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El ministerio de Seguridad de la Provincia cuenta hoy con una flota compuesta por 24 drones distribuidos en Neuquén capital, Chos Malal, Zapala, Cutral Co, Plottier y Añelo. Los equipos son utilizados en operativos de Antinarcóticos, búsqueda de personas desaparecidas, incendios -el ejemplo más reciente fue el ocurrido en Valle Magdalena a comienzas de 2025-; en eventos institucionales y coberturas especiales. “Si un equipo local necesita apoyo por extensión del operativo o dificultad del terreno, enviamos refuerzos tecnológicos y de personal”, explicó el oficial inspector Alberto Herrera, a cargo de la División Drones de la Policía, quien remarcó que el uso de esta tecnología “preserva y protege al recurso humano, que son nuestros compañeros que arriesgan su vida”.
El ministerio de Seguridad, a cargo de Matías Nicolini, avanza en un plan estratégico de modernización tecnológica con la incorporación de drones para el trabajo operativo de las distintas áreas de su cartera con el objetivo de mejorar la prevención y reforzar la seguridad pública en todo el territorio neuquino.
Las incorporaciones más recientes -hace tres meses- de modelos FPV como el Avata 2 y de unidades de alto rendimiento como el Matrice 4T, renuevan el equipamiento con cámaras RGB (detecta colores primarios) y térmicas (detecta el calor), y amplían las posibilidades operativas, especialmente en escenarios con neblina, oscuridad o condiciones climáticas adversas. Otros, como el DJI Matrice 210, por el chasis y la configuración de los motores están preparados para vientos fuertes, lluvia moderada y polvo, indispensables en zonas cordilleranas o lugares como Zapala.


En ese contexto, se encuentra en proceso de compra el DJI Dock 3, que es una estación de acoplamiento avanzada diseñada para drones de la serie Matrice 4D y 4TD, concebida para soportar operaciones automatizadas y remotas 24/7. Esto permitiría automatización inteligente, resistencia a las inclemencias del tiempo y detención de obstáculos.
La secretaria de Emergencias y Gestión de Riesgos, Luciana Ortiz Luna destacó que a partir de esta inversión en tecnología se está capacitando a 50 personas concursos de piloto homologados por la ANAC. Además, se espera en poco tiempo hacer una importante inversión nuevas aeronaves no tripuladas.
Con estos equipos, sumado a la capacitación constante, desde esta área se refuerza la prevención de riesgos de emergencias y desastres; la seguridad vial, en el monitoreo vial y la regulación de tránsito. A su vez, se fortalece la respuesta a emergencias y desastres, como Incendios (estructurales, forestales, rurales e interfase), erupciones volcánicas, inundaciones, operaciones de búsqueda y rescate, emergencias pre hospitalarias, eventos masivos, y otros.

Por su parte, el director provincial de Fauna, Nicolás Lagos, resaltó que “La Dirección de Fauna aprovecha la sinergia de los drones para optimizar sus tres pilares operativos: Monitoreo de Animales y Censo Poblacional, Fiscalización y Control (Lucha contra Actividades Ilegales) y Monitoreo de Hábitats y Ambiente. Siendo una herramienta de conservación moderna y eficaz, brindando resultados positivos en la protección del ecosistema provincial”.
Parte clave del trabajo es el mantenimiento continuo. Se realizan calibraciones de sensores ópticos, infrarrojos y giroscópicos, ya que pueden desajustarse durante el uso o el transporte. La vida útil promedio de un dron es de cuatro a cinco años, principalmente por el desgaste y la descontinuación de las baterías.
A la par del crecimiento tecnológico, se suma nuevos pilotos. El proceso para incorporar equipos o habilitar pilotos está estrictamente regulado. Cristian Piermarini, suboficial principal del sector de capacitaciones y pruebas -y piloto- detalló los pasos: “Primero se hace la intervención patrimonial, después se pide el seguro y finalmente la inscripción en la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), que regula y autoriza los vuelos”.
Piermarini explicó que la destreza se adquiere con práctica intensiva. “La cámara tiene un ángulo amplio; combinamos lentes, alturas y movimientos para obtener mejores imágenes. También podemos bloquear la cámara y manejarla de forma independiente”, comentó.
En situaciones críticas —estructuras colapsadas, espacios cerrados o zonas inestables— los drones permiten identificar personas, evaluar riesgos y planificar ingresos. En exteriores trabajan con GPS; en interiores, solo con sensores de proximidad al suelo. “En pruebas locales, la señal se mantiene entre 30 y 40 metros, pero depende de los obstáculos”, agregó.
Las posibilidades se amplían también a partir del uso en interiores, especialmente con drones como el Avata o el Mini 4, que vuelan con tecnología inmersiva mediante gafas FPV (es el acrónimo inglés de First Person View, es decir, Visión en Primera Persona). Esta modalidad ha permitido incluso invitar a pobladores locales o conocedores del territorio para asistir durante búsquedas, observando en tiempo real la zona relevada.
Al equipo se suma la experiencia de Cintia Campos, cabo primero y primera mujer piloto de drones de la Policía neuquina. “Hace cinco años hice el primer curso. No conocía el área, pero me interesó la parte tecnológica. Trabajé en el Centro de Monitoreo y ahora formo parte de la División de Informática y Comunicaciones”, relató. Su incorporación abrió un camino para nuevas generaciones de pilotos dentro de la fuerza.
La tecnología que utilizan está regulada por la ANAC (Agencia Nacional de Aviación Civil) y, por extensión, por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). La habilitación como piloto dura alrededor de tres meses e incluye un estudio psicofísico con médico aeronáutico. En los vuelos, los equipos se conectan vía satélite tanto desde el dron como desde el comando. En la configuración inicial pueden programarse acciones automáticas ante pérdida de señal: regreso al punto de despegue, vuelo estacionario o detención en el lugar, según el contexto operativo.
Los drones funcionan dentro de parámetros estrictos: altura máxima de 120 metros, alcances técnicos que pueden superar los 14 kilómetros (aunque siempre se opera con línea de vista); rangos climáticos entre –30°C y +50°C. Los costos varían desde los 2 millones hasta los 17 millones de pesos, según la complejidad del equipo.
Con tecnología que avanza, pilotos en formación constante y equipos que se adaptan a distintos terrenos, el ministerio de Seguridad se mantiene en alerta permanente para responder emergencias y reforzar operativos en toda la provincia. “La tecnología no sólo aporta una cámara en el aire, permite cubrir y apoyar a los efectivos que deben ingresar a zonas agrestes o de difícil acceso. Es una herramienta que llegó para quedarse y que sigue creciendo”, afirmó el ministro Nicolini