Villa Regina busca diversificar su economía sin perder su raíz frutícola

Villa Regina busca diversificar su economía sin perder su raíz frutícola

Con más de un siglo de historia ligada a la producción de peras y manzanasla «Perla del Valle» apuesta a ampliar su matriz económica con proyectos agroecológicosvalor agregado y el impulso de una nueva generación de productores.

Villa Regina busca diversificar su economía sin perder su raíz frutícola

La vida de Regina está marcada por la cosecha. Foto: Juan Thomes.-

Por Juan Moro

A comienzos del siglo XX, cuando los primeros colonos italianos y españoles comenzaron a poblar la margen norte del río Negro, la producción frutícola se convirtió en el corazón económico de toda una región. Villa Regina fue uno de los puntos neurálgicos de ese proceso. La llegada del ferrocarril, la fundación de cooperativas y el impulso inmigrante transformaron la chacra en un modo de vida. De aquellas primeras plantaciones de peras y manzanas surgió una cultura productiva que aún hoy define la identidad local.

La vida de Regina está marcada por la cosecha. En temporada, los galpones se llenan de movimiento, los camiones se alinean en los empaques y la ciudad respira fruta. Los años buenos se sienten en el comercio y en las calles; los difíciles, en los balances familiares. Esa dependencia estacional moldea la economía y también la forma de organizar la vida social.

Fotos: Juan Thomes.-

Con el paso del tiempo, la producción se modernizó, pero los desafíos se multiplicaron: los precios internacionales, las heladas, el granizo y la competencia global impusieron nuevas reglas. Aun así, Regina logró sostener un entramado empresarial único, con firmas familiares de tercera y cuarta generación que sobrevivieron a los vaivenes de la economía y a los procesos de concentración del sector.

Hoy, esa base histórica se combina con una mirada renovada. Desde el municipio se impulsa un plan de diversificación productiva que busca aprovechar las tierras ociosas y promover nuevas formas de cultivo. El eje es la agroecología y la horticultura de cercanía, una alternativa que podría reducir la dependencia del Valle respecto de otras provincias. “Es impensado que el 80% de la verdura que consumimos venga de Mendoza cuando tenemos suelo fértil y experiencia agrícola”, señalan desde el gobierno local.

Facundo Fernández analizó la actualidad productiva de Villa Regina con RÍO NEGRO. Foto gentileza.-

El proyecto apunta a reutilizar las chacras que quedaron vacías tras el levantamiento de montes frutales, alentando producciones mixtas, sustentables y de pequeña escala. Para eso, se están elaborando ordenanzas específicas y se trabaja junto a instituciones del sectorproductores y escuelas agrarias. La meta no es reemplazar la fruta, sino complementar la matriz económica, generando nuevas fuentes de trabajo y consumo interno.

Villa Regina sigue siendo emblemática dentro del mapa frutícola de Río Negro”, afirma el secretario de Fruticultura provincial, Facundo Fernández, quien remarca el valor de la ciudad como ejemplo de asociatividad y producción integrada. “Tiene una fuerte presencia de empresas familiares, un colegio agrario con orientación en comercio exterior y una aduana activa que ha sido fundamental para las exportaciones de fruta fresca y jugos concentrados”, explica.

Esa red institucional y educativa, sumada a la infraestructura industrial existente, convierte a Regina en un verdadero polo productivo del Alto Valle. A diferencia de otras localidades, cuenta con una trama técnica y científica de apoyo, representada por el CIATI y la planta piloto de la Universidad Nacional de Río Negro, donde se realizan análisisensayos y certificaciones que permiten llegar a mercados cada vez más exigentes.

Foto: Juan Thomes.-

Sin embargo, Fernández advierte que la tecnificación aún es una asignatura pendiente. “La fruticultura está atrasada en líneas generales, sobre todo por la falta de financiamiento a largo plazo”, señala. Por eso, desde la provincia se sostiene una batería de políticas para mejorar la competitividad: el Programa Anual de Agroquímicos, el plan de maquinaria con créditos prendarios a tasa subsidiada, el acompañamiento en nuevas plantaciones y la erradicación de montes abandonados son algunas de las herramientas vigentes.

También se promueve la participación en ferias internacionales y misiones inversas que vinculan a productores locales con compradores del exterior. Para Fernández, el futuro depende de avanzar en créditos blandos para malla antigranizo y riego por aspersión, dos tecnologías que permiten sostener rendimientos y reducir pérdidas. Pero agrega otro punto clave: “Hay que formar prestadores de servicios y fomentar la integración comercial para que los productores chicos puedan ser parte activa del negocio exportador”.

Foto: Juan Thomes.-

Mientras tanto, el municipio avanza con políticas que apuntan a diversificar la producción local. Los programas de acompañamiento y la promoción de circuitos cortos de comercialización son parte de esa estrategia, pensada para fortalecer la economía interna.

A esa transformación se suma la mirada sobre el parque industrial mixto, donde conviven emprendimientos públicos y privados. Si bien su expansión depende del financiamiento nacional, la idea es que funcione como un espacio de procesamiento y agregado de valor para la producción regional, conectando la fruta con la industria alimentaria y la innovación tecnológica.

La diversificación no es una moda ni una ruptura con el pasado: es la evolución natural de una economía que aprendió a reinventarse. Como señalan desde el municipio, “cuando la fruta va bien, Regina sonríe; cuando no, lo siente toda la ciudad”. Por eso, el desafío no es abandonar la pera y la manzana, sino darles nuevos aliados en la tierra

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