Las producciones básicas y la economía del conocimiento dibujan el nuevo mapa de las inversiones y el comercio. La oportunidad argentina y el valor agregado
Por Patricia Martino
La agroindustria integra el lote de sectores que protagoniza la inserción argentina en el comercio internacional. Inversiones y perspectivas.
Agro, alimentos, energía y minerales son los sectores que, junto a la economía del conocimiento, dinamizan la economía argentina. Aunque el contexto global presiona y la realidad local se reconfigura, las oportunidades de crecimiento son posibles de aprovechar.
Durante el 60º Coloquio de Idea que se realizó en Mar del Plata, empresarios, economistas y especialistas pusieron el foco sobre los sectores de la economía que traccionan inversiones y presentaron propuestas para la inserción del país en un mundo cada vez más complejo, en el que la competitividad depende cada vez más de la innovación, las nuevas tecnologías, el desarrollo de cadenas de valor, la regionalización y la formación de los recursos humanos.
Andrés Velasco Brañes, decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, habló sobre el rumbo de la economía global. Diagnosticó que América latina enfrenta un crecimiento económico lento pero con algunas oportunidades. ¿De dónde vienen? De la relocalización de empresas que salen de China y buscan nuevas latitudes, de la transición hacia energías limpias y de la exportación de servicios gracias a la tecnología.
Subrayó, en ese sentido, la importancia de mejorar la educación, especialmente en inglés, para aprovechar esas oportunidades y competir en el mercado global.
“El mundo se está fragmentando y hay un alza de las restricciones al comercio internacional, no digo que es el fin de la globalización pero sí que pusieron una pata en el freno”, resaltó Velasco Brañes, para resumir el paso de la etapa de la globalización a la de la geoeconomía. En este nivel, a Estados Unidos “no le preocupa que China venta autos eléctricos sino que domine la venta de autos eléctricos en el mundo”.
En este mundo, resaltó, “la política industrial está de moda” y “los gobiernos deciden qué sector es líder y cuál no, al cual dar subsidio y a cuál no” o a cuál dar un crédito más barato. “Estados Unidos está haciendo una política industrial grande”, subrayó en un auditorio con fuerte presencia de libertarios y minarquista. Y fue más allá: esa estrategia desarrollista del gigante norteamericano se llevará adelante “con Trump o sin Trump”.
Agro, energía y acero
En ese contexto, empresarios del sector agroindustrial presentaron sus planes de trabajo y contaron de primera mano algunos nuevos proyectos de inversión. Manuel Santos Uribelarrea, fundador y CEO de Grupo MSU, contó el origen de la empresa familiar, que lleva cinco generaciones de productores agropecuarios.
“MSU fue el desprendimiento de una compañía familiar, con tres verticales: agropecuarios, energía y energías renovables”, describió. El grupo maneja 200 mil hectáreas y hoy está invirtiendo en una planta de procesamiento de maní de última generación en Rufino. “Es la primera inversión que hacemos en agroindustria”, indicó.
Uribelarrea contó que la empresa se diversificó hacia ocho provincias. “Hace 10 años repensamos la compañía con foco en las oportunidades de Argentina, donde está el capital económico y el capital humano, y tenemos acceso a las oportunidades. Así creció la vertical del agro, se nos abrió la puerta para entrar en el negocio de energía y, luego, en 2022, iniciamos MSU Green Energy”, relató.
Desde 2017, MSU invierte también en el área de energía. Actualmente abastecen a grandes compañías y tienen 350 Mw de capacidad instalada pero para 2025 apuntan a llegar a 500. “Estamos en dos sectores, como el agro y la energía, que creemos que son estratégicos para la economía argentina”, resaltó.
Uribelarrea planteó la importancia de capacitar a los recursos humanos. “Antes la capacitación la veíamos para alta dirección, hoy la vemos para cualquier sector ya que un operario de una cosechadora tiene que manejar una tecnología impresionante”, subrayó.
Un tema que también expuso el CEO de MSU tuvo que ver con competitividad y la adecuación de normativas acordes a nuevas realidades. “Estamos discutiendo con Luz y Fuerza el convenio colectivo de trabajo ya que el desarrollo tecnológico es más fuerte que las reglas que tenemos, un parque solar no existía hace 20 años, necesitamos adaptabilidad y previsibilidad, para ambos lados, y tener productividad, sin productividad no tenemos futuro”, resaltó.
Uribelarrea destacó que Argentina tiene oportunidades en el mundo de alimentos, minerales, energía y la industria del conocimiento. “Creo que podemos volver a ser, como fuimos en el pasado, el país de las oportunidades, una potencia mundial”, aseguró.
Por ese camino transitan también Molinos, Molinos agro y Pecom, del grupo Pérez Companc. Luis Pérez Companc, su presidente, contó los planes de la compañía que es una de las líderes del sector agroindustirial y hoy está volviendo a la operación de petróleo y gas.
“En las próximas semanas, tomamos los campos ganados en licitación con YPF y volvemos a operar campos petroleros”, señaló. Explicó que se trata de un desafío muy grande, porque “son campos maduros, lo que exige aplicar nuevas tecnologías y pensar fuera de la caja para sacar el petróleo a menor costo”.
