El plan de la petrolera nacional incluye la reconfiguración del proyecto de GNL, inversiones superiores a los 6.000 millones de dólares para 2026 y la optimización de su parque refinador.
YPF afianzará en 2026 su plan de expansión enfocado casi exclusivamente en el desarrollo no convencional. El horizonte de crecimiento se apoya en la escala productiva, la eficiencia operativa y una gestión activa de su portafolio, con la meta de consolidarse como el principal actor del Vaca Muerta.
El plan estratégico apunta a cerrar la brecha de infraestructura y capital humano que enfrenta Vaca Muerta en su próxima etapa de desarrollo, con la mirada puesta en la exportación masiva de crudo y gas.
Las proyecciones de la compañía indican un cierre de 2025 con niveles de producción propia de petróleo no convencional por encima de los 200.000 barriles diarios. Los datos actuales muestran volúmenes del orden de los 206.000 barriles, con picos recientes de 208.000, cifras que corresponden estrictamente a producción propia y no a volúmenes operados para terceros.
El salto productivo es significativo si se considera que, hace poco más de dos años, la producción propia rondaba los 95.000 barriles diarios. La hoja de ruta establece superar los 250.000 barriles diarios hacia finales de 2026 como paso intermedio. El objetivo final para el período 2027–2028 es alcanzar los 400.000 barriles diarios, lo que implicaría duplicar la producción de shale oil en un plazo de cuatro años.
Desde la empresa reconocen que la curva de crecimiento no es lineal, habiéndose registrado una aceleración marcada en el segundo semestre del último año debido a la secuencia de inversiones y tiempos de completación de pozos. Hacia adelante, se busca una trayectoria más regular con incrementos mensuales sostenidos.
VMOS y los cuellos de botella logísticos
El crecimiento del upstream tracciona la necesidad de infraestructura de evacuación. Las obras del proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) avanzan según los plazos y costos previstos, aunque el cronograma global enfrenta condicionantes externos, específicamente en la infraestructura portuaria y la disponibilidad de boyas de carga. Este equipamiento crítico, dependiente de pocos proveedores internacionales, representa hoy el principal cuello de botella.
Pese a esto, se trabaja con un escenario de puesta en marcha operativa hacia fines de 2026, con el inicio de exportaciones regulares de crudo programado para enero de 2027. Simultáneamente, ya se analizan ampliaciones de capacidad por encima de los 700.000 barriles diarios para anticipar futuras fases de crecimiento.
Eficiencia en el Downstream
En el segmento de refinación, la estrategia se centra en la optimización de los activos existentes más que en la construcción de nuevas plantas. La implementación de herramientas de inteligencia artificial en el nuevo centro de monitoreo permite detectar ineficiencias y corregir desvíos en tiempo real.
Gracias a estas mejoras de procesos y una mayor utilización de la capacidad instalada, YPF procesa hoy 45.000 barriles diarios más que en 2023, un volumen equivalente a incorporar media refinería adicional sin grandes inversiones de capital. La refinería de La Plata mantiene su rol central, equilibrando su mix de crudos pesados mediante producción propia, compras locales y exportaciones.
La reconfiguración del plan del GNL tras la salida de Shell
El proyecto Argentina GNL, definido como la iniciativa más compleja y estratégica de la firma, avanza con una meta final de 18 millones de toneladas anuales (MTPA). Actualmente, se trabaja en la redefinición societaria tras la decisión de Shell de no participar en esta etapa, lo que abre el juego a nuevos socios estratégicos internacionales.
Existen tres alternativas en análisis para cubrir esa participación, con empresas de gran escala. El núcleo del desarrollo continúa con YPF, ADNOC y ENI, cuyo acuerdo de accionistas por la primera fase de 12 MTPA se encuentra en etapa de negociación avanzada.
El cronograma prevé el inicio del proceso licitatorio formal para abril del próximo año y las primeras exportaciones para 2027. La inversión total estimada oscila entre los 25.000 y 30.000 millones de dólares, con una estructuración financiera (project finance) liderada por JP Morgan, que iniciará rondas con bancos internacionales en el corto plazo.
Inversiones 2026 y la salida de campos maduros
El plan de inversiones (CAPEX) aprobado para el próximo año se ubica levemente por encima de los 6.000 millones de dólares. La mayor parte de estos recursos se destinará al upstream en Vaca Muerta. El segmento de downstream recibirá cerca de 1.200 millones de dólares, incluyendo obras en la refinería de Luján de Cuyo que finalizarán en mayo.
En contrapartida, la inversión en activos convencionales será residual, limitándose a compromisos heredados. La compañía ratifica su perfil «no convencional», buscando desprenderse de áreas maduras como Puesto Hernández y Chihuido en Neuquén. Sin embargo, la salida de estos activos enfrenta complejidades operativas y pasivos ambientales que dificultan su venta tradicional, a diferencia de lo logrado en Santa Cruz mediante acuerdos con gremios y autoridades provinciales.
Finalmente, para sostener este nivel de actividad, se espera la puesta en marcha del Instituto Vaca Muerta para la primera quincena de marzo. La iniciativa busca responder a una demanda estructural crítica: se estima que el desarrollo de la cuenca requerirá entre 10.000 y 15.000 nuevos trabajadores técnicos hacia 2031, además de la necesidad de estandarizar prácticas de seguridad en la industri

