Catamarca
Entre volcanes, lagunas de altura, salares y desconocidos sitios arqueológicos, este destino con inusitado potencial turístico se pregunta cómo y hasta dónde crecer.
Texto de Gabriela Pomponio
Catamarca es una tierra de geografía privilegiada, diversa, exótica, con sitios únicos en el mundo. Durante mucho tiempo la provincia no figuró en la agenda de los viajeros nacionales ni extranjeros, una tendencia que comenzó a cambiar tímidamente a comienzos del 2000, y viene acelerándose después de la pandemia. Esta demanda podría traccionar la inversión desde el ámbito privado, no solo de grandes capitales, sino de pequeños emprendimientos locales, atraídos por este destino.
El Campo de Piedra Pómez, la Ruta de los Seismiles, el volcán Galán, las lagunas de altura pobladas de una variada avifauna, aguas termales por doquier, dunas de finísima arena, son solo algunos de los muchos atractivos. Si bien todo el territorio tiene un gran potencial, la región de la puna y el oeste catamarqueño ofrecen paisajes más exóticos, con mayor proyección internacional. Y no todo es naturaleza. Los sitios arqueológicos que reflejan la antigua vida de los pueblos originarios, culturas que en su última etapa recibieron el empuje del avance inca, son otro de los puntos de interés.
En las alturas
La puna catamarqueña está llena de asombrosos y desconocidos puntos panorámicos.
El turismo y su gente
Desde el sector privado coinciden en que durante los últimos años la hotelería y los servicios crecieron notablemente frente a la aparición de un flujo repentino de turistas. “Si bien existió cierta promoción del gobierno provincial a nivel nacional, gran parte de los viajeros llegan por el comentario boca a boca y un poco por el derrame que traen otros destinos del norte argentino, sobre todo Salta, Jujuy, Tucumán”, afirma Mauricio Pagani, uno de los primeros prestadores de turismo aventura con su agencia Chaku Aventuras (Belén, 2007). Tiene, además, una pequeña posada y es miembro de la Asociación Catamarqueña de Agencias de Viajes y de la Asociación de hoteles, bares y restaurantes. Desde su experiencia en estos dos sectores, señala la necesidad de incrementar la presencia del estado provincial como ente fiscalizador a fin de fomentar la formalidad y la capacitación de los prestadores.
En una misma línea, Fabrizio Ghilardi, propietario de la empresa Socompa Adventure Travel sostiene: “el crecimiento debería mantener un equilibrio entre la afluencia del turismo y la oferta profesionalizada, aquí las excursiones son complejas, el territorio es en extremo desafiante y tiene mucho riesgo.” Ghilardi es italiano y trabaja en la provincia desde 2006. Hace 15 años obtuvo, además, la concesión de la hostería provincial de El Peñón donde se alojan unos 1600 huéspedes al año. Especialista en la Puna, considera que esta zona de la provincia es única en el mundo. “Muchos de mis clientes extranjeros aseguran que Islandia, Namibia o Atacama son solo un aperitivo comparado con la puna catamarqueña”. El empresario reconoce que la provincia tiene una tradición turística, que se evidencia en la construcción con fondos públicos de las hosterías de Antofagasta de la Sierra, Laguna Blanca, El Peñón y Cortaderas. “Aquí la minería avanza, pero el turismo tiene su arraigo” puntualiza.
Para llegar al cráter del Galán hace falta 4×4. Al Oratorio de los Orquera, en la Ruta del Adobe, en cambio, se puede acceder en cualquier vehículo porque la RN 60 está toda pavimentada.
“La red vial en la Puna es increíble –señala Ghilardi– en los últimos años ha habido mucha inversión, el destino es accesible casi todo el año y los atractivos quedan cercanos a los puntos de alojamiento. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer, faltan camas, información, soporte, auxilio en ruta”, afirma.
