DIARIO DE CUYO
No puede ser que los concejos deliberativos estén dudando en apoyar una norma que beneficia ampliamente a cada departamento, por motivos ideológicos o políticos.
Es inconcebible que después de meses de deliberaciones, tanto en el Congreso Nacional como en cada una de las legislaturas provinciales, para obtener el RIGI (Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones), sean ahora los concejos deliberativos municipales los que están dudando su adhesión, en momentos que hay que actuar con mayor celeridad para no perder terreno, y evitar que otras provincias se conviertan en mejores opciones al momento de atraer capitales para el desarrollo de emprendimientos productivos. Es necesario comprender que después de que la provincia adhirió a este régimen, en los departamentos no se puede estar perdiendo tiempo en discusiones estériles que lo único que van a lograr es que nos quedemos atrás tomando “agua turbia” como le sucede al ganado lerdo en relación al más rápido cuando llega a una represa.
Si bien el RIGI ya está en vigencia tanto a nivel nacional como provincial, hace falta que los municipios adhieran como una forma de comprometerse a respetar lo establecido y garantizar que no cambiarán las reglas de juego en su jurisdicción.
Conviene aclarar que el RIGI es un componente de la Ley de Bases pensado para atraer grandes capitales. Es un esquema de flexibilización impositiva, aduanera y cambiaria que busca incentivar que las compañías inviertan más de US$ 200 millones en la Argentina, como base, en distintos tipos de emprendimientos, con una estabilidad fiscal a 30 años.
Respecto de la demora en la adhesión a este régimen en la mayoría de los departamentos, es evidente que hay sectores políticos y sociales que no entienden que este régimen va más allá de la minería. Las actividades que podrán gozar los beneficios de la norma son la forestoindustria, turismo, infraestructura, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas, y la minería. Es decir que se trata de un abanico de posibilidades tan amplio que todos los departamentos tendrán chances de aspirar a recepcionar proyectos productivos que se adapten a su ámbito.
Hay que tener en cuenta también que dentro de cada una de las actividades enunciadas hay segmentos específicos a desarrollar. Por ejemplo cuando se habla de Turismo, se hace mención a los servicios de hospedaje y alojamiento, y cuando se refiere a infraestructura se habla de construcción de estructuras físicas, redes y sistemas públicos y privados para logística y transporte (vial, terrestre, marítimo, fluvial, portuario, ferroviario, aeroportuario) y proyectos de esparcimiento.
Entre los primeros municipios en adherir al RIGI está Iglesia y Jáchal, y en estos momentos hay una media docena de comunas que están intentando acordar el apoyo solicitado desde la provincia. El resto de los departamentos -la mayoría opositores al gobierno provincial- tienen que velar para que sus comunidades progresen. Intereses políticos y particulares no pueden privar de la posibilidad de recibir inversiones que en el futuro puedan cambiar su destino. Los concejales e intendentes son los representantes de sus comunidades, y deben trabajar para generar posibilidades de crecimiento y desarrollo económico.