En 2017 hubo advertencias sobre las fallas en el contrato con Livent
Livent tiene el 44% del paquete accionario de Arcadium. Debe haber embuchado el mismo porcentaje de la cifra total, que serían 2.948 millones de dólares “cash”.
Para dimensionar el volumen del negocio, hay que considerar que los cambios en el convenio se hicieron para permitirle a Livent fondearse para una hacer inversión de 300 millones de dólares, acrecentar su producción y expandirse “sin el consentimiento de la Provincia”.
A cambio de esa inversión, saca siete años después casi 3.000 millones de la misma divisa en un cambio de manos: 10 veces más.
¿Qué obtuvo Catamarca de tamaña maniobra financiera? ¿Qué dividendos consiguió de liberar a Livent de la obligación de contar con su “consentimiento” para operar?
Enorme interrogante, que cobra mayor alcance con la misteriosa desaparición del contrato original de 1991, en el que deben estar los motivos por los que la Provincia tiene acciones clase A, dos directores y un síndico en Minera del Altiplano-Livent. Alguien debe tenerlo, pero no está disponible para que el público lo contraste con las modificaciones. En el Boletín Oficial no está y las gestiones de El Ancasti para acceder a él fueron infructuosas.
Las sospechas sobre Livent que se reactivaron tras la multimillonaria venta se vuelven más intensas en cuanto se advierte la pertinaz pulsión fraudulenta de la firma, sancionada por la AFIP por subfacturar sus exportaciones. Esta maniobra no solo perjudicó al fisco nacional, sino también al provincial, ya que las contribuciones de la litífera se calculaban sobre el valor de venta de su producto.
Notable gambeta: ya se deshizo del Proyecto Fenix a cambio de una fortuna. Vaya uno a cobrarle ahora lo que adeuda.
Al margen de lo que diga la letra del contrato, las autoridades que lo firmaron consintieron que Livent operara sin el estorbo de la opinión de la Provincia titular de los derechos concedidos.
La incógnita que falta despejar es si fue por negligencia, ineptitud o algún otro motivo tan misterioso como el contrato de 1991