Presente griego

El regalo que la Municipalidad de Fiambalá le hizo a la litífera china Zijin-Liex comienza a escalar hacia el escandalete. El Ancasti

El productor Pedro Saleme, que afirma ser el propietario del predio donde se asentó la firma minera, adelantó las aristas más erosivas del litigio que se apresta a iniciar después de que el municipio le ofreciera la ridícula suma de 3 millones de pesos por las 671 hectáreas.

Es razonable que Saleme se sienta afrentado. Al despojarlo del terreno para obsequiárselo a los chinos, la gestión de la exintendenta Roxana Paulón lo sacó de circuito y le arrebató el negocio que podría haber hecho con su familia. Nunca le pagaron lo que le correspondía por la expropiación y la gestión de Raúl Úsqueda quiere arreglarlo con monedas.

«La oferta que tenemos es de $ 3 millones por 671 hectáreas. La parcela está ubicada en zona de frontera y está alcanzada por una ley por la que no se podría haber entregado esas tierras a empresas extranjeras. El valor actual de la tierra tendría que ser de 671 millones de pesos, un millón por hectárea. Creemos que es un valor razonable porque en Fiambalá una hectárea vale unos 12 millones de pesos», advirtió Saleme en el anuncio de la demanda que interpondrá contra el municipio y la empresa.

“Alguien se tiene que hacer cargo del pago de esto”, consideró.

Según dijo, la expropiación era para destinar el predio a un parque industrial pero “le entregaron todo el paquete a la empresa china”.

Además, puso en duda la legalidad del trámite que realizó el municipio, porque a su criterio la expropiación debería haber pasado por la Legislatura.

«Fue una expropiación fraudulenta, no pensamos nunca que nos iban a realizar una oferta de esa magnitud. En Fiambalá un terreno de 10 por 30 hectáreas está valiendo entre 30 y 40 millones de pesos», añadió.

La mensura para la expropiación por parte de la Municipalidad, contó, comenzó en 2021 pero el trámite se paralizó.

“Ellos van y le dan la posesión a la empresa china sin tener escrituras, sin tener absolutamente nada. Han hecho las expropiaciones y han metido la empresa china a trabajar. Nunca nos consultaron como dueños. Ellos deberían primero abonarnos a nosotros como dueños porque no puede ser que el Estado provincial te cobre los impuestos como dueño y no te reconoce como tal”, afirmó y aclaró que son seis hermanos que heredaron a Miguel Saleme, pero que ninguno obtuvo compensación.

La pregunta que sigue sin responderse es por qué la exintendenta Paulón tomó la decisión política de regalarle el predio a los chinos. Es decir: qué factor la llevó a eximir a los empresarios litíferos de la inversión en el terreno.

Se desconoce si los orientales estaban al tanto de los pormenores del trámite que los llevó a hacerse de un predio excelentemente ubicado gratis. Chochos con la generosidad de la Municipalidad de Tinogasta, habrán adoptado el criterio popular que aconseja no examinar los dientes del caballo regalado o su equivalente chino.

A la vuelta de cuatro años vienen a darse con que las improlijidades de la generosa Paulón los pueden involucrar en un juicio que se suma a las permanentes polémicas que genera su presencia en el distrito fiambalense.

La última los responsabiliza por la baja de las lagunas andinas que constituyen uno de los principales activos turísticos de Fiambalá, denuncia de los operadores turísticos sobre la que se montaron proveedores y aspirantes a serlo.

Paulón ya no tiene que preocuparse por estas minucias, cubierta como está con un punto índice del Gobierno después de haber perdido las elecciones con Úsqueda, que debe apechugar con los reclamos

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