Tras la aprobación de la ordenanza que declara el inicio del proceso autonómico, la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck, expresó su valoración sobre el cambio institucional que atraviesa Rosario. La edila sostuvo que la autonomía representa una oportunidad para que la ciudad asuma plenamente sus decisiones y avance hacia un modelo de gestión más ágil y acorde con sus propias necesidades.

Schmuck señaló que uno de los ejes centrales de esta nueva fase es la capacidad de definir políticas sin depender de autorizaciones externas. Recordó que áreas como la planificación urbana, el arbolado y la gestión ambiental requieren respuestas específicas y contextualizadas, y consideró que la autonomía permitirá actuar con herramientas propias y criterios ajustados a la realidad local.

En su análisis, la presidenta del Concejo remarcó que la agilidad en la acción estatal es un componente clave del proceso. Destacó que, con las nuevas facultades, el municipio podrá intervenir con mayor rapidez ante problemas cotidianos, desde el ordenamiento del espacio público hasta la resolución de trámites administrativos, evitando demoras que antes se generaban por instancias burocráticas fuera del ámbito municipal.

Schmuck también hizo hincapié en la dimensión colectiva del cambio. Afirmó que la autonomía permitirá que Rosario fortalezca sus consensos políticos y ciudadanos, y que las reglas que rigen su funcionamiento reflejen de manera más fiel la identidad y las prioridades construidas a lo largo del tiempo. En su visión, la ciudad gana capacidad para pensarse y normarse a sí misma.

En su lectura del alcance de la ordenanza, la concejala insistió en que no se trata de una modificación simbólica, sino de un cambio sustantivo en la distribución del poder. Mencionó que Rosario podrá ejercer potestades vinculadas a la gestión financiera, la planificación urbana, el control ambiental, la administración de residuos y la intervención sobre vehículos abandonados y terrenos baldíos, entre otros aspectos.

“Un Estado moderno no puede perder tiempo en trámites que se resuelven lejos de donde ocurren los problemas. La autonomía nos permite actuar con agilidad: intervenir en terrenos abandonados, ordenar el espacio público, agilizar compras o dar respuestas inmediatas donde antes había más demoras. Cuando los vecinos necesitan soluciones, la burocracia no puede ser una barrera”, dijo.

La titular del Concejo evaluó como un avance relevante la modernización del sistema de compras contrataciones, que incorporará mecanismos más flexibles y transparentes, así como la posibilidad de administrar recursos bajo criterios propios y con límites claros de endeudamiento. Para Schmuck, estas herramientas permitirán fortalecer la previsibilidad y la responsabilidad fiscal.

La presidenta del Concejo también valoró el inicio del camino hacia la Convención Estatuyente de 2027, instancia en la que Rosario redactará por primera vez su carta orgánica. Consideró que este proceso será decisivo para consolidar el marco institucional que acompañará el desarrollo futuro de la ciudad.

Finalmente, Schmuck interpretó la aprobación de la ordenanza como una decisión política que expresa la voluntad de Rosario de gobernarse con autonomía. Según sostuvo, la ciudad busca dejar atrás la lógica de la tutela y avanzar hacia un modelo en el que defina su propio rumbo, establezca sus tiempos y construya soluciones a partir de sus propios consensos.