Lo que vendrá
María Leonor Acevedo Corpacci es Directora Provincial de Planificación Turística y Gestión de Proyecto. “El turismo es para esta gestión uno de los tres pilares del desarrollo de la provincia (la minería y la actividad industrial y productiva son los otros dos). Este año estamos trabajando en la actualización del Plan Estratégico de Turismo Sustentable con programas y tareas que impliquen el desarrollo y la promoción del destino”. Según la funcionaria, el año próximo se comenzarán a ver las acciones específicas de este plan. Capacitación turística en las temáticas tradicionales, naturaleza, ecoturismo y turismo aventura, son algunas de las iniciativas a implementar. Se está pensando en priorizar la puesta en valor algunos sitios arqueológicos (la provincia cuenta con unos dos mil), así como ciertos espacios naturales.
El apoyo a la inversión es un tema que resuena bastante entre los prestadores que aspiran a tener líneas de crédito acordes a los pequeños inversores. La promoción a nivel internacional, un tema presente en el proyecto provincial, es otro de los anhelos de los prestadores. “Muchos extranjeros que recorren la RN 40 desde Mendoza a Jujuy, solo paran a dormir en la provincia porque no tienen ni idea de lo que pueden encontrar aquí”, cuenta Pagani. “Cuando se enteran ya no tienen tiempo disponible porque el viaje se lo armaron sin considerar a Catamarca.” Las frecuencias aéreas (por ahora hay un vuelo diario con un valor de ticket que suele ser más alto que a otros destinos el NOA), es otro de los pendientes así como la disyuntiva que plantea la actividad minera en cuanto a la competencia por la contratación de mano de obra calificada (ellos pagan mejores sueldos, aunque ofrecen menos proyección en el tiempo).
“Estamos saliendo de ser un destino emergente –concluye Acevedo Corpacci– por eso es importante definir qué queremos y hasta dónde pretendemos llegar con el desarrollo en materia de turismo, y con ese perfil orientar la inversión”. El desafío es cómo preservar los recursos y planificar sin que se convierta en un destino masivo que aniquile su magia. La siguiente es una selección de los paisajes más sobresalientes de la zona cordillerana de la provincia.
1
Campo de Piedra Pómez
Es uno de los sitios más significativos de la Puna. Se llega en vehículo solo hasta el borde, luego de atravesar un arenal negro donde el viento deja sus huellas en forma de ondas. Luego, el recorrido es a pie.
Por sus asombrosas formas, el Campo de Piedra Pómez se ha convertido en la postal de la Catamarca desconocida.
El Campo de Piedra Pómez es una Reserva Natural Protegida, una suerte de laberinto de piedra que se extiende por 75.000 hectáreas. Está conformando por yardangs, un término que los geólogos usan para describir a las formaciones rocosas consolidadas o semi consolidadas con forma de casco de barco invertido, alineadas según vientos dominantes. Son similares a las que se observan en el planeta Marte. El origen de este paisaje se encuentra en los flujos piroclásticos del volcán Blanco, un proceso que tuvo lugar millones de años atrás. Esos materiales salieron a la atmósfera, fruto de la explosión, se extendieron y luego se solidificaron. Más tarde, la erosión hizo el resto. Planee la visita para finalizar el recorrido al atardecer, un momento de magia absoluta.
Salar de Antofalla
Es uno de los salares más lindos de la Puna. No es la típica geografía blanca, infinita, sino que aparece delimitado por una sucesión de coloridos cerros. Ubicado a 3.900 metros, se estira como una suerte de lengua a lo largo de 150 kilómetros. Sobre el oeste domina la figura del volcán Antofalla, que aparece con su cumbre nevada.
Las primeras postales del salar lo muestran como una suerte de campo arado, una enorme superficie de barro mezclado con sal, como si hubiese pasado una máquina el día anterior. Sin embargo, en las cercanías del pueblo de Antofalla es completamente diferente. Allí, el paisaje es de un blanco inmaculado, solo interrumpido por las aguas de la laguna Verde. También es recomendable visitarlo al caer la tarde, cuando una luz rosada y traslúcida desciende sobre el paisaje y lo convierte en una geografía casi sobrenatural.
