Así es una mina a 400 metros de profundidad en San Juan

Los túneles de Gualcamayo parecen laberintos subterráneos. Camionetas circulando, trabajadores con sus trajes de seguridad y un ambiente que parece de otro mundo: así es la mina que esconde oro en las entrañas de la provincia.

Una camioneta avanza por un túnel oscuro, con paredes de roca viva y techos bajos. A su alrededor, trabajadores con cascos, guantes y chalecos reflectantes cumplen sus tareas bajo estrictos protocolos de seguridad. Es el interior de la Mina Gualcamayo, ubicada al norte de San Juan, en el departamento Jáchal, y esta vez la cámara baja a más de 400 metros de profundidad para mostrar cómo es trabajar en las entrañas de la tierra.

En las imágenes  filmadas por los trabajadores se puede ver cómo los vehículos se desplazan por galerías perfectamente iluminadas, mientras se abren paso entre estructuras subterráneas. Es parte del llamado Proyecto Carbonatos Profundos (DCP), una de las apuestas más ambiciosas de la minería moderna en Argentina.

 

Un gigante subterráneo con oro en su interior

La historia de Gualcamayo comenzó en 1994, cuando Minas Argentinas inició las primeras exploraciones en la zona. La construcción de la mina arrancó en 2007 y en 2009 comenzó su etapa productiva. Actualmente, se encuentra en una fase de recuperación secundaria, en la que se re-lavan los minerales ya extraídos para aprovechar el oro remanente.

El producto final de Gualcamayo son las conocidas barras de metal doré —también llamadas «bullión»— que contienen oro y plata. Estas son exportadas en su totalidad para ser refinadas y comercializadas en el extranjero.

Pero el futuro de la mina está bajo tierra. Literalmente. El Proyecto Carbonatos Profundos, ubicado por debajo de las zonas ya explotadas, es una de las grandes promesas del oro sanjuanino: ya cuenta con más de 3 millones de onzas de oro certificadas, de las cuales 1,6 millones están registradas como reservas.

17 años más de oro

Con los recursos actuales, el DCP podría sostener una producción de unas 120 mil onzas de oro por año durante, al menos, 17 años. Para eso, se está trabajando en estudios de factibilidad técnica y económica que estarían listos en 2025. Luego vendrán los permisos ambientales y la construcción de una nueva planta de procesos.

Mientras tanto, los túneles ya muestran una parte de ese futuro: un sistema minero que no sólo profundiza en la tierra, sino también en el potencial económico de la provincia

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