En el caso de los 304 pozos productores paralizados, la producción perdida mensual asciende a 8.496 m³, lo que representa 53.438 barriles de crudo valuados en 4.365.506 dólares. A esto se suman 85 pozos inyectores fuera de operación, que impactan indirectamente en 15.300 m³ de petróleo mensuales, equivalentes a 96.234 barriles y una pérdida estimada de 7.861.611 dólares. En total, estas inactividades generan un perjuicio económico de más de 12,2 millones de dólares mensuales y afectan directamente las regalías provinciales, que se reducen en 1,46 millones de dólares al mes.
La caída en la producción tiene además un impacto histórico. En julio de 2024, se registró el nivel más bajo en 70 años, con apenas 148.000 m³ producidos, cifra que mejoró ligeramente en septiembre al alcanzar los 168.000 m³, gracias a la reactivación de 390 pozos en estado de parada transitoria. Sin embargo, estas medidas no incluyeron perforaciones nuevas, lo que evidencia una falta de inversión estructural.
Según Gustavo Astie, CEO de Pecom y exvicepresidente de Upstream en YPF, el problema radica en una gestión deficiente de los yacimientos. Astie señala que en regiones como el Golfo San Jorge, donde el factor de recobro promedio es del 15%, existe un potencial significativo para duplicar la extracción mediante técnicas de recuperación secundaria y terciaria. “No hay yacimientos maduros, hay yacimientos mal explotados”, aseguró.
Esta desinversión y falta de estrategias claras han llevado a una pérdida acumulada de 25 millones de m³ de petróleo, o 157 millones de barriles, lo que equivale a una descapitalización de 12.580 millones de dólares. Además, las reservas comprobadas de crudo se han desplomado de más de 30 millones de m³ en 2015 a apenas 4,84 millones en 2024, suficientes para solo un año y medio de producción al ritmo actual.
El informe subraya la necesidad urgente de implementar políticas sostenibles y reactivar los pozos inactivos, ya que las pérdidas no solo afectan a la industria, sino que también golpean la economía provincial, las regalías y el empleo local. Sin una estrategia de recuperación eficiente, Santa Cruz enfrenta una crisis que compromete su papel histórico como uno de los principales bastiones de la producción energética nacional. (Agencia OPI Santa Cruz)