FALTA EXPLORACIÓN
El país figura entre los que más retraso presentan en la puesta en marcha de nuevos proyectos mineros. El cuadro de situación se torna aún más dramático en Santa Cruz, ya que los descubrimientos escasean y se teme por la falta de reposición de la oferta.
Por Sabrina Pont
Únicamente tres naciones a lo largo y ancho del mundo sufren mayores demoras que Argentina para avanzar con la puesta en producción de yacimientos de minerales críticos. Así lo revela un estudio elaborado por profesionales de la consultora financiera S&P Global.
El trabajo reconoce que cada país afronta retos regulatorios y de licencia social únicos, cuya resolución incide de manera directa en los plazos de construcción y activación de proyectos vinculados con riquezas mineras como el cobre, el litio y el cobalto, recursos de vital importancia para la transición energética.
Si bien está orientado puntualmente al segmento de los minerales críticos, el cuadro de situación se torna aún más dramático en provincias como Santa Cruz, donde las iniciativas mineras en marcha están cerca del final de su vida útil y los descubrimientos escasean, por lo que se teme por la falta de reposición de la oferta.
A los 9.000 empleos directos que hoy genera la minería en la provincia, con los cierres de mina próximos, no habrá forma de reubicarlos en la provincia. Y sin proyectos en carpeta, al menos para los próximos 6 años está claro que no habrá ningún nuevo inicio, tampoco se sostendrían las empresas de servicios y de proveedores que trabajan para la minería.
Entre el hallazgo y la puesta en producción de un yacimiento minero pueden pasar 26 años.
De acuerdo con el reporte de S&P, el mercado argentino requiere un promedio de 26 años para construir y poner en marcha una nueva mina. Zambia encabeza el ranking con un lapso medio de 34 años entre el hallazgo de recursos y el arranque de su puesta en valor. Al podio lo completan Estados Unidos (con 29 años) y Canadá (con 27), en ese orden.
El relevamiento destacó que dos naciones africanas y una asiática -Ghana, la República Democrática del Congo y Laos- presentan los menores tiempos de desarrollo, con plazos que oscilan entre los 10 y los 15 años. Australia, con un promedio de 20 años, fue la plaza minera de envergadura mejor ubicada en el listado.
La mayoría de las 268 minas examinadas por S&P para este informe está en plena fase de operación. Algunas de ellas, sin embargo, todavía no son productivas. La agencia calculó para las mismas una fecha de lanzamiento cercana a 2030. Esta previsión, tal como admitieron los autores del informe, no está exenta de optimismo.
Estados Unidos es el país que lidera el ranking de “tardanza” para poner en marcha una mina.
De acuerdo con Daniel Yergin, vicepresidente de S&P Global, el análisis realizado pone de relieve un desafío fundamental para que prospere la transición energética de cara al futuro. “La construcción de nueva infraestructura y la adopción de tecnologías de punta con el objetivo de cumplir con los objetivos de cero emisiones netas asumidos para el año 2050 dependerán en una altísima proporción de la posibilidad de conciliar la creciente demanda con los largos plazos de entrega, sin omitir otros retos relacionados con la ampliación de la cadena de suministro de los materiales críticos”, advirtió el experto.
El informe de S&P especificó que Estados Unidos recibe un presupuesto de exploración considerablemente inferior al de sus pares de economías avanzadas. Australia y Canadá, en comparación, verificaron durante los últimos 15 años una inversión mayor en un 51% y un 81%, respectivamente.
No es casual que la entidad tenga al suministro de minerales críticos como un eje temático de abordaje prioritario. Fundada en 1860 en New York, ciudad donde hasta el día de hoy posee sus oficinas centrales, la firma especializada en la gestión de la información y el análisis financiero sigue de cerca la evolución de los principales mercados de materias primas para identificar oportunidades de inversión y optimizar sus servicios de calificación crediticia a escala mundial.