La nueva era de la energía: cómo la robótica y la IA redefinen eficiencia y seguridad en Vaca Muerta

El salto tecnológico en la industria oil and gas

Los drones ya son parte del paisaje diario en la Cuenca Neuquina, la puerta de entrada a la inteligencia artificial y la internet de las cosas como aliados operativos de varias empresas.

Los drones son parte de la avanzada tecnológica de Vaca Muerta.
Por Ignacio Ortiz

La robótica evolucionó más allá de la automatización de procesos, y en el sector energético, su impacto está redefiniendo no solo la eficiencia operativa, sino también la seguridad y la sostenibilidad. Desde la exploración y extracción hasta la distribución y mantenimiento de activos, la integración de robots e inteligencia artificial marca una nueva era en la gestión de la energía, tal como se viene experimentando en el día a día de Vaca Muerta.

Es que el uso de robots en tareas repetitivas o de alto riesgo está permitiendo que las empresas energéticas optimicen sus procesos y reduzcan costos. En el caso de la industria de los hidrocarburos en Vaca Muertadrones con sensores avanzados inspeccionan infraestructuras como locaciones petrolerasplantas de tratamientoductos de transporterefinerías y todo tipo de infraestructura, detectando fallas y anticipándolas antes de que se conviertan en problemas críticos.

Los drones de manejo automático también demostraron su valor en la exploración de entornos hostiles, como plataformas con terrenos de difícil acceso o bajo condiciones climáticas adversas. Equipados con tecnología de visión artificial y aprendizaje automático, pueden realizar inspecciones detalladas y recopilar datos clave para la toma de decisiones estratégicas.

Ese acceso a la información y la gestión de datos es lo que permite lograr la reducción de costos operativos al evitar inspecciones manuales innecesarias, y brindar mayor seguridad para los equipos de campo, mejora en la productividad, gracias a la prevención y detección temprana de fallas, y una trazabilidad completa, con registros históricos e imágenes georreferenciadas.

En ese ecosistema de producción, Uali –la start up creada por Ian Bogado– es una empresa argentina que se consolidó en la utilización de drones industriales y logró una fuerte inserción en el no convencional de la Cuenca Neuquina. Su relación con la formación de shale se basa en el monitoreo tecnológico de operaciones utilizando dronesinteligencia artificial e internet de las cosas.

Amelia BalsamoChief Technology Officer de Uali, explicó que sus equipos de desarrollo e IA trabajan con metodologías Agile, lo que les permite adaptarse rápidamente y planificar entregas de valor a corto y mediano plazo. Gracias a esta flexibilidad, compañías como Shell, YPF, Total, Pan American Energy o el Grupo Techint ya toman decisiones proactivas basadas en la información generada por esa plataforma.

El desafío, explicó Balsamo, es seguir avanzando hacia datos cada vez más precisos y accionables, que permitan ahorrar tiemporeducir costos, y operar con mayor responsabilidad ambiental. Para ello cuentan con un hub operativo en Neuquén para fortalecer sus operaciones en la formación, lo que les permite un acceso y una respuesta ágil a los requisitos de la industria.

Lo que se viene para la empresa es un nuevo módulo de estadísticas que integrará datos de vuelomodelos de IA y una plataforma con filtros avanzados y reportes en tiempo real, que junto a una interfaz optimizada permitirá que cada experiencia de uso sea más intuitiva y eficiente.

Así, en yacimientos oil & gas, con la aplicación de estas tecnologías se logra la disminución del riesgo operativo en zonas peligrosas al evitar el ingreso de personal; la inspección de ductosantorchas y tanques en un 60% menos de tiempo, y la reducción de incidentes ambientales por detección temprana de fugas, entre otras ventajas operativas.

Pero su aplicación se extiende a otros segmentos de la energía. En el caso de infraestructura de transmisión, los equipos de Uali pueden avanzar con la inspección de más de 150 torres por jornada con drones automatizados, la detección de puntos calientes y corrosión en componentes eléctricos clave, y la optimización de rutas de mantenimiento y priorización de tareas según criticidad real.

De similar manera, en renovables, el trabajo en parques eólicos permite una reducción del 80% en el tiempo de inspección de aerogeneradores, una detección de fallas en palas con una precisión del 95% y ahorros de hasta un 30% en costos de mantenimiento preventivo. En solares, de la misma manera se puede lograr identificación de fallas térmicas y módulos defectuosos con tecnología termográfica en un 98% de efectividad, reducción del tiempo de inspección de semanas a días y el incremento de hasta un 5% en la eficiencia operativa al corregir anomalías tempranas.

También en el convencional de Chubut

El cambio que vive hoy la industria energética no es solo tecnológico, sino también cultural. Así lo definió recientemente Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy (PAE), al referirse al proceso de transformación que atraviesa la operación en Cerro Dragón, uno de los yacimientos más grandes del país, ubicado en Chubut.

“Hoy tenemos que ser eficientes. Y una parte muy importante de esa eficiencia está ligada a la transformación tecnológica”, afirmó durante una entrevista pública al referirse al trabajo con Uali como parte de un proyecto pionero que supervisa los activos en campo, combinando robótica aérea autónomainteligencia artificial y una plataforma de gestión en tiempo real.

Cerro Dragón se extiende sobre más de 3.000 kilómetros cuadrados, con cientos de activos distribuidos: pozos, plantas de generación, separación e inyección. Hasta hace muy poco, gran parte del monitoreo dependía exclusivamente del trabajo presencial en campo: recorridos diarios para detectar posibles fallas, pozos detenidos o fugas.

Esa lógica cambió en 2024, con la puesta en marcha de un proyecto piloto de PAE junto a Uali integrando así nuestra tecnología en la operación: Drones automáticos que despegan, vuelan y aterrizan con supervisión a distancia; más de 700 imágenes recolectadas por día, cubriendo una amplia superficie, y más de 15 algoritmos de inteligencia artificial, entrenados para detectar anomalías visuales: derrames, pozos parados, daños estructurales, entre otros.

Toda esa información capturada desde el aire es enviada a una plataforma tecnológica de gestión desarrollada por Uali, donde los datos se procesan, visualizan y se integran en tableros de control adaptados a la operación de PAE. Los operadores y supervisores reciben alertas e insights automáticos que les permiten tomar decisiones rápidas, con una lógica just-in-time: detectar, analizar y actuar en minutos

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