
El Municipio de La Matanza se está caracterizando por cobrar altas tasas municipales a cambio de muy poco. Los empresarios pymes vienen haciendo reclamos a la comuna que lidera el peronista Fernando Espinoza, alineado con el gobernador Axel Kicillof, pero este martes, el Banco Santander informó oficialmente que su sucursal en La Tablada se relocalizó en Caseros, Tres de Febrero, por este fenómeno.
Esta decisión se basa en la necesidad de evitar altas cargas impositivas municipales, que hagan posible mantener el servicio actual, trasladándose a una jurisdicción con una estructura impositiva más equilibrada.
Como es de público conocimiento, el municipio de La Matanza cobra una tasa de seguridad e higiene de 7,5% mientras que en otras jurisdicciones estos costos descienden significativamente, o directamente no existen. Toda esta sobrecarga impositiva hace prácticamente inviable sostener una oferta de productos y servicios financieros competitivos para personas y empresas.
Fernando Bautista, Head de Canales y Distribución Comercial de Santander Argentina, señaló: «Nuestro compromiso es garantizar la sostenibilidad del negocio a largo plazo, asegurando que nuestros clientes accedan a las mejores condiciones posibles. Para lograrlo, analizamos continuamente el impacto de los costos operativos en nuestra estructura, ya que estos inciden directamente en la competitividad de nuestros productos y servicios. Actualmente, Santander destinó 3.700 millones de pesos en 2024 solo en la tasa de seguridad e higiene en La Matanza, un monto que equivale a financiar 12.000 préstamos personales o prendarios de 3 millones de pesos cada uno, o bien más de 300 préstamos hipotecarios. Estamos convencidos de que esta decisión nos permite optimizar recursos y seguir ofreciendo soluciones accesibles y eficientes para nuestros clientes, sin afectar nuestra presencia en la comunidad.»
A pesar de esta relocalización, Santander continuará operando, por el momento, en otras cinco sucursales de la localidad, incluyendo una sucursal de integración social, especialmente diseñada para facilitar la inclusión financiera y el acceso a servicios financieros a personas de segmentos más vulnerables y altamente valorada por los vecinos, desde hace más de una década (La Juanita, Gregorio de Laferrere). Esta sucursal de integración social, que cumple una función crucial de acompañamiento a la comunidad, también paga una tasa de seguridad e higiene del 7,5%.
Además, en línea con su estrategia de transformación digital, el banco refuerza su apuesta por la banca online, ofreciendo a sus clientes herramientas ágiles y seguras para operar de manera rápida y sencilla desde cualquier lugar, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. La digitalización es un eje clave para Santander, que continúa innovando en sus plataformas y soluciones para brindar una experiencia bancaria digital y eficiente.
Pymes en alerta
En el streaming “Es la economía, ¡Estúpido!”, que presenta los sábados Fabricio Moschettoni en sus redes sociales, el empresario pyme del rubro de la construcción, Christian Sculco, contó el problema que tienen con tasas viales en donde los contribuyentes de La Matanza aportan pero no reciben demasiado a cambio, y dijo, además que “en la Provincia de Buenos Aires no hay reducción de personal tampoco en muchos municipios. Quieren mantener la misma actividad del 2023 con una situación distinta del país, en donde no reciben fondos extraordinarios y por eso sale del bolsillo de matanceros en el caso de La Matanza”.
“Tuve el privilegio de estar el 26 de diciembre en La Matanza (como mayor contribuyente acompañando a un concejal) y veía como algunos votaban sin saber lo que decían. El aumento fue del 100% en alumbrado, barrido y limpieza”, consignó, y agregó que “las tasas municipales se empezaron a incrementar el año pasado, no solo la de combustibles o supermercado, que lleva a que el gasto diario aumente. Hay mucha diferencia entre los municipios. En Tres de Febrero o Capital, esa (presión) no existe”.
En la misma dirección, la emprendedora pyme, Taiana Navarrete, contó que con su hermano tienen un emprendimiento de servicios para celebraciones en México, y quieren replicarlo en La Matanza, aunque los costos son muy difíciles y la burocracia estatal local mucho más. “mi hermano, después de 10 años de vivir allá y haber formado una empresa, quiere venir a hacer lo mismo acá, pero el problema son los impuestos. Si bien a nivel se desregularizó, vemos que por ejemplo, si quiero traer mi empresa a La Matanza me sale mucho más elevado que en otro municipio. Hace dos meses mi hermano se anotó acá, y se tuvo que anotar no como lo que él hace, sino como servicios de comunicación. Nosotros hacemos la fabricación de todos los materiales para fiestas y eventos. En México hay muchísimos eventos y mucha población, por lo que es un mercado bien posicionado y nuestra competencia más grande es China”, contó.
Tanto Christian como Tatiana son integrantes de un espacio que se llama “Unión Nacional de Emprendedores, Pymes y Productores para reformas laborales, sindicales y tributarias pro iniciativa privada” (UNEPP), en donde se reúnen emprendedores de todo el país que luchan contra la fuerte presión impositiva de varias provincias, así como las tasas municipales elevadas de determinados feudos municipales.
La decisión del banco Santander, que antes había sido tomada también por el Banco Nación, coloca en debate público la presión impositiva y de tasas municipales que muchos estados están ejerciendo, y hacen difícil de sostener cualquier empresa.
En momentos en donde se necesita crédito para avanzar, es necesario que sean menos costosos, pero si las tasas municipales son elevadas, la competitividad de la banca también se hace difícil de sostener.
El modelo de La Matanza
El Municipio de La Matanza es gobernador por Fernando Espinoza, un intendente del peronismo alineado con el gobernador Axel Kicillof. En la plantilla financiera del Municipio no aparecen dificultades a la vista, sin embargo, el cuestionamiento que hacen varios emprendedores y conocedores de finanzas municipales es que han adquirido grandes cantidades de letras y bonos provinciales, pero, sin embargo, el dinero que aportan los contribuyentes en tasas no se destina a solucionar los problemas específicos. Es decir, consideran que hay una utilización de esos recursos para otros fines municipales, situación que no sería ilegal, pero pierde sentido común