“Es nuestro aporte, nuestro granito de arena a la Argentina, porque el sector energético es muy importante y estos campos no estaban recibiendo la atención que deberían tener”, explicó.
Los Pérez Companc trabajan en industrias pilares de la economía argentina. Tienen unas 12 mil personas trabajando entre las tres empresas. Después de muchos años, tres hermanos siguieron con las compañías del grupo. Luis junto a Rosario y Pilar Pérez Companc le compraron al resto de los hermanos y siguieron así el legado familiar. “Queremos seguir invirtiendo en Argentina”, resaltó Luis en el Coloquio de Idea.
Desde el mundo del mejoramiento genético vegetal, Ignacio Bartolomé, CEO de GDM, repasó la trayectoria de la empresa para aumentar la productividad de las variedades de soja, trigo y girasol. “Soja siempre fue nuestro fuerte, cerca del 50% del área mundial de la oleaginosa se siembra con genética que desarrollamos nosotros, desarrollamos tecnologías y procesos que aplicamos al mejoramiento para después ir a cada país en el que operamos y desarrollar productos que se adapten a las regiones locales”, señaló.
La empresa de Chacabuco ocupa a 4 mil colaboradores alrededor del mundo. La mayoría está en Sudamérica pero también se expandió a Norteamérica, Europa y Asia. Bartolomé, quien está al frente de la compañía desde 2021, señaló que “hay oportunidades enormes en Argentina para competir a nivel global”.
Cadenas de suministros
Desde el sector del acero, otro de los productos básicos de peso en la economía mundial, Martín Berardi, presidente de Ternium Argentina, aportó su mirada al nuevo panorama del comercio internacional. “Hoy estamos viendo un mundo que se fragmenta y se regionaliza, en el que las cadenas de valor se acortan con cupos y empalizadas que alteran el flujo del comercio, fundamentalmente levantadas contra el sudeste asiático, donde se ha concentrado la manufactura”, explicó. Ese cambio en el tablero global es “una amenaza” pero hay transformaciones, como la regionalización de las cadenas de suministro, que presentan una oportunidad. “Es lo que se ve muy fuerte en México y que se puede replicar en toda latinoamérica”, precisó.
Las cadenas de valor se acortan por la seguridad de suministro y también para direccionar el crecimiento. “Los países defienden la industria como agregación de valor, generación de empleo, como movilidad social, como una respuesta a la volatilidad de los commodities”, explicó.
Como guiño a la biblia libertaria, Berardi felicitó al gobierno por ganar “la batalla cultural del déficit fiscal cero para contener la inflación”. Pero advirtió que para volver a crecer hay que insertarse en el mundo “a través de los sectores dinámicos que son la energía, la minería, la agroindustria, y la industria del conocimiento”.
“El desafío es cómo nos metemos también en esos sectores ayudando en el desarrollo”, consideró. Vaca Muerta, desarrollada a partir de la renacionalización de YPF, es uno de los más claros ejemplos. Más de mil empresas trabajaron en Fortín de Piedra para el desarrollo de gas que Ternium llevó adelante allí.
Berardi señaló que el camino a seguir es trabajar internamente con tecnología, con la cadena de valor, con proveedores y clientes. Siempre “articulando con el poder público para negociar acuerdos de comercio” que inserten al país al mundo. El alineamiento de la empresa del grupo Techint, que compite con los productos de China, es claro. “Tenemos que negociar con Occidente, hay oportunidad de hacer acuerdos con Estados Unidos, México, Mercosur, Europa”, dijo. De paso, pidió sacar las retenciones a las exportaciones, levantar el cepo para liberar el flujo de capitales y ajustar el tipo de cambio para “ no afectar la agregación de valor en Argentina”.
La agroindustria, al frente
De nuevo desde el agro, Marcos Bradley, director regional Latam de Syngenta, resaltó la importancia del sector agroindustrial en Argentina. “Producimos alimentos y este sector aporta el 20% del PBI y el 60% de las exportaciones”, remarcó. Y enfatizó que esos alimentos tienen que producirse de manera sustentablemente, descarbonizando la industria y la matriz energética. El agro, recordó, produce biocombustibles. “Tenemos una capacidad de adaptación de nuestros productores y la sustentabilidad es parte del ADN”, detalló el ejecutivo.
Pero Bradley consideró que se necesitan resolver algunas cuestiones. Una tiene que ver con la infraestructura y otra con la conectividad. “Los que conocen caminos rurales entenderán cuando digo que necesitamos inversiones en trenes, puertos y en la hidrovía para sacar la producción al mundo”, señaló. Y, en el mismo sentido, llamó a mejorar “la conectividad rural, que no sólo los pueblos del interior sino los campos y los productores estén conectados para poder certificar y digitalizar la agricultura”.
“Argentina es una tierra de oportunidades pero estamos enredados de un círculo en que esas oportunidades y me gustaría que esas oportunidades podamos convertirlas en realidades, ponernos de acuerdo en que queremos y avanzar”, concluyó.
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