Sierra de la Ventana esconde un rincón mágico, seleccionado para representar al país en una de las competencias de turismo más importante del mundo. A continuación, te contamos los motivos que hacen de este pueblo un lugar único y por qué vale la pena conocerlo.
“Nos sobran los motivos”. Si bien este fue el título elegido por Joaquín Sabina para el disco que en vivo lanzó en el 2000 donde recopila muchos de sus grandes éxitos, también la frase aplica de manera perfecta para quien esté planeando una visita a Saldungaray.
Porque este mágico pueblo, parte de La Comarca de Sierra de la Ventana en la Provincia de Buenos Aires, ofrece sobradas razones para visitarlo y enamorarse a primera vista. Tal es así que la Subsecretaría de Turismo de la Nación lo seleccionó para participar del concurso de ONU Turismo, en el que cada año se eligen los mejores destinos rurales del mundo.
A continuación te presentamos que hacen de Saldungaray un lugar único.
1 – Naturaleza
Con las sierras como confidente, Saldungaray ofrece postales naturales a cada paso. Ni que hablar cuando las retamas florecen y tiñen el horizonte de amarillo. Si a eso le sumamos el cantar de los pájaros, que son el sonido ambiente del pueblo en general, la escena es perfecta.
¿El mejor plan para la tarde? Agarrar el equipo de mate e ir a disfrutar de la costanera del Arroyo Sauce Grande.
2 – Arquitectura
En el hermoso paisaje serrano que caracteriza a Saldungaray, es imposible no maravillarse y sorprenderse con las obras que dejó como legado el arquitecto italiano Francisco Salamone.
De hecho, concretamente aún se conservan la Delegación Municipal, el Mercado Municipal, el Matadero Municipal y el monumental Portal del Cementerio. Este último es considerado a nivel internacional como una de las manifestaciones de estilo Art-Decó más importantes de Salamone. Perderse por las callecitas del pueblo es una invitación a toparse con estas obras.
3 – Historia
Declarado como “Lugar histórico nacional” en 1980, el Fortín Pavón puede considerarse como parte fundamental de los pueblos del este de la Comarca. Es que en su interior aún permanecen ranchos hechos a la usanza de la época, destacándose una comandancia, guardia y cinco cuadras de tropa.
Y a unos pocos metros de la Plaza Independencia se encuentra la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito, cuya imagen fue especialmente traída desde Francia por el fundador del pueblo. Otro punto clave es la centenaria Estación de Ferrocarril, que aún alberga diversos elementos de la actividad ferroviaria. Sí, historia pura.
4 – Sabores
Claro que quienes visiten el pueblo también se llevarán un gran recuerdo de sus sabores, y eso es gracias, en parte, a la bodega Saldungaray. Con una extensión de 20 hectáreas, elabora grandes exponentes de Malbec, Merlot, Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Pero, por si fuera poco, a pocos metros de la bodega, espera Quesería Campo Udi, donde se pueden observar los procesos de elaboración del queso, que dan como resultado las siguientes variedades: sardo, de postre, pategrás, fontina, cuartirolo y saborizados.
5 – Tranquilidad
Quienes busquen desconectarse del ruido, la vorágine y la ansiedad que se vive en las grandes ciudades, Saldungaray es EL lugar ideal. Porque es un lugar que invita a relajarse y a conectar con lo importante. Realmente se vive a otro ritmo (uno más amable y saludable) en este precioso rincón de La Comarca.
En esa línea, una muy buena opción para hospedarse es Sueño Serrano, ya que le hace honor a su nombre. Rodeadas por árboles y un amplio espacio verde, sus cabañas ofrecen todas las comodidades para que la experiencia en Saldungaray sea tan completa como inolvidable. Por si fuera poco, la amabilidad y hospitalidad de sus anfitriones Betina y José, terminan de dar el toque para sentirse como en casa.
El Planeta Urbano – Fuente: Revista Un Camino (Christian Ali Bravo)