“Debemos pensar acciones para que la información y las advertencias puedan llegar a los actores sociales involucrados y se minimicen los impactos”, dijo la Dra. Elizabeth Carbone, investigadora del Conicet.
De acuerdo con mediciones realizadas por la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio), el nivel del mar en el mundo en este tiempo se ha incrementado 20 centímetros y, para el año 2100, se prevé una suba de entre 30 y 122 cms. Para este caso, la pregunta es: ¿de qué manera se verá afectada la zona costera de Bahía Blanca?
“Debemos pensar acciones para que la información y las advertencias puedan llegar a los actores sociales involucrados y se minimicen los impactos. Ante la diversidad de problemáticas y desafíos que nos enfrentamos en el sistema costero, la incorporación de diferentes sectores a los regímenes de áreas protegidas resulta una herramienta muy versátil para conservar y preservar las áreas naturales”, asegura la Dra. Elizabeth Carbone, licenciada en Geografía por la UNS e investigadora del Conicet con orientación sobre manejo costero y problemáticas geoambientales.
“El área costera de Bahía Blanca posee diferentes sitios de interés desde el punto de vista ecológico fundamentados a partir de unidades geomorfológicas específicas, especies emblemáticas y determinados valores históricos y culturales”, agrega.
“Estas variables han permitido la creación de las reservas naturales con diferentes categorías de protección enmarcadas en distintos niveles jurisdiccionales. Una de las temáticas involucra el análisis del manejo de estos espacios y cómo se van ejecutando y cumplimentando los diferentes planes operativos definidos en sus planes de gestión”, indica.
También sostiene Carbone que, desde la perspectiva geográfica integral y avanzando en la evaluación de las problemáticas ambientales en los espacios costeros y, particularmente, en la zona de Bahía Blanca y área de adyacencia, en el proyecto de investigación que desarrollan en el Departamento de Geografía y Turismo se indagó sobre las problemáticas geoambientales a través del estudio de la interacción entre las variables naturales y de las actividades humanas que se desarrollan en el área de estudio.
Algunas de ellas están referidas a los servicios ecosistémicos del sector costero y su variación en los últimos años.
Otros trabajos se refieren a las transformaciones territoriales de la franja costera, así como al análisis de la dinámica ambiental del veril norte del canal principal. Incluso, actualmente, se está analizando el grado de naturalidad del espacio costero.
“Los objetivos específicos de este proyecto dialogan con las diversas líneas de investigación, dado que se trata de variables complejas de abordar”, dice.
También que el trabajo es multidisciplinar, donde las variables químicas, ecológicas y ambientales integradas se analizan con el grupo de investigación conformado por la Dra. Carla Spetter, quien aborda el proceso de eutrofización en zonas costero marino; por la Dra. Sandra Fiori, acerca de la problemática de la ostra del Pacífico en el área de estudio; por el Dr. Walter Reimers, respecto de las variables ambientales asociadas al ámbito costero y la Dra. María Angeles Speake, quien desarrolla una beca postdoctoral en esta temática (con la dirección de Carbone).
En el caso de las zonas costeras es fundamental evaluar la incidencia e impacto directo de las actividades humanas que allí se desarrollan para tomar acciones directas sobre qué se puede modificar en lo inmediato con respecto al aprovechamiento que se realiza de los recursos naturales.
“Ante cualquier afectación por una eventual variación del nivel del mar, lo ideal es realizar un diagnóstico integrado de los procesos actuantes en los espacios geográficos. Esto es porque el sistema costero es un espacio complejo donde se interrelacionan diferentes variables, tanto naturales, como socio económicas y administrativas de diferentes niveles jurisdiccionales”, explica.
También sostiene Carbone que las zonas costeras poseen una dinámica compleja, asociada a la interrelación de procesos físicos, biológicos y químicos, así como son ambientes con gran importancia ecológica que sirven de refugio, zona de cría y alimentación para gran variedad de especies. Y que de allí la importancia de estos espacios geográficos que deben ser estudiados de manera integral con el uso que se realiza.
Actualmente, las principales actividades dominantes en las áreas costeras son las actividades portuarias, industriales y primarias, así como muchas de ellas se desarrollan en los estuarios o en su cercanías.
“Uno de los aspectos para analizar los sistemas costeros es a partir de los bienes y servicios que nos proveen, lo que se conceptualiza como servicios ecosistémicos y de allí la importancia que revisten”, afirma.
—¿Qué sucede en el espacio costero en relación a las temáticas ambientales?