Minas de Inca Huasi
Al borde del Salar del Hombre Muerto están las ruinas del antiguo emprendimiento minero de Inca Huasi. El sitio tiene el encanto de los lugares que fueron abandonados hace tiempo. Por ahora, es un destino muy poco visitado. No está puesto en valor, por eso hay que transitar el sitio con mucho cuidado, acompañado de un guía local. Al recorrer la zona se observan innumerables construcciones de piedra y decenas de socavones en desuso: túneles que perforaban la roca siguiendo la veta de cuarzo, el compañero infaltable del oro. Está prohibido ingresar en ellos, ya que no tienen mantenimiento desde hace décadas y pueden ocurrir derrumbes fatales. En el complejo se observan claramente dos etapas: una más antigua que data del tiempo en que los jesuitas dirigieron la explotación con mano de obra indígena, durante la colonización española. Un segundo sector muestra restos de edificios más modernos que se levantaron a principios del siglo XX y estuvieron activos hasta la década de 1950, cuando el sitio fue abandonado en forma definitiva.
El sitio arqueológico Incahuasi fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1943. A pesar de que están abandonadas, todavía hay pirquineros que lavan oro de las minas de Incahuasi.
Los Seismiles
Sucesión de volcanes que superan los 6.000 metros de altura. Se pueden avistar en un paseo panorámico por la RN 60 con rumbo noroeste que lleva hasta el Paso San Francisco en el límite con Chile. Son 200 km de ruta asfaltada que trepan hasta los 4.700 metros. Es una de las zonas de mayor altura de los Andes. De hecho, el Ojos del Salado es el volcán más alto del mundo y la segunda cumbre de América después del Aconcagua.
La ruta de los Seismiles parte de Fiambalá. El trayecto carece de estaciones de servicio. Además, es importante considerar el tema de la altura ya que puede afectar a los viajeros. En este sentido, las excursiones contratadas suelen llevar equipo con oxígeno de apoyo. De esa misma ruta salen huellas para llegar, solo con guías especializados, a la Laguna Celeste (o Laguna Azul), y al Balcón del Piscis: un volcán inactivo a cuyos pies se encuentra un glaciar con vistas increíbles.
Volcán Galán
Con una caldera enorme de 42 kilómetros de diámetro, este volcán es uno de los grandes titanes del planeta. La existencia de esta boca gigantesca recién se identificó en la década de 1970 gracias a las fotografías satelitales. Dentro de ella se encuentran dos lagunas y un cerro. Ubicado a 50 km de Antofagasta de la Sierra y a 70 km de El Peñón, su última gran explosión se registró hace unos cinco millones de años. Todo en el Galán está fuera de escala, las paredes alcanzan los 5.000 metros y el pico central 5.912 metros. Dentro del cráter se encuentra la laguna Diamante cuyas aguas muestran diferentes tonalidades de verde, según el día, y alberga una cantidad importante de flamencos.
El Galán es uno de los volcanes más grandes del planeta. Algunos pastores pasean por allí a sus llamas.
Las manadas de vicuñas son una presencia constante en los caminos de la puna. La ley de protección que rige desde hace varias décadas ha dado sus frutos y el número de individuos creció notablemente. La caza está prohibida y solo se la puede esquilar mediante el chaku, una ceremonia de memoria ancestral que se lleva a cabo en eventos organizados por el gobierno provincial. La excursión al volcán Galán es una de las más duras porque se alcanzan los 5.000 metros de altura. Resulta aconsejable dejar esta salida para el final de la estadía en la puna y empezar por otros destinos de menos altura, para permitir que el cuerpo se aclimate.
Las Dunas
En la ruta de la Puna hay dos sectores de dunas que vale la pena visitar. Por un lado, están las de Randolfo a la vera de la RP 43 que ofician de portal de entrada a la puna catamarqueña. Las Dunas Blancas, muy cerca del Campo de Piedra Pómez, también ameritan un alto y pueden ser un broche de oro para la visita a ese lugar.
