde que comenzó a funcionar la primera cooperativa, hace 9 años. Otros integrantes, se sumaron en los últimos 4 ó 5 años.

En una conferencia de prensa a la que convocaron ayer, explicaron que no logran llegar a un acuerdo de reconocimiento con el municipio para que los encuadre por el trabajo que hacen en el lugar.

Desde Mendoza, les compran unas 23 toneladas de vidrio que colectan en el predio, mientras que el papel y los plásticos (20 y 14 toneladas por semana), se compactan y se venden a intermediarios que lo llevan a Buenos Aires.

En la región, desde Cipolletti les compran lo que separan para una fábrica de trapos, mientras que también tienen contactos con compradores de Plottier para los plásticos, una fábrica de mangueras y otra de nylon. «El sueldo sale de lo que producimos y nos dividimos», luego de pagar gastos, explicaron. Estimaron que unos 120 mil pesos por mes que se complementaba con un programa para llegar a los 200 mil.

Una de las necesidades del grupo es retirar del predio, la basura que no se usará para el reciclado. Dependen de la buena voluntad de la empresa que tiene la concesión con la municipalidad, sin acuerdo escrito (foto Matías Subat)

Del municipio esperan el encuadramiento legal acorde a lo existente, colaboración en los seguros, mantenimiento de maquinarias y un bono, como tuvieron otros intentos de organización de trabajadores en el lugar.

Hernán, Víctor, Elizabeth, Talía, Rosario, Claudia son algunas de las integrantes del grupo que trabaja desde las 6, 30 de la mañana hasta las 17 en la zona de la meseta que está cubierta de bolsas de basura y restos de residuos domiciliarios, a un costado del ingreso de los camiones basureros al Complejo.

23.000 kilos de vidrio se separan por semana. «Todo lo que hacemos, no va al pozo», en referencia al resto de los residuos que se entierran en el CAN (foto Matías Subat)

Son de Colonia Nueva Esperanza y antes de agruparse en la cooperativa, trabajaban «en el pozo» como más de un centenar de familias que sigue hurgando lo que dejan los camiones cuando tiran el producido de la recolección domiciliaria de Neuquén, Centenario y Plottier.

Según explicaron, la empresa BASAA y el municipio renovaron los términos del acuerdo de la concesión, donde no se tuvo en cuenta la planta recicladora. Se les pidió que firmaran un acuerdo de comodato idéntico al de hace 9 años atrás con la primera cooperativa, sin observar maquinarias que no están, maquinarias que no son nuevas y otras que compró la organización.

Con más de siete containers de cartón, se logra un cubo de papel compacto que el intermediario compra con destino a las fábricas de Buenos Aires (foto Matías Subat)

«Si queremos asociar más gente, no podemos, porque no tenemos comodato, estamos en el aire y desde hace un año y medio que tenemos los papeles en regla por el INAES. Tampoco podemos ir a pedir donaciones de cartón o vidrio a grandes generadores y todos los acuerdos que tenemos con la gente del CAN, es de palabra», indicaron.

Hace dos días fueron a pedir ayuda a la Defensoría del Pueblo, que estaría trabajando en una reunión para incluirlos en el esquema de tratamiento de la recolección de residuos de la ciudad.

«Saben que estamos trabajando sin reconocimiento de nada, nos tienen de reunión en reunión sin llegar a un acuerdo. Parece que en Neuquén no saben que existimos, que hay una cooperativa que se dedica a la recuperación de residuos»; sostuvieron las mujeres

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