El licenciado Mario Hernández, gerente de Sustentabilidad del proyecto de cobre Los Azules, ofreció un extenso panorama sobre el enfoque comunitario que están llevando adelante en el departamento de Calingasta, San Juan. Durante su intervención, subrayó que el principal objetivo es integrar a las diversas localidades del departamento en un programa amplio de comunicación, educación y desarrollo. Este esfuerzo se extiende no solo a la cabecera departamental, Villa Calingasta, sino también a Barreal, Tambería y Villa Nueva, con un claro compromiso de inclusión.
Hernández explicó que la estrategia de sostenibilidad de Los Azules tiene como eje la comunicación directa con la población, a través de una herramienta fundamental: el programa de «participación ciudadana». Hasta la fecha, casi 2.400 personas han participado de este proyecto, lo que equivale aproximadamente a un cuarto de la población de Calingasta, que ronda los 11.000 habitantes. Este diálogo constante ha permitido conocer las expectativas de los residentes y gestionar sus esperanzas en torno a los tiempos y fases del proyecto.
«Nuestro enfoque es hacer un trabajo integral con toda la comunidad de Calingasta«, expresó Hernández, destacando la importancia de comunicar de manera transparente el avance del proyecto minero y responder a las inquietudes de los vecinos. «Hemos dialogado con casi un cuarto de la población, lo que es un indicador relevante. Esto nos permite no solo presentar el proyecto, sino también controlar sus expectativas y entender mejor las necesidades locales», añadió.
Capacitación y desarrollo local
En paralelo a la labor de comunicación, Los Azules ha implementado un Programa de Entrenamiento para Comunidades, que tiene como fin capacitar a los habitantes en áreas que puedan resultarles útiles para su inserción laboral o desarrollo profesional. Según detalló Hernández, ya se han llevado a cabo ocho cursos de formación en diversas temáticas. Uno de los más exitosos fue el curso de topografía, en el que participaron más de 300 personas. Esta iniciativa fue realizada en conjunto con una empresa local, reforzando el compromiso del proyecto con los proveedores de la zona.
También, la unidad de Contenido Local es otra pieza clave en este proceso, enfocada específicamente en el desarrollo de proveedores locales para integrarlos al proyecto minero. «Hemos logrado una participación activa de empresas y emprendedores de Calingasta en Los Azules, lo que es muy positivo en términos de desarrollo económico para la zona», aseguró.
Desafíos y expectativas
Uno de los grandes desafíos que enfrenta el equipo de sustentabilidad es el manejo de las expectativas de la comunidad en relación con los plazos del proyecto. Según explicó Hernández, muchos vecinos están ansiosos por la creación de empleo y el inicio de las obras, preguntando insistentemente cuándo comenzarán las actividades.
Hernández destacó que el trabajo de concientización y educación es clave para que la comunidad entienda las etapas naturales del proyecto, evitando confusiones sobre cuándo se espera el gran volumen de inversiones y generación de empleos. «Es fundamental tener un diálogo abierto y claro, explicando en detalle el proceso de obtención de permisos y diseño del proyecto. Solo así podemos reducir expectativas irreales y construir confianza a largo plazo«, remarcó.
Participación y construcción de confianza
El proyecto minero Los Azules se esfuerza por no ser visto como un ente externo, sino como un vecino más en Calingasta. Según Hernández, la clave para lograrlo es la presencia activa en el territorio, dialogando cara a cara con los habitantes y comprendiendo sus necesidades en el lugar donde viven. «El verdadero trabajo comunitario no se hace desde una oficina. Debemos estar presentes en las localidades, recorriendo el terreno, compartiendo con los vecinos y entendiendo sus preocupaciones y problemáticas», dijo.
Como ejemplo de este compromiso, mencionó las iniciativas que están desarrollando en Villa Nueva, donde el equipo de Los Azules se ha reunido con los residentes para dialogar sobre las necesidades de la localidad y explorar maneras en que el proyecto pueda colaborar. «No creemos en las soluciones mágicas ni en imponer ideas. Creemos en un proceso conjunto, en el que las soluciones surjan del diálogo y de la comprensión mutua«, afirmó Hernández.
Para el proyecto Los Azules, el diálogo transparente es la base para la aceptación comunitaria y el éxito a largo plazo. Hernández concluyó diciendo: «Queremos ser parte del desarrollo de Calingasta, contribuir al bienestar de la comunidad y ser un motor de progreso en la región. Pero para eso, primero debemos construir una relación basada en la confianza y la colaboración»