
La falta de mano de obra especializada anticipa una competencia entre Argentina, Chile y Perú, y abre una oportunidad para empleos bien remunerados.
El auge minero no es un fenómeno exclusivo de Argentina. De hecho, la minería de toda Latinoamérica se expande y enfrenta un desafío estratégico: la escasez de trabajadores calificados. Dominique Viera, presidenta de la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (APRIMIN) de Chile, advirtió que la región se disputará el talento disponible. Viera citó el ejemplo del Consejo de Competencias Mineras en Chile, que proyecta una carencia de 34.000 puestos de trabajo en los próximos años en áreas como mantenimiento y operación.
“Nos vamos a disputar los trabajadores en Argentina, Perú y Chile, porque falta mano de obra capacitada”, afirmó Viera, quien destacó que esta situación no debe verse como una amenaza, sino como una oportunidad para que proveedores y técnicos argentinos accedan a empleos de calidad en toda la región.
El valor del ecosistema minero
Viera desmitificó la idea de que la minería está centrada únicamente en las grandes compañías. En Chile, tres de cada cuatro empleos provienen de empresas proveedoras, lo que amplifica el impacto social y económico.
Estas firmas no solo trabajan en la extracción, sino en servicios logísticos, hotelería, alimentación, salud y mantenimiento, configurando un ecosistema diverso que sostiene la operación minera moderna.
El futuro del sector no es solo industrial: la automatización, el análisis de datos y la operación remota ya son tendencia. “Hoy el gran boom en minería son los datos”, señaló Viera, citando ejemplos como los camiones autónomos, que se manejan a distancia en faenas chilenas.
En este contexto, la estrategia no pasa por “inventar la rueda”, sino por importar conocimiento global y adaptarlo a la realidad local, integrando tecnología y capacitación para mejorar la productividad sin demoras innecesarias.
Tema ríspido
Esta competencia por los recursos humanos no es un tema menor. De hecho, en las últimas semanas surgió una suerte de controversia sobre la presencia de proveedores extranjeros en proyectos argentinos, como el Distrito Vicuña, que abarca las iniciativas Josemaría y Filo del Sol en la provincia de San Juan.
Sin embargo, Viera planteó que la clave no es la nacionalidad, sino la competencia profesional. La llegada de empresas globales y la colaboración regional pueden convertirse en motores de transformación para la cadena de valor minera argentina.
“Me gustaría más que nos uniéramos para exigir altos estándares ambientales y sociales a nivel global”, propuso Viera, enfatizando la responsabilidad compartida entre mineras y proveedores.
De este modo, Viera le puso palabras a la estrategia expansionista de Chile. Mientras del lado argentino, hay señales de alerta y cierto recelo (con la bandera del «compre local» en alto), del lado chileno están impulsando un ambicioso plan para internacionalizar a sus más de 8.000 empresas proveedoras de la industria minera, con Argentina como uno de los principales objetivos