El municipio de Cipolletti lanzó un sistema digital de habilitaciones comerciales que promete reducir los trámites a menos de una semana, con el objetivo de simplificar la gestión, reducir la burocracia y fomentar la inversión privada.
La herramienta, según explicó el intendente Rodrigo Buteler, permitirá tramitar habilitaciones nuevas o renovaciones desde el teléfono, e incluye exenciones de tasas municipales durante el primer año para los nuevos emprendimientos.
El secretario de Fiscalización, Diego Zuñiga, detalló que el proceso será completamente en línea: los comerciantes podrán cargar documentación, coordinar inspecciones y obtener un certificado digital con código QR. El municipio busca con esto “agilidad, transparencia y cercanía” con el sector.
Más habilitaciones, pero un panorama adverso
Durante 2025, Cipolletti ya otorgó 718 nuevas habilitaciones comerciales y tiene 450 en trámite, concentradas principalmente en barrios como Balsa Las Perlas, Distrito Vecinal Noreste y Nuevo Ferri. Sin embargo, la Cámara de Comercio e Industria de Cipolletti (CIC) advirtió que la crisis económica atraviesa al sector con una caída “casi insostenible” de las ventas.
El presidente de la CIC, José Luis Bunter, señaló que los costos fijos “son extremadamente agresivos” y que muchos comercios están al borde del cierre. “Si la caída no se revierte, habrá decisiones dolorosas. Los alquileres, los servicios y los sueldos se vuelven imposibles de sostener”, expresó.
Reclamos por una actualización del Código de Comercio
Bunter valoró la digitalización como un paso importante, pero reclamó la actualización del Código de Comercio municipal, al que consideró “desactualizado y parcheado”. Propuso que se elaboren nuevas normas “claras y equitativas” para cada rubro, y que la reforma se construya “entre todos los actores”.
“El intendente tiene voluntad de generar condiciones, pero necesitamos un marco normativo moderno que acompañe ese impulso”, insistió.
Modernización y crisis: dos caras del mismo proceso
Mientras la digitalización avanza, el comercio cipoleño enfrenta uno de los momentos más difíciles de los últimos años. Los incentivos y la simplificación administrativa son un alivio parcial, pero la preocupación de fondo sigue siendo la falta de consumo y los altos costos que afectan la rentabilidad.
“Hay que generar condiciones reales para que este semillero pueda dar frutos. No alcanza con facilitar el trámite: necesitamos un entorno económico viable”, resumió Bunter