La magnitud de los proyectos exigirá un fuerte proceso de capacitación de la mano de obra. El documento advierte que la especialización de los trabajadores puede convertirse en un cuello de botella si no se desarrollan programas de formación adecuados para cubrir la demanda futura.
El desarrollo de Vaca Muerta se perfila no solo como un motor energético para la Argentina, sino también como una fuente masiva de generación de empleo. Según un informe del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), en los próximos años, la actividad en la formación neuquina demandará entre 180.000 y 240.000 trabajadores en su momento de mayor expansión.
El estudio destaca que la etapa de construcción y de inversión en infraestructura, conocida como Capex, será la que más puestos de trabajo requiera. Allí se concentran tareas vinculadas con la perforación de pozos, construcción de ductos, plantas de tratamiento y obras civiles de gran envergadura que apuntalarán la producción de gas y petróleo no convencional.
De ese total, hasta 36.000 empleos serán directos, en su mayoría especializados. Se trata de ingenieros, técnicos, operarios de equipos de perforación y fractura, profesionales de la metalmecánica, soldadores, especialistas en logística y transporte, además de personal vinculado a seguridad y medio ambiente.
Uno de los puntos centrales del análisis es el efecto multiplicador que tiene la industria hidrocarburífera sobre el resto de la economía. Por cada trabajador incorporado directamente en el sector, se crea otro dentro de la misma actividad y, en paralelo, se generan 5,1 empleos adicionales en sectores conexos, como construcción, servicios profesionales, transporte, hotelería y comercio.
Pymes proveedoras de bienes y servicios
El informe señala que la cadena de valor de Vaca Muerta es compleja y diversa, ya que abarca desde la provisión de insumos básicos como arena, áridos, cemento y acero, hasta la incorporación de tecnologías avanzadas para perforación y fractura. Esto implica que una gran parte de la demanda laboral se trasladará también hacia pymes proveedoras de bienes y servicios.
En este sentido, se destaca que las 37 compañías más grandes de oil & gas en la Argentina son abastecidas por casi 10.000 empresas proveedoras, de las cuales un 78% son pymes. Este entramado empresarial potencia la generación de empleo en distintas ramas y expande los beneficios del desarrollo energético a gran parte del tejido productivo nacional.
Capacitación de mano de obra
La magnitud de los proyectos también exigirá un fuerte proceso de capacitación de la mano de obra. El documento advierte que la especialización de los trabajadores puede convertirse en un cuello de botella si no se desarrollan programas de formación adecuados para cubrir la demanda futura.
De acuerdo con las proyecciones, la etapa de expansión de Vaca Muerta requerirá logística a gran escala, con miles de viajes de camiones para trasladar agua, arena, áridos, químicos y equipos. Cada uno de esos segmentos de la cadena implica trabajo adicional para transportistas, talleres mecánicos, estaciones de servicio y operadores logísticos.
La demanda laboral también se extenderá hacia sectores indirectos. Comercios, hoteles, restaurantes y servicios urbanos en la provincia de Neuquén y en localidades cercanas de Río Negro
Proceso de expansión intensivo en inversión
El IAPG subraya que este proceso de expansión será intensivo en inversión y tendrá picos en momentos clave, como la construcción de gasoductos, oleoductos y nuevas plantas de procesamiento. Una vez instaladas esas infraestructuras, la demanda laboral tenderá a estabilizarse, pero con un piso muy superior al actual.
Con esta proyección, el sector hidrocarburífero busca consolidar un círculo virtuoso entre producción, inversión y empleo, que potencie la competitividad del país en los mercados internacionales y, al mismo tiempo, impulse el desarrollo económico y social de toda la Argentina