
En 2025, un asalariado argentino deberá trabajar entre 173 y 182 días para cumplir con todos sus impuestos. Desde el 22 de junio, empieza la “independencia tributaria”.
Desde esta semana, los trabajadores formales en Argentina pueden «celebrar» una fecha simbólica pero contundente: el Día de la Independencia Tributaria. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el 22 de junio marca el momento del año en que una persona termina de trabajar únicamente para cumplir con sus obligaciones fiscales. A partir de ahora, lo que gana es, por fin, para sí mismo, luego de cubrir con el salario todos los impuestos.
Medio año tributando: ¿cómo se calcula la “independencia tributaria”?
El estudio del IARAF se basó en cuatro perfiles de familias asalariadas tipo (matrimonio con dos hijos), con ingresos brutos que van desde $1.550.000 hasta $7.100.000 mensuales.
El cálculo incluye impuestos directos como Ganancias, Bienes Personales, aportes personales y contribuciones patronales, y también indirectos como IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales. La estimación supone que toda la carga impositiva, incluso la que paga el empleador, recae finalmente sobre el trabajador.
En promedio, se calcula que el 47,3% al 49,9% del ingreso total (sueldo bruto + contribuciones) se destina a pagar tributos. Por eso, la “independencia” llega entre el 22 de junio y el 1 de julio, según el perfil.
Una mochila pesada: ¿cuántos impuestos pagamos en Argentina?
Actualmente, en Argentina existen 155 tributos distribuidos entre Nación, provincias y municipios. Sin embargo, el 90% de la recaudación proviene de apenas un puñado: Ganancias, IVA, Ingresos Brutos, Seguridad Social y derechos de exportación.
Este sistema –repleto de superposiciones y constantes cambios legales– es tan complejo como costoso. Así lo destaca el propio IARAF, que advierte sobre la dificultad de comprender cuánto y por qué se paga.
El Día de la Independencia Tributaria es una forma de traducir ese entramado a una imagen más concreta: medio año de trabajo que no vuelve al bolsillo del trabajador.
Aunque no sea feriado ni tenga acto oficial, el Día de la Independencia Tributaria se vuelve cada año un espejo incómodo para mirar la estructura impositiva del país. Una fecha simbólica que invita a pensar si el esfuerzo fiscal tiene el retorno que la sociedad espera