Nuevo sismo en Añelo: crecen las preocupaciones por la relación entre fracking y actividad sísmica

Un movimiento sísmico de magnitud 2,7 registrado a 45 kilómetros de Añelo genera nuevamente debate sobre la sismicidad inducida en Vaca Muerta. La coincidencia con operaciones de fractura hidráulica en el área Aguada del Chañar pone en foco la necesidad de investigar los impactos ambientales de la extracción no convencional.

Un sismo de magnitud 2,7 en la escala de Richter, con una profundidad de 8 kilómetros, fue registrado recientemente a unos 45 kilómetros al norte de Añelo, en la provincia de Neuquén. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) confirmó el evento, que coincide espacialmente con operaciones de fractura hidráulica (fracking) realizadas por YPF en el área Aguada del Chañar.

La región de Vaca Muerta ha experimentado un aumento en la actividad sísmica en los últimos años, fenómeno que algunos expertos asocian a las prácticas de extracción no convencional de hidrocarburos.

Según el Observatorio de Sismicidad Inducida, entre 2019 y diciembre de 2023 se registraron 457 movimientos sísmicos en la zona, con una profundidad media de 6 km, significativamente menor que la media de 96 km de los sismos naturales en la cordillera neuquina.

En 2024, se han contabilizado 58 sismos en la provincia de Neuquén, de los cuales 45 se asocian al fracking y 13 a causas naturales. 

Este incremento ha generado preocupación entre los habitantes y autoridades locales, quienes demandan estudios más profundos sobre la relación entre la actividad sísmica y las técnicas de extracción utilizadas en Vaca Muerta.

El fracking implica la inyección de grandes volúmenes de agua, arena y productos químicos a alta presión para fracturar formaciones rocosas y liberar petróleo y gas. Esta técnica ha sido vinculada a la sismicidad inducida en diversas regiones del mundo, incluyendo áreas de Estados Unidos y Canadá.

En Argentina, la creciente frecuencia de sismos en zonas de explotación no convencional ha llevado a investigadores y organizaciones a estudiar este fenómeno con mayor detenimiento.

A pesar de las preocupaciones, la explotación de Vaca Muerta continúa siendo una prioridad para el desarrollo energético del país. Las autoridades y empresas involucradas sostienen que se siguen protocolos de seguridad y monitoreo para minimizar los riesgos asociados a la actividad sísmica.

No obstante, la comunidad científica y sectores de la sociedad civil insisten en la necesidad de una evaluación más exhaustiva de los impactos ambientales y sociales del fracking en la región

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