Para algunos, tanto el dictamen de comisiones como la aprobación en general del pleno parlamentario desaparecen, y la ley debe volver a tratarse desde 0 en comisión. El gobierno insiste en que lo actuado es válido.
Solo el B obtuvo la aprobación, un inciso irrelevante, que busca “regular e implementar la mejora de la profesionalización de la carrera administrativa de los agentes de la Administración Pública nacional …”.
El segundo acto tuvo al mismo protagonista, el ex kirchnerista rionegrino que pidió un cuarto intermedio para conversar con los jefes de bloque y el presidente de la Cámara.
En el tercer acto, Zago pidió el regreso a comisión del artículo 127 referido a hidrocarburos, y Martín Menem, presidente de la Cámara, dio por terminada la sesión.
Fuentes y altos funcionarios del Gobierno, como el ministro del Interior Guillermo Francos, sostienen que lo actuado hasta ahora es válido (dictamen, aprobación en general y lo actuado este martes), como los sostuvo en una entrevista con Eduardo Feinmann y Pablo Rossi en La Nación Más, con los que se trenzó en un interesante debate.
En las antípodas, analistas, dirigentes y periodistas de varios colores políticos se apoyan en el artículo 155 del reglamento de la Cámara de Diputados que dice: “Un proyecto que, después de sancionado en general, o en general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara, se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna».
La retirada oficialista se dio justo antes de tratar el capítulo de las privatizaciones, clave en el plan de Milei para obtener los fondos necesarios para completar su plan de dolarización de la economía.
Los rumores indican que Pichetto les habría confirmado que no estarían garantizados los votos de la llamada “oposición light”, que él capitanea
