Cader encabeza la elaboración de un proyecto de ley de transición energética para «bajar costos y crear empleo». La iniciativa será presentada en marzo.
La elaboración del proyecto contó con la participación de integrantes de las asociaciones de distribución, generación y transporte y especialistas del área energética de la Unión Industrial Argentina (UIA) y las entidades agropecuarias.
Cader inició la convocatoria con la convicción de alcanzar el proceso de las cinco «D» (Descarbonización, Descentralización, Digitalización, Diversificación y Democratización). Hace falta financiamiento externo y la única forma que Argentina, en la coyuntura actual, acelere el proceso bajando tasas y periodos más largos de repago, es con financiamiento climático.
La transformación del país en el momento político en el que está requiere inversión externa, que la economía por sí misma no está produciendo y para eso, tanto en infraestructura de transporte y distribución como mayor generación, hace falta una hoja de ruta.
La presentación se realizará en marzo y buscará acelerar las inversiones para cumplir con los compromisos internacionales al 2030, bajar los costos de la economía en general a partir de la limpieza de la matriz e impulsar la creación de nuevos puestos de trabajo.
La intención es dejarle el proyecto a disposición del Ejecutivo y también Legislativo que representa el pensamiento del sector privado, de cuál podría ser una matriz energética y eléctrica aspiracional 2040-2050, pero con fuerte foco en los próximos cuatro años y cómo crear empleo y bajar costos a partir de la limpieza de la matriz.
En diálogo con Télam, Marcelo Álvarez, representante del Comité Solar de Cader, alertó que si el país no encara la transición energética, corre el riesgo de enfrentarse a barreras paraarancelarias con un impacto similar al que representó en el siglo XX la aftosa en el sector ganadero.
Según explico el directivo, el documento está dividido en siete capítulos que podrían ser leyes independientes: Hidrógeno; Movilidad sustentable; Diversificación; Oil and gas; Renovables; Financiamiento e Infraestructura de redes. “Buscamos tener un documento sólido que represente el pensamiento del sector privado y aprovechar una coyuntura en la que el Parlamento está fragmentado y solamente podrán impulsarse iniciativas que tengan consenso general”, subrayó.
“La presentación de la hoja de ruta del sector es para darle la posibilidad a los distintos bloques del Parlamento a que se apropien de esa iniciativa y no sea botín de disputa entre un sector u otro de las bancadas. Creemos que tenemos una buena oportunidad, todos los legisladores acompañaron el espíritu y buena parte del contenido. Lo que nos decían en su momento -a fines del año pasado- es que era improbable que una ley que tocaba tantos intereses pueda ser tratada al mismo tiempo. Pero hoy, en otra coyuntura, puede ser que sea probable”, consideró.
“Nuestro escenario de máxima es la ley completa. El escenario intermedio, cada capítulo de la ley (podrían salir dos, tres o cuatro leyes en vez de una de transición). Y el escenario de mínima, poner en el centro de la discusión de la clase política la necesidad de una hoja de ruta energética que nos permita salir a buscar financiamiento apropiado tanto en tasa como en periodo de pago”, apuntó.
Sobre la aprobación de la normativa, Álvarez fue cauteloso. “Los legisladores de distintos sectores, en privado, hablan laudatoriamente de la iniciativa y les gusta el contenido. Habrá que ver en la práctica la negociación en el Parlamento. Creemos que como genera empleo, baja costos y le permite al Ejecutivo de turno salir a buscar financiamiento más barato, debiera tener una oportunidad de éxito”, afirmó.
“No somos ingenuos, sabemos que hay mucho lobby, cuando uno quiere transformar una realidad afecta intereses que hoy se benefician con que la matriz sea más cara y que sea con la segmentación que tiene hoy basada en fósiles. El sector que se va a ver afectado seguramente va a dar batalla, pero creemos que hay una posibilidad de éxito”, destacó