El saldo comercial del sector energético superó en el primer semestre al superávit total del país. Las exportaciones crecieron 15% y las importaciones cayeron 25%.
De hecho, sin el aporte energético, la Argentina habría registrado un déficit comercial en junio.
En los primeros seis meses del año, las exportaciones energéticas totalizaron US$ 4.630 millones, un aumento interanual del 15,2%. El petróleo crudo fue el motor principal, con ventas por US$ 3.177 millones (+25%). Otros aportes vinieron del gas natural (US$ 364 millones, aunque cayó 10%), naftas (US$ 245 millones) y butanos licuados (US$ 168 millones).
Por el lado de las importaciones, la caída fue notoria: pasaron de US$ 1.952 millones en 2024 a US$ 1.463 millones este año (-25%). Esto se explica en buena parte por el desplome del 95% en las compras externas de gas natural en estado gaseoso, producto de la mayor producción local y la menor dependencia del gas boliviano.

En cuanto al desempeño mensual, junio marcó el mejor resultado comercial del año, con un saldo positivo de U$S 906 millones. De ese total, U$S 739 millones provinieron exclusivamente del sector energético, que registró un aumento del 74% en exportaciones y una caída del 58% en importaciones.
Según el detalle del Indec, los principales destinos de los productos energéticos argentinos fueron Estados Unidos (US$ 1.596 millones, +52%), Chile (US$ 1.492 millones, +12%) y China (US$ 117 millones, +225%). India también mostró un fuerte crecimiento (+834%), aunque desde un nivel mucho menor.
Este buen desempeño se vio favorecido por obras clave como la ampliación del sistema de Oleoductos del Valle (Oldelval) y la terminal logística Otamérica, que facilitaron una mayor evacuación de crudo desde la Cuenca Neuquina.

La energía como pilar estratégico
El saldo acumulado de la balanza energética fue superior al superávit total de la economía argentina, lo que refleja un nivel de dependencia creciente del sector.
El resto de los sectores no logró compensar la caída de la actividad general: el superávit total fue 77% menor al registrado en el mismo período de 2024 (cuando fue de US$ 10.695 millones).
Mientras tanto, otros sectores como las manufacturas de origen agropecuario cayeron 0,1% y los productos primarios apenas crecieron 2,6%, afectados por la caída de precios internacionales.
Las consultoras privadas anticipan que la balanza comercial se deteriorará en el segundo semestre, por factores estacionales y la suba proyectada en las importaciones. Sin embargo, coinciden en que el sector energético puede volver a jugar un rol central como estabilizador.
Con precios internacionales volátiles y una economía local con restricciones externas, la capacidad de mantener y expandir la producción energética será clave.