El Gobierno de Passerini trabajará en un borrador con cambios a la ley máxima de la ciudad. Qué dicen los expertos que participaron en la redacción de la actual Carta Orgánica en 1995.
La intención ya explícita del intendente de Córdoba, Daniel Passerini, de poner en agenda el debate sobre una reforma de la Carta Orgánica Municipal para incluir la división de la ciudad en comunas e incorporar artículos que contemplen nuevas tecnologías, convenios ambientales y hasta la elección de los directores de los CPC desató un intercambio de expertos y políticos con visiones encontradas.
Cuando a mediados de la semana pasada, el intendente abrió el III Congreso de Participación Ciudadana buscó poner en agenda algo que había comenzado a gestarse en 2023: la idea de hablar de una reforma y poner al descubierto con estudios el poco conocimiento que los ciudadanos tienen sobre la ley máxima de la ciudad, que en 2025 cumplirá 30 años.
Aquello fue un hecho que marcó la historia de la ciudad, por tratarse de la primera Carta Orgánica Municipal en una localidad de más de un millón de habitantes y por incorporar conceptos de participación y descentralización, lo que se plasmó de la mano del exintendente Rubén Martí con la creación de los CPC, entre otras cuestiones.
Bajo esa impronta, Passerini lanzó el llamado a repensar apoyado por el secretario de Participación Ciudadana, Juan Domingo Viola; y por el presidente del bloque de ediles de Hacemos Unidos por el Córdoba, Martín Simonian.
“No tenemos temor de discutir las adecuaciones necesarias para mejorar los canales de participación, e involucrar a la gente en las soluciones que la ciudad necesita. Queremos garantizar las herramientas para que la participación sea garantía de una mejor democracia”, expresó Passerini en la inauguración del congreso, en la que se recordó junto con los convencionales constituyentes de 1995 la creación de la Carta Orgánica.
“Córdoba es una ciudad de vanguardia. A fines del siglo pasado creamos la Carta Orgánica. Hoy tenemos la oportunidad de ponerla en valor y reflexionar acerca de la oportunidad de adecuar algunos de sus conceptos. La política tiene que interpretar el signo de los tiempos”, insistió Passerini.
Viola y Simonian fueron las voces que adelantaron los trazos de la discusión. En el congreso, se presentaron estudios sobre las preocupaciones de los vecinos en los CPC y el alto desconocimiento de la ley máxima.
“Hay que repensar si el plan de metas tiene que estar también en la Carta Orgánica, si el presupuesto participativo tiene que estar. Todo hay que discutirlo. Las cuestiones que hacen al ambiente… Hay que cumplir con acuerdos y convenciones que no están en la Carta”, detalló Viola.
Simonian, quien tendrá la voz del oficialismo en el Concejo Deliberante sobre el tema, dijo que se trata de un trabajo de estudio que llevará lo que resta del año, con la intención de que en 2025 se complete este proyecto con la necesidad de reforma.
Una vez hecho eso, el intendente lo mandaría con los artículos a cambiar, así como el presupuesto para llevar adelante una elección de los convencionales.
En caso de una modificación de sólo dos artículos podría hablarse de una enmienda, aunque desde el oficialismo asegura que las modificaciones serían más.
Dos tercios
Para la rediscusión de la Carta, serían necesarios los dos tercios de los concejales los que deberían avalar el inicio del proceso. Hoy el PJ tiene 16 ediles propios y podría conseguir el apoyo de algunos monobloques.
Simonian adelantó los cuatro grandes ejes que el Gobierno municipal está dispuesto a rediscutir.
Uno son las nuevas tecnologías. “Hace casi 30 años atrás, la legislación no tuvo presente este punto porque no teníamos las tecnologías al servicio de la gestión municipal”, describió.
El otro punto es la conflictividad social, con una jerarquización de la Carta Orgánica que colabore en la resolución de estas cuestiones.
Y un tercer ítem es un avance en la proyección del área metropolitana. “Tener más rapidez y eficacia en cuestiones de transporte, de infraestructura entre Córdoba y las ciudades limítrofes”, explicó el concejal.
Además, está el tema de las comunas. “El intendente lo definió como la necesidad de profundizar la participación y ampliar la descentralización, y de analizar la discusión de la elección de los directores de los CPC. Una figura que ya está en Buenos Aires, como los comuneros, que fue una copia mejorada, tras el éxito de nuestros CPC”, dijo.
Voces con diferencias y algunos matices
Esta primera aproximación ya tuvo repercusiones entre los convencionales que fueron parte de la gestación de la Carta Orgánica hace casi 30 años atrás.
Antonio María Hernández, quien en ese momento presidió la convención constituyente y es uno de los pocos abogados constitucionalistas que participó en instancias de reformas provinciales y federales, expresó una mirada en otro sentido.