—Con respecto a la zona costera de Bahía Blanca, de gran importancia ecológica por su alta biodiversidad, la incidencia del aumento del nivel del mar también debe analizarse de manera integral.
“Los datos que revelan los estudios hablan sobre una incidencia directa sobre el sector de islas, principalmente. Cabe destacar que el área insular se halla protegida legalmente con la categoría de Reserva Natural de Uso Múltiple.
“Las características de este espacio insular están signadas por una fragmentación areal alta en las islas del norte y una mayor compactación en las islas del sur, de acuerdo con estudios que estamos realizando con el Dr. Walter Melo, donde se indica que los factores que determinan una dinámica diferencial están asociados a la distribución de las islas, la extensión de las planicies, la presencia de salitrales y marismas, los aportes de agua dulce y la posición geográfica que determinan sectorizaciones particulares asociados a morfologías diferenciadas.
—¿El estudio de las diferentes unidades geoambientales del sector revela la complejidad de los procesos actuales?
—En realidad, esos procesos indican los cambios y modificaciones surgidos en estos espacios a partir del emplazamiento de infraestructura y equipamientos específicos para los diferentes usos del suelo presentes.
“Se advierte un cambio de funcionalidad, principalmente en ambientes que en épocas previas eran dominados por olas y, en la actualidad, las mareas detentan la mayor influencia en sectores del norte del área de estudio.
“Este cambio de factores, que modelaban el espacio costero en relación a los dominantes, revela sitios de acumulación con respecto a los erosivos que se encontraban en el sector intermedio del canal principal”.
—¿De qué manera se aborda el diagnóstico ambiental?
—En este sector es importante considerar los aportes continentales y la protección relativa a procesos erosivos que puedan incrementarse en los peores escenarios indicados en los últimos informes.
“Si bien toda el área reviste fundamental importancia ambiental y se debe considerar para cualquier tipo de aprovechamiento que se realice, existen sectores de vital importancia para la biodiversidad, tales como ambientes prístinos, que justifican y fundamentan la creación de áreas protegidas de diferentes niveles jurídico administrativo.
“Este tipo de medidas adoptadas para conservar y proteger áreas naturales es fundamental, sobre todo en espacios tan complejos como los costeros, donde coexisten diferentes forzantes y presiones.
“Con respecto a esta temática en Bahía Blanca, con la Dra. Speake realizamos diferentes abordajes para evaluar cuáles son los procesos actuales que inciden directamente sobre la dinámica ambiental del ecosistema costero del área de estudio, con énfasis en el análisis particular de las presiones ejercidas por los diferentes procesos naturales y las actividades humanas a que están sometidos este tipo de espacios costeros.
“Con respecto a los diagnósticos integrados de las actividades y presiones que se ejercen sobre los espacios costeros, un tema fundamental, y pendiente, es que toda la información y datos obtenidos pueda transformarse en mapas de acción y estrategias de posibles soluciones para las problemáticas a las que nos enfrentamos.
“El tratamiento de los desechos, tanto líquidos como sólidos, reviste una significativa relevancia que, actualmente, se está complicando en su ejecución por un notorio incremento. Si bien se realizan separaciones en origen y se concientiza sobre la discriminación de secos y húmedos, aún falta la ejecución óptima final de los procesos completos”.
—¿Qué tipo de residuos se han hallado?
—Se encuentran elementos muy peligrosos como jeringas, con y sin agujas; restos de animales, tanto domésticos como silvestres, y alimentos en putrefacción, que ya se encontraban en ese estado en los depósitos domiciliarios, cuando los servicios de recolección se interrumpen por algunas circunstancias. Estas situaciones se observan no sólo en las zonas costeras, sino en muchas periferias de localidades cercanas”.
—¿La deposición final de los desechos debe estar planificada?
—Sí, para que, ante tormentas severas o inundaciones, que serán más frecuentes según los aspectos destacados en varios informes, los impactos no sean negativos e irreversibles.
“Esa planificación involucra la determinación de los sitios de emplazamiento adecuados; es decir, analizar los vertederos, la instrumentación de los procesos de tratamientos y la capacitación de los recursos humanos involucrados en esta acción.
“Esta actividad puede contribuir con las economías locales y avanzar como una actividad rentable de acuerdo con los productos obtenidos, principalmente, en el proceso final de reciclado. Aunque no son masivos, actualmente existen algunos programas y planes de tratamiento de residuos que son aplicados y puestos en marcha por diferentes actores sociales involucrados en estas temáticas.
“Ante cualquier afectación por una eventual variación del nivel del mar, lo ideal es realizar un diagnóstico integrado de los procesos actuantes”.