En el departamento de Belén, la Duna Mágica, a 12 km de Fiambalá, es la cita para aquellos que practican sandboard o quieren intentarlo (con cuidado, puesto que hay afloramiento de rocas naturales que pueden provocar accidentes). Muy cerca está la duna Federico Kirbus, la más alta del mundo con 2.845 m. En los alrededores, el desierto de Tatón, un extenso arenal de dunas bajas que se extienden casi hasta las estribaciones del cordón San Buenaventura ofrece el escenario ideal para soñar con el Sahara.
Los Castillos
Están ubicados en las afueras del pueblo de Villa Vil, sobre la RP 43, en el departamento de Belén. Se trata de una extensa formación de roca sedimentaria de origen volcánico erosionada durante siglos. Conos, cárcavas (hendiduras estrechas y profundas separadas por aristas), tótems de rocas en equilibrio (rocas pedestal), columnas y huecos dan como resultado un paisaje casi surrealista. La geografía presenta una llamativa variedad cromática: negros, rojos, grises, marrones, blancos
Los paredones de Los Castillos alcanzan los 80 metros de altura El sitio se puede conocer en un trekking de 2 a 3 horas. Para acceder hay que pasar primero por la Dirección de Turismo de Villa Vil y contratar un guía local, no es aconsejable ir solo. Muy importante: chequear con ellos el estado del río antes de ir para evitar accidentes por las crecidas que pueden ser repentinas. Además, se requiere un vehículo alto para ingresar.
El Shincal de Quimivil
Centro ceremonial de origen inca que tuvo su momento de esplendor entre 1430 y 1580. Entonces, convocaba a multitudes que llegaban desde las regiones más remotas del sur del imperio. Las fiestas duraban varios días, se comía y se bebía a cuenta del soberano. Bailes, ceremonias, rituales y reuniones administrativas tenían lugar aquí.
El Shincal es un sitio de memoria inca y singular importancia arqueológica.
Tiene un trazado típico cusqueño: aukaipata (plaza), ushnu y kallanka. Sin embargo, el tipo de construcción pertenece a una técnica local: doble muro de piedra relleno en el medio con adobe. Es térmico y antisísmico. Se cree que el lugar se mantuvo preservado gracias a la presencia del Shinki, un arbusto que envolvió las construcciones y las conservó en el tiempo. Está ubicado en las afueras de Londres, a unos 7 km del pueblo. Cuenta con un centro de interpretación, guías de sitio y está puesto en valor.
Ruta del Adobe
Es un circuito de 50 km que avanza por la RN 60 entre las localidades de Tinogasta y Fiambalá. El recorrido enlaza antiguas construcciones, algunas puestas en valor, que aparecen en las diferentes localidades. En su mayoría son edificios históricos de la arquitectura colonial, algunos de los cuales fueron declarados Monumento Histórico Nacional. Algunos puntos a tener en cuenta: Casagrande y Centro Cultural Municipal (Tinogasta), Oratorio de los Orquera (El Puesto), Iglesia de Andacollo (La Falda), La sede del Mayorazgo y la capilla (Anillaco), Ruinas de Watungasta (no están puestas en valor), la Iglesia San Pedro y la Comandancia de Armas en Fiambalá.
La Ruta del Adobe está jalonada por varios hitos: Iglesia de Andacollo, altar en Anillaco y pintura en San Pedro de Fiambalá.
10
Termas de Fiambalá
Las termas están abiertas todo el año. Ubicadas a 16 kilómetros de Fiambalá, su acceso es por un camino asfaltado y panorámico. Los piletones de piedra diseñados al aire libre, entre los murallones de la montaña, ofrecen un paisaje lindísimo para sumergirse y dedicarse a la charla. El agua de vertiente ofrece beneficios para diversas afecciones, pero sobre todo promete baños relajantes y antiestrés. Suman 14 y las temperaturas oscilan entre los 45 a 32 grados. Es un atractivo de alta demanda, casi siempre presentan mucha afluencia de público, y las cabañas construidas hace pocos años suelen estar siempre ocupadas.
Datos útiles para planear un viaje a Catamarca
PLANÉA TU VIAJE
Conforme a los criterios de