
Economía focalizada, servicios inflexibles y un mercado altamente dolarizado transforman a la provincia en el epicentro de las distorsiones de precios en el país.
Neuquén atraviesa un fenómeno inflacionario que se distancia notablemente del comportamiento medio del país.
Así lo muestran los datos del relevamiento de precios para los primeros cinco meses de 2025, en los que la provincia encabezó el ranking nacional con una suba acumulada del 16,4%, frente al 13,3% del nivel general del país.
La diferencia se profundiza cuando se la compara con su vecina Río Negro, que con un 9,0% acumulado se ubica en el extremo opuesto del mapa inflacionario nacional.
El docente de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), Oscar López Marecich, ofreció una explicación estructural a este fenómeno.
Afirmó que “el mayor sesgo inflacionario de Neuquén es que tenemos el componente local de Vaca Muerta”, lo que genera tensiones particulares en la formación de precios.
A ello se suma un entorno de alta especulación comercial. “Hay un componente especulativo de quienes ofrecen bienes y servicios”, expresó.
Precios en alza en mayo
Durante mayo, Neuquén volvió a situarse entre las provincias con inflación mensual más alta (1,9%), superando la media nacional (1,5%) e incluso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1,6%) y a Mendoza (1,7%).
Río Negro, en tanto, registró solo un 0,8%. Esta diferencia mensual se encadena con una trayectoria más prolongada: la inflación interanual en Neuquén alcanzó el 56,3%, la cifra más elevada del país. Río Negro, por el contrario, anotó la más baja con un 35,7%.
En términos estructurales, López Marecich explicó que la inflación local encuentra raíces en la composición misma de los indicadores oficiales.
“En el kirchnerismo, se medía el 68% del precio de los bienes y el 32 por ciento de los servicios. Como los servicios estaban congelados, no aumentaban”, sostuvo.
Esa lógica cambió con la actual administración nacional: “Ahora, con el gobierno de Javier Milei, el 60% son servicios como alquileres y el 40% son bienes de consumo”.

Dado que los servicios registran alzas más pronunciadas y son de carácter inflexible, su peso creciente en la medición del IPC amplifica la percepción inflacionaria.
En Neuquén, el rubro vivienda, agua, electricidad y gas aumentó un 113,6% interanual; educación, un 97,5%; salud, 64,5%; y restaurantes y hoteles, 83,7%.
Estas subas superan ampliamente al promedio nacional y al de provincias como Mendoza, donde vivienda y servicios subieron un 110,5%, pero el nivel general fue solo de 41,6%.
El docente también destacó el impacto distributivo de la inflación.
“Hay un deterioro del poder adquisitivo de quienes no están directamente en la actividad petrolera”. En respuesta a esta presión, los hogares ajustan su consumo.
“Cuando una persona va a comprar bienes para consumir, en lugar de una marca de gaseosa conocida, compra otra más económica o, en lugar de pan lactal, elige otro de menor precio o calidad. Es un gasto flexible”, describió.
Advirtió que “lo que no es flexible es lo que se paga por los servicios porque, como son monopólicos, si no se pagan, se cortan. No hay opción para ir a otro proveedor. Lo mismo con los alquileres”.
Desaceleración nacional
A nivel nacional, el informe de Politikon Chaco confirma una desaceleración generalizada de la inflación, con valores mensuales más bajos que en meses anteriores.
Sin embargo, Neuquén se mantiene como una excepción. La explicación no solo reside en la estructura económica provincial, sino también en lo que López Marecich define como una mentalidad dolarizada.
“Una expectativa inflacionaria por una mente dolarizada de hace 50 años, porque pensamos en lo financiero y cambiario en lugar de lo productivo de la economía real”, describió.
Este enfoque especulativo impacta tanto en precios como en expectativas porque «cuando devalúa Brasil, por ejemplo, no se produce un aumento de la inflación».
El docente fue enfático sobre las consecuencias macroeconómicas de este escenario: “La inflación genera caída del salario real, no que la suba del salario genera inflación. Siempre los salarios corren detrás de los precios”.
En este sentido, advirtió sobre la necesidad de recomponer ingresos: “Si no se recuperan los salarios, que es una de las principales variables que tracciona la economía, el 70% de lo que produce el país se consume en el mercado interno. Es consumo”.
Alimentos solo 0,1%
El informe también expone que mientras en Neuquén el incremento en el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas fue apenas del 0,1% en mayo, otros ítems esenciales como salud (3,4%) o educación (4,2%) impulsaron la suba del índice general.
En Río Negro, en cambio, el alza de alimentos fue del 0,7%, pero sin presiones adicionales relevantes en otros sectores, salvo vivienda (2,8%) y transporte (2,5%).
López Marecich concluyó con una afirmación categórica sobre la percepción económica nacional: “La inflación, más allá del dato medible, es cómo se mueve la economía”.
Desde su perspectiva, el proceso inflacionario se convierte en una consecuencia si los salarios logran compensar los precios, y no en una causa por sí misma. Bajo esta lógica, la inflación en Neuquén no solo es una medición técnica, sino también una señal de un modelo de desarrollo con tensiones distributivas, dependencia sectorial y una estructura de costos rígida que traslada presiones a la economía cotidiana.
Recuperación dispar en las provincias
Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikon Chaco, ofreció un diagnóstico detallado sobre el comportamiento económico de las provincias argentinas desde el inicio de la actual administración nacional, encabezada por Javier Milei, en diciembre de 2023.
En declaraciones a Radio Universidad CALF de Neuquén, Pegoraro manifestó que la recuperación de la actividad económica aún es parcial, heterogénea y condicionada por factores estructurales y geográficos.
“La actividad económica viene mostrando un desempeño relativamente positivo en términos de recuperación de lo que perdió desde noviembre de 2023 a la fecha, pero esa recuperación no es homogénea”, advirtió.
Esta disparidad se manifiesta en el consumo, el empleo y los ingresos, y responde a la estructura productiva de cada región.
Según el especialista, las provincias del centro y la Patagonia, entre ellas Neuquén, exhiben un ritmo de recuperación más acelerado que los distritos del norte del país, como Chaco, Formosa o Santiago del Estero.
“El bloque patagónico está mostrando una recuperación a una velocidad bastante más acelerada que las provincias del norte, donde el nivel de consumo sigue estando altamente retrasado”, explicó.
La razón principal de esta diferencia radica en la presencia de sectores económicos que actúan como motores de crecimiento.
En el caso de Neuquén, el complejo energético de Vaca Muerta funciona como un dinamizador que no solo impulsa la extracción de hidrocarburos, sino también una amplia cadena de servicios asociados.
“Más allá de todo lo que genera Vaca Muerta, no solamente por el petróleo en sí, sino por toda una cadena de servicios, eso permite a las provincias tener un nivel de actividad más elevado”, señaló