“Quizás una de las problemáticas que se advierte es la falta de socialización de la información, o existe información confusa como, por ejemplo, la señalética colocada en los recipientes donde se deben depositar los residuos. Esa desinformación conduce a acciones no claras y perjudica los objetivos de esos programas”.
—¿La aparición de la basura electrónica es otro de los factores?
—Es una situación preocupante, ya que los volúmenes se han incrementado en forma exacerbada en los últimos 5 años. Los vertederos deben ser analizados con una perspectiva integral también y considerando que muchos de los componentes que los constituyen incorporan, al medio natural, elementos nocivos desde todo punto de vista.
“Se ha observado, en algunos accesos viales, depósito de monitores de gran tamaño descartados de manera manual. Con respecto a este tema, existen países receptores de gran volumen de estos residuos en función de convenios realizados oportunamente.
“Los vertederos están localizados en las zonas costeras someras, donde las consecuencias para la salud humana son severas y, en los últimos diez años, la calidad de vida se ha visto muy comprometida. Estas consecuencias trascienden fronteras y afectan a todo el sistema costero.
“Actualmente se ha interrumpido la acumulación y vertido de ese tipo de residuos, aunque el manejo actual de lo existente es muy complejo”.
—¿Cuál es la afectación desde el punto de vista ecológico?
—La biodiversidad está afectada en todo su ciclo y las comunidades que viven ahí, o en cercanía, ya sufren los efectos directos.
—¿Con el tratamiento de los líquidos sucede algo semejante?
—Es algo primordial desde el punto de vista de la logística integral. A nivel mundial, las plantas de tratamiento actualmente intentan desarrollar tecnologías avanzadas para que sus desechos tengan los estándares apropiados y requeridos para minimizar el impacto en su deposición final.
“Esta temática involucra una planificación y acción directa, donde se involucran diferentes niveles jurisdiccionales, como también variada categoría de actores sociales que actúan en diferentes etapas de los procesos de tratamiento.
“La información del tratamiento de los desechos líquidos, principalmente los que surgen en domicilios, en las actividades productivas y extractivas, debe ser concreta y de amplia socialización. También esta consideración tiene que ser abordada desde la planificación en el territorio.
“Con respecto a la información ambiental en campañas específicas, y a partir de estudios que hemos realizado, surge que existe desinformación acerca de medidas que se adoptan para aplicar insecticidas.
“Hemos advertido la muerte de abejas y colmenas completas cuando se fumiga para combatir insectos que se alimentan de cultivos en las zonas agrícolas en cercanías del área de estudio, donde la sola acción de no poder colocar a tiempo la piquera conllevó la muerte total de los enjambres.
“Esta situación, además del impacto ecológico, negativo e irreversible en el ciclo de polinización, que es uno de los servicios ecosistémicos que analizamos en estas áreas, representa la pérdida total de la producción de miel para pequeños productores en estos últimos cuatro años”.
De qué se trata
Los resultados de estudios sobre esta temática, tanto del seguimiento de registros históricos satelitales y de información obtenida a través de datos modelados, indican que desde el año 1880 el nivel del mar global se ha incrementado unos 20 centímetros y, para el año 2100 se indica un alza de entre 30 y 122 cms.
Estos datos fueron incorporados y desarrollados para el informe presentado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPPC) de las Naciones Unidas acerca de los océanos.
“La importancia de este tipo de estudios revela la situación actual y futura de la relación entre variables tales como la temperatura del aire, temperatura superficial del mar y el aumento del nivel del mar”, sostiene Carbone.
“Asimismo, el informe indica cuáles serían los posibles valores de ascenso del nivel del mar en relación con valores de calentamiento global y si hubiera una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, determinando que, de seguir con el actual nivel de emisiones, la situación sería más extrema para las zonas costeras”, añade.
Los especialistas y autores de las diferentes investigaciones realizadas, pertenecientes a distintos organismos internacionales, tales como OMM, IPCC, NASA, indican posibles valores de incremento del nivel del mar en relación con ascensos de la temperatura entre 2 ºC y hasta 4 °C en los peores escenarios.
“Los productos cartográficos elaborados, que surgen en la compilación de todos los datos generados en los diferentes estudios, representan una herramienta muy versátil para los gestores y actores sociales involucrados en las diferentes problemáticas a las que nos vemos sometido con respecto a estas temáticas”, dice la investigadora.
En este sentido, cabe destacar que la multiescalaridad y la multidisciplinaridad de estos estudios acercan información sobre el diagnóstico actual y futuro de los espacios involucrados