
El invierno dejó un balance complejo en Villa La Angostura. La falta de nieve, un factor determinante para la actividad turística de la región, sumada a la situación económica nacional, impactaron de lleno en la última temporada invernal. Frente a ese escenario, el destino patagónico decidió transformar la dificultad en una oportunidad: potenciar la primavera como etapa estratégica para sostener la economía local y abrir nuevas posibilidades de desarrollo.
El nuevo enfoque apuesta a visibilizar el encanto propio de la primavera: lagos de aguas cristalinas, playas tranquilas, senderos que atraviesan bosques en flor y una atmósfera serena, ideal para quienes buscan descanso y conexión con la naturaleza. La estrategia propone aprovechar esos atributos como ventaja diferencial frente a otros destinos de montaña.
Uno de los ejes será consolidar a la localidad como destino de Luna de Miel. “Es un emblema de la villa. Los argentinos y también los brasileños están eligiendo cada vez más destinos de montaña para sus viajes románticos”, indicó Suero. La oferta de hoteles boutique frente al lago, cabañas exclusivas y alojamientos de alta gama permiten posicionar a la villa entre los preferidos de las parejas que buscan naturaleza, intimidad y experiencias memorables.
La agenda de eventos deportivos y culturales también será protagonista. Desde noviembre, la localidad ofrecerá carreras de montaña, competencias de ciclismo y la tradicional Ruta de los Siete Lagos. Entre las citas más importantes figuran el K42 y El Cruce, dos competencias que convocan a miles de deportistas nacionales e internacionales cada año.
Estos encuentros, además de posicionar a Villa La Angostura como destino de turismo deportivo, generan un impacto directo en la economía local. La llegada de competidores y acompañantes anticipa altos niveles de ocupación hotelera que funcionan como antesala de la temporada estival, donde los índices suelen alcanzar el 90%.
En paralelo, la villa participará de la Feria Internacional de Turismo (FIT), donde presentará su campaña de turismo saludable. Esta propuesta está orientada a quienes buscan experiencias de bienestar físico y emocional. También reforzará la promoción de las carreras de montaña como un producto distintivo de la región.
Uno de los atractivos adicionales de visitar la localidad entre septiembre y diciembre es el aspecto económico. Durante estos meses, los precios son hasta 40% más accesibles que en temporada alta, lo que representa una ventaja para familias, parejas y grupos de amigos que buscan experiencias de calidad a tarifas convenientes.
El desafío de Villa La Angostura no es menor: sostener su dinamismo turístico y económico en los meses previos al verano. La primavera se presenta como una oportunidad estratégica para ofrecer un destino con menos multitudes, un entorno natural renovado y una agenda de actividades variadas.
La iniciativa busca garantizar la continuidad laboral y la estabilidad de ingresos para cientos de familias que dependen del turismo. Al mismo tiempo, procura diversificar la identidad del destino, históricamente asociada a la nieve y al invierno, para instalar con fuerza la idea de un lugar atractivo durante todo el año.
De este modo, la localidad se propone consolidarse no solo como punto de encuentro en verano e invierno, sino como destino de cuatro estaciones. La combinación de naturaleza, cultura y hospitalidad local aparece como el eje central de esa transformación.
La primavera, entonces, no es únicamente una estación del calendario, sino el inicio de un nuevo ciclo para Villa La Angostura. La comunidad apuesta a superar la baja temporada y a llegar fortalecida al verano, con propuestas renovadas que conjugan descanso, deporte y bienestar.
En un contexto de cambios y desafíos, la estrategia busca reafirmar la identidad turística de la villa y sostener el crecimiento de un sector clave para su desarrollo económico y social. La apuesta es clara: convertir la primavera en un motor que renueve la atracción de este destino patagónico.