Ven con buenos ojos los cambios que propone el Gobierno para bajar la presión impositiva y atraer inversiones. Pero advierten que el alivio no será completo si no se revisa la carga fiscal que aplican los municipios sobre cada litro, un costo que condiciona el desarrollo de la actividad.
Los tributos que suman los municipios a los combustibles golpean el consumo y condicionan la actividad de las Estaciones de Servicio
Las Estaciones de Servicio PyMES siguen de cerca la discusión por la reforma tributaria. En el sector creen que una reducción de impuestos puede fortalecer la operación diaria y abrir margen para invertir en modernización e infraestructura, clave para la competitividad en todo el país.
En el Gobierno insisten en que el proyecto apunta a simplificar el sistema y dar previsibilidad a los contribuyentes. Uno de los pilares es el llamado “Principio de Inocencia Fiscal”, que limitaría los embargos y sanciones de la AFIP sin sentencia firme. Según el Ejecutivo, esto mejoraría la seguridad jurídica y fomentaría la actividad privada.
De todos modos, los especialistas advierten que habrá que estar atentos a la reglamentación. La letra chica podría complicar el control sobre la evasión y dejar sin respuestas a quienes sí cumplen con sus obligaciones.
Para los estacioneros, el verdadero problema está más cerca: los impuestos municipales. Tomás Balzano, abogado tributarista especializado en hidrocarburos, lo explicó así a surtidores.com.ar: “Uno de los temas que más afecta a las estaciones sigue siendo la carga de los impuestos municipales y su afectación al litro de nafta, gasoil o el m3 de GNC”.
Y agregó: “El problema tiene un trasfondo más constitucional provincial. En teoría, los impuestos municipales corresponden a servicios prestados. En la práctica esto no sucede así y la Corte en varios fallos ha morigerado la definición de prestación efectiva del servicio. Para modificar eso, tiene que haber un consenso con las provincias para cambiar el esquema tributario completo”.
Según fuentes del sector, tasas de seguridad, higiene, iluminación y sellos locales pueden representar entre un 8 por ciento y un 12 ciento del precio del combustible. Una carga que se suma “en cascada” y que, aseguran, limita el potencial de crecimiento en un momento en que se exige más y mejores servicios en las bocas de expendio.

Balzano también destacó los puntos que el Gobierno impulsará en sesiones extraordinarias y que pueden beneficiar a la cadena energética. A partir de 2026, se prevé bajar alícuotas de Ganancias para sociedades -del 30 por ciento al 27 por ciento y del 35 por ciento al 31,5 por ciento -, eliminar impuestos internos a automotores, permitir ajuste por inflación en pérdidas fiscales desde 2025 y habilitar amortización acelerada de bienes de uso.
En el sector celebran estas medidas como un paso en la dirección correcta. Pero remarcan que, sin un acuerdo con provincias y municipios, la reforma corre el riesgo de quedar a mitad de camino. La expectativa es alta: las Estaciones de Servicio quieren que el nuevo esquema tributario impulse inversiones, empleo y una mayor participación en el desarrollo económico de cada localidad del país