
En un mano a mano con Energía On, el CEO de la petrolera de bandera habló de su experiencia personal, sus emociones y la importancia del esfuerzo.
Días atrás, las autoridades de YPF presentaron el plan de inversiones para los próximos 5 años en la Bolsa de Nueva York que culminó con el toque, por parte del CEO de la petrolera, Horacio Marin, de la simbólica campana de la bolsa más importante del mundo. Tras esto, los minutos pasaron y las autoridades de YPF no llegaban al piso del complejo bursátil y la razón era que Marin había estallado en lágrimas por la emoción.
La imagen está bastante lejana a lo que una persona podría imaginarse que es el frío management de una empresa que este año tiene un plan de inversiones de 5.000 millones de dólares, pero es el fiel resumen de la impronta que el propio Marin impone a su equipo, y a todo YPF, y que sintetiza al decir que «el liderazgo es eso, es llorar y exigir».
En diálogo con Energía On, Marin contó que lo que vivió «fue una mezcla de todo y muchas veces es muy difícil explicar los sentimientos. Fue cambiar el rumbo de una compañía tan importante, que se puede hacer, pero es fuerte. Y después está en vos, la persona».
Y detalló que «me acuerdo de mis orígenes, mi vieja, mi abuela, las raíces de mi vieja, mi hija, mi señora. Del esfuerzo personal, del esfuerzo de ellos también».
Consultado sobre si imaginó llegar a hacer tipo de hitos cuando era estudiante, Marin respondió de la forma más auténticamente Marin posible: «No, ni en pedo. ¿Cómo me iba a imaginar esto?»
Y describió que por sus orígenes «yo no podría haber ido nunca a estudiar a Estados Unidos y fui dos veces (enviado por la empresa donde trabajaba). Es muy interesante escuchar a mi vieja porque ella no se lo imaginaba. Llegó de una guerra, era muy pobre, comió chocolate por primera vez a los 14 años. Entonces ve esto y no lo puede creer».
Para el CEO de YPF «esto es el esfuerzo que te enseñan tus abuelos, tus viejos, que es lo que yo llamo la superación, la meritocracia, y eso es lo que cambia un país, cambia a la gente y es lo que hay que hacer».
Ese liderazgo mitad a quinta a fondo y mitad con el corazón entero es lo que Marin transmite a su equipo de trabajo y en el que marca que «lo más importante es poner y poner, no importa después el resultado, lo importante es buscar. Siempre digo que uno nunca uno llega al objetivo que no se propone».
La hoja de ruta trazada en el Investor Day que presentó YPF en la Bolsa de Nueva York contempla un cambio copernicano no solo para la petrolera de bandera, sino para la industria hidrocarburífera de todo el país, dado que lo que contempla es un nivel de exportaciones de 40.000 millones de dólares al año, a partir de 2030, un plazo que para el sector, está a la vuelta de la esquina.
Ese cambio rotundo que se busca dar también fue analizado por Marin, quien dejó un mensaje más que positivo al indicar que si bien se deben fijar objetivos «tampoco hay que ser cerrado, hay que ser más libre y no tener miedo a la frustración si uno no llega a la meta. Lo importante es hacerlo, tratar de buscarlo y si no lo lográs pero hiciste todo, te podés dormir tranquilo que hiciste todo lo posible para lograrlo».

De adolescente, Marin, cuando aún ni pisaba la facultad de Ingeniería fue tenista y en esa carrera amateur llegó a jugar nada menos que en el torneo de Wimbledon, un hito que le dejó enseñanzas que al día de hoy replica en su trabajo, ahora en el mundo petrolero.
«Lo bueno es buscar el objetivo, pero si no lo lográs y otro es mejor no es el fin del mundo, es así en el deporte y es así en la vida, pero estoy seguro de que imposible is nothing (nada es imposible)», planteó parafraseando el slogan de una marca deportiva.
Y remarcó que «todo lo que no te proponés, no lo lográs, y de eso se trata YPF. YPF lo que te da es la posibilidad de que libremente pongas objetivos muy altos, que no podés poner en otra compañía, y que te responda la gente con emoción. Y de eso me acordé y me hizo llorar»