Neuquén y el desafío de proteger su riqueza natural

La floreciente industria hidrocarburífera y el creciente turismo impulsan la economía, pero también ponen en riesgo la biodiversidad local. Conocer los desafíos y asumir la responsabilidad colectiva es el primer paso hacia un futuro sostenible para toda la provincia.

La provincia de Neuquén, posee una riqueza natural inigualable: bosques de pehuenes, numerosos lagos y ríos cristalinos, extensas áreas protegidas y una biodiversidad que asombra tanto a turistas como a residentes. Sin embargo, el crecimiento de las actividades humanas —en especial la hidrocarburífera y la turística— demanda un enfoque responsable y sustentable para evitar daños irreparables a los ecosistemas.

En los últimos años, Neuquén se ha convertido en un actor clave de la industria de hidrocarburos gracias al yacimiento Vaca Muerta. Según estimaciones oficiales, la producción de petróleo y gas en la provincia creció más de un 25% entre 2021 y 2023, impulsando la economía local y nacional. Sin embargo,este auge extractivo plantea varios desafíos ambientales:

Alto consumo de agua: La técnica de fracking o fractura hidráulica requiere millones de litros de agua mezclada con productos químicos para extraer el hidrocarburo de la roca madre. Este uso intensivo puede presionar las reservas de agua dulce y afectar la disponibilidad del recurso para la agricultura, el consumo humano y los ecosistemas locales.

Residuos líquidos: Las aguas de flowback y producción, sin tratamiento previo ni trazabilidad, ya superan los 35 millones de metros cúbicos anuales.

Riesgo de contaminación de suelos y acuíferos: Un manejo inadecuado de fluidos de perforación o derrames accidentales puede filtrar químicos al subsuelo, dañando la calidad de las napas de agua y afectando la actividad agrícola y ganadera.

Eventos sísmicos: El incremento de la actividad de fractura hidráulica ha coincidido con un aumento en la detección de sismos de baja magnitud en la región. De los 79 eventos sísmicos del 2024, 60 corresponden a la actividad en Vaca Muerta. Así lo detalló el Observatorio de Sismicidad Inducida. Hay una disminución respecto al 2023, donde se registraron 82 sismos, 15 que respondieron a mecanismos naturales y 67 asociados a la fractura hidráulica.

Emisiones de gases de efecto invernadero: La quema de combustibles fósiles y la posible fuga de metano durante los procesos de extracción contribuyen al cambio climático. Aunque existen programas para mejorar el control de emisiones, es fundamental intensificar la fiscalización y promover el uso de tecnologías limpias.

Alteración del paisaje y pérdida de biodiversidad: Las áreas de exploración y perforación suelen requerir apertura de caminos, construcción de pozos y actividad de tránsito pesado. Todo ello fragmenta los hábitats de especies nativas y puede acelerar procesos de erosión del suelo.

Actividad turística y sus repercusiones

El turismo en Neuquén también representa una fuente de ingresos importante y una oportunidad para la educación ambiental. Sitios como San Martín de los Andes, Villa La Angostura, el Parque Nacional Lanín o el Volcán Copahue atraen a visitantes de todo el mundo. No obstante, su crecimiento sostenido conlleva impactos negativos si no se gestiona de manera responsable:

Generación de residuos: El incremento de turistas eleva la cantidad de basura producida en áreas naturales y centros urbanos. La falta de contenedores adecuados o la insuficiente infraestructura de reciclaje puede derivar en contaminación de suelos, ríos y lagos.

Presión sobre ecosistemas frágiles: Un número excesivo de visitantes en senderos y áreas protegidas provoca compactación del suelo, erosión y daños en la vegetación nativa. Además, la fauna puede alterar su comportamiento frente a la presencia masiva de personas.

Huella de carbono: El transporte aéreo y terrestre de turistas incrementa las emisiones de CO₂, lo que contribuye al calentamiento global. Fomentar la movilidad sustentable y la eficiencia energética en alojamientos es clave para reducir este impacto.

Formas cotidianas en que dañamos el ambiente

Más allá de las actividades productivas, nuestras acciones diarias también afectan el medio ambiente:

Uso desmedido de recursos: El consumo excesivo de agua y energía (por ejemplo, dejar luces encendidas o abusar de la calefacción) incrementa la huella ecológica y agota los recursos naturales.

Contaminación por residuos: El uso de plásticos de un solo uso (bolsas, botellas, sorbetes) y la disposición incorrecta de la basura genera basurales que contaminan suelos y cursos de agua.

Transporte individual: El uso frecuente del automóvil particular en lugar de transporte público o compartido eleva las emisiones de gases de efecto invernadero y agrava los problemas de congestión urbana.

Pérdida de biodiversidad urbana: La expansión de áreas residenciales o comerciales sin planificación puede desplazar a la fauna local y reducir los espacios verdes disponibles en las ciudades.

Hacia una provincia comprometida con la sustentabilidad

Para que Neuquén continúe creciendo sin poner en riesgo sus recursos naturales, es fundamental fomentar políticas y prácticas de desarrollo sostenible:

Fiscalización y transparencia: Monitoreo constante de la calidad del agua, el aire y el suelo en zonas de extracción hidrocarburífera, junto con la publicación de los resultados y la adopción de medidas de mitigación.

Turismo responsable: Implementar cupos de visitantes en áreas sensibles, fortalecer la infraestructura de residuos y promover capacitaciones a prestadores turísticos para la adopción de prácticas amigables con el ambiente.

Concientización ciudadana: Campañas de separación de residuos, compostaje domiciliario, uso eficiente del agua y la energía, y promoción de energías renovables (paneles solares, bombas de calor, etc.).

Protección de áreas naturales: Fortalecer el control y la vigilancia de parques nacionales y reservas, además de apoyar la reforestación con especies nativas para contrarrestar la deforestación y la erosión.

El cuidado de Neuquén  requiere de la participación activa de la industria, el sector turístico, las autoridades y cada habitante. La responsabilidad ambiental no es exclusiva de un solo actor: es un compromiso compartido para preservar la riqueza natural y asegurar que las futuras generaciones puedan disfrutar de esta tierra única, que hoy nos toca proteger

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