Dice que antes de hablar de una reforma, se debería trabajar en hacer conocer la Carta Orgánica. Además, habló de su vigencia y de la necesidad de que se cumpla. Por ejemplo, citó varios de sus apartados que hoy siguen sin instrumentarse, como el de un ente para controlar los servicios públicos, y un consejo económico social.
De todas maneras, fue claro en advertir que, según su opinión, no es momento de hacer una reforma, sino de hacerla cumplir.
“En las tres encuestas de cultura constitucional que he dirigido siempre aparece el desconocimiento de la Carta Orgánica y en particular, la de Córdoba. El promedio alcanza el 90%. Lo primero que debería hacer el intendente es avanzar en la difusión de la Carta. Esa es la clave para elevar la cultura constitucional, política y democrática”, aseguró.
“Por otro lado, hay que ser severos en los incumplimientos de la Carta. Por tanto, hay que dirigir el Gobierno municipal, y sobre todo, al Concejo Deliberante a sancionar estas ordenanzas, algunas de ellas de extraordinaria importancia”, dijo Hernández.
Sobre esto insistió sobre la puesta en funciones del Ente Municipal de Control de los Servicios Públicos, y el Tribunal Administrativo Fiscal. Y también en una ordenanza para el Consejo Económico y Social, entre otras cuestiones.
Hernández resaltó que hoy hay que promover “ya” la reforma de la Constitución Provincial en el artículo 183, inciso 2.
“Después de eso, habrá que pensar en adecuar la Carta a esa reforma, para lo cual la enmienda es mucho más barata, mucho más sencilla”, detalló.
Para cerrar, el constitucionalista dice que convocar ahora a una convención municipal para 2025 le parece “realmente un error, además de toda la situación de tipo económico y social y las enormes penurias financieras que tiene el municipio”.
José Emilio Graglia, quien también fue convencional constituyente y es doctor en Derecho y Ciencias Sociales, hizo un aporte similar.
“Para elegir, por ejemplo, por voto a los directores de los CPC no hace falta cambiar la Carta Orgánica. En mi opinión, antes de ese cambio hay que dotar a los CPC de presupuesto propio y de competencias suficientes para que funcionen realmente, realicen obras y presten servicios. Que dejen de ser meras reparticiones burocráticas. Falta mucha descentralización administrativa”, precisó.
También habló del gran trabajo de consenso que implicó aquella primera ley madre y dijo que hoy una reforma “es innecesaria”.
“Las soluciones a los muchos problemas de la ciudad no dependen de modificar la Carta Orgánica. Ninguno se origina en alguna de sus normas. Todo lo contrario. Más que reformarla, habría que cumplimentarla. Es inoportuno en un país donde crece la pobreza, el desempleo y la desigualdad iniciar un proceso electoral para elegir 62 convencionales constituyentes que debatan una reforma. Es desconocer cuáles son las preocupaciones de los vecinos de carne y hueso”, insistió.
Miguel Rodríguez Villafañe, quien también estuvo en 1995, tiene una postura más intermedia al advertir que siempre es positivo repensar, si son necesarios, cambios.
“En democracia no hay obligación de acordar, pero sí una actitud de conciliación y escucha. Que haya una idea para repensar es positivo. Ahora… de ahí que pueda salir una enmienda o reforma no lo sé. No hay que apurar, ni quedarse quieto”, expresó.
“Ante este momento de desazón siempre es bueno parar un poco, pensarnos y ver la crisis. Siempre pensar en concertar y evaluar, no llevar ya un proyecto de reforma. No estoy en contra, pero antes tiene que haber vocación y cumplirse con lo ya escrito”, insistió.
En el caso de Rodrigo López Tais, un abogado constitucionalista más joven, detalla el proceso que implicaría una reforma, que necesitaría la aprobación en primera instancia de los dos tercios en el Concejo Deliberante.
También coincidió con algunos convencionales que antes debe tenerse en cuenta la oportunidad. También, que existe un alto desconocimiento de la Carta y lo improcedente que sería realizar una elección de convencionales al mismo tiempo que los comicios a diputados nacionales.
“Las cuestiones de mérito, oportunidad y conveniencia de una reforma legislativa siempre obedecen a una valoración política que escapa al examen normativo o a la ponderación legal. Evidentemente que los cambios que se han producido en los últimos 30 años han modificado la realidad. En materia de participación ciudadana, tecnología, economía, el crecimiento demográfico, los servicios públicos, etcétera. En ese marco, abrir una discusión sobre la necesidad de actualizar requiere previamente conocer y analizar la actual Carta Orgánica; fundamentalmente, si se cumplen sus postulados”, expresó.
“No es razonable pretender modificar algo que no se conoce, ni reformar algo que no se cumple. Además si se avanza en el debate público sobre una reforma, habría que evitar que se convoque a una elección de convencionales constituyentes unida a otras elecciones, como la de diputados nacionales″, expresó.
Porque, dice López Tais, “la reforma se vería reducida a un simple instrumento de apalancamiento