Según el agroclimatólogo Eduardo Sierra, en el verano escasearían las lluvias en la región agrícola del límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires
Se avecina una campaña agrícola cargada de incertidumbre debido a las condiciones climáticas. En este escenario, el agroclimatólogo Eduardo Sierra señaló que la situación climática para los próximos meses “viene un poco complicada” debido a la formación de una suerte de “área de sequía” semipermanente en el límite entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires. “No va a ser lo que se dijo al principio, que iba a haber una Niña destructiva, pero tampoco será una campaña óptima, como algunos están diciendo ahora”, explicó el experto en diálogo con LA NACION.
Sierra detalló que “esta zona central del país no recibe humedad” y esto mantiene una sequía. Esto mientras que las áreas periféricas de la región agrícola podrían tener mejores condiciones. Indicó que “agosto está trayendo lluvias muy desparejas” con precipitaciones que se concentran en el norte agrícola y la costa, dejando seco el núcleo central de la Argentina.
El agroclimatólogo explicó las razones de estas bajas precipitaciones en el Informe de Perspectivas Agroclimáticas Estacional publicado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Recordó que “durante el otoño de este año, un temprano y vigoroso enfriamiento del Pacífico Ecuatorial generó la impresión de que se estaba ante la proximidad de un episodio de La Niña de grandes proporciones”. Sin embargo, aclaró que “los vientos polares se encuentran activados sobre su nivel normal”, lo que ha provocado un enfriamiento significativo en el litoral Pacífico y Atlántico del Cono Sur, con temporales de nieve en ciertas zonas, descensos térmicos y escasas precipitaciones en áreas agrícolas.
El experto destacó que, aunque el evento en el océano Pacífico ecuatorial pueda ser débil, “al sumarse los efectos de los vientos polares su acción combinada da lugar a la persistencia de grandes extensiones con precipitaciones inferiores a lo normal a lo largo de toda la temporada 2024/2025″.
Por eso señaló que el invierno continuará mostrando condiciones rigurosas, con lluvias por debajo de lo normal en la mayor parte del área agrícola del Cono Sur. Solo algunas zonas, como el sudoeste del Paraguay, el NOA, el oeste y el centro de Cuyo, el extremo occidental de la región pampeana y el norte de la Patagonia, recibirán aportes hídricos normales o superiores a lo normal.
Para la primavera Sierra prevé un “panorama muy desuniforme”, con precipitaciones normales a superiores a lo normal en gran parte del Cono Sur, pero con focos secos de amplias dimensiones, especialmente en el centro de la región pampeana. Este foco seco tendrá su epicentro en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires, y las zonas aledañas.
Anticipó que el verano traerá “un agujero negro de falta de lluvias en el centro del país”. Si bien los vientos polares se retirarán hacia el sur, el episodio frío alcanzará su mayor desarrollo, convirtiéndose en un Neutral Frío o una Niña débil.
Durante este periodo, “la mayor parte de Paraguay, Brasil, el NOA, la región del Chaco, el noroeste de la región pampeana, el este de Buenos Aires y la mayor parte del Uruguay recibirán precipitaciones normales a superiores a lo normal”. Sin embargo, “gran parte del interior de la Argentina recibirá aportes bajo la media”, afectando principalmente al límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires.
En tanto, aunque la intensidad del calor estival será moderado, se producirán “focos de calor intenso, especialmente sobre el trópico y las áreas del interior de Argentina donde fallen las lluvias”.
Finalmente, para el comienzo del otoño de 2025 Sierra pronosticó el retorno de los vientos polares, lo que podría acentuar el foco seco en la región central argentina. Aunque no se percibe el riesgo de heladas tempranas otoñales, es prematuro para asegurarlo con certeza. “Los planteos productivos para la campaña agrícola 2024/2025 deben hacerse con mucho realismo y prudencia”, según Sierra, dadas las condiciones climáticas adversas previstas.
“Estamos entrando en una etapa de clima más riguroso, probablemente como resultado del cambio climático”, apuntó el experto en agroclimatología.