El empleo registrado en Argentina atraviesa una etapa de contrastes. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), entre mayo de 2024 y mayo de 2025 algunos sectores mostraron crecimiento sostenido, mientras que otros siguen perdiendo trabajadores.
Los especialistas advierten que, en un contexto de alta volatilidad económica y política, el mercado laboral se encamina hacia una división más marcada entre rubros en expansión y actividades en retroceso.
Tecnología y servicios, los grandes impulsores
La economía digital lidera la creación de puestos de trabajo. El sector informático emplea a más de 144 mil personas y creció 3,1 % en el último año. Economistas coinciden en que la demanda seguirá en alza, con oportunidades no solo en programación, sino también en robótica, inteligencia artificial e investigación.
Los servicios empresariales, de limpieza y tercerización también sumaron más de 11 mil empleos, impulsados por la externalización de tareas y la recuperación de la actividad.
Energía y minería: caída coyuntural, pero gran potencial
Aunque el sector minero-petrolero perdió 5500 empleos en los últimos doce meses, los especialistas señalan que las inversiones proyectadas podrían revertir la tendencia. La escasez de técnicos y profesionales abre un escenario de competencia laboral y posibles aumentos salariales.
Construcción: rebote con límites
La construcción creció 13,9 % interanual, aunque partiendo de un piso muy bajo. El futuro dependerá de la reactivación de la obra pública y del acceso a crédito hipotecario para sostener la demanda privada.
Comercio: el gigante en transformación
Con 1,25 millones de trabajadores, el comercio se mantiene como el mayor empleador. Sin embargo, su crecimiento (2,5 % anual) está atado al poder adquisitivo de las familias. Mientras tanto, el e-commerce gana terreno y abre nuevas oportunidades en logística y plataformas digitales.
Industrias tradicionales, las más golpeadas
Textiles, automotriz, metalmecánica y manufacturas redujeron personal y no muestran señales de recuperación. La presión impositiva y los costos laborales empujan a muchos talleres a la informalidad, un problema estructural difícil de revertir sin reformas profundas.
Expectativas a corto plazo
Los economistas coinciden en que la incertidumbre electoral frena decisiones de inversión. Aun así, los rubros dinámicos —tecnología, servicios profesionales, energía y construcción privada— aparecen como los principales motores de empleo hacia adelante.
En cambio, las industrias tradicionales, el consumo masivo y parte del comercio minorista seguirán ajustando sus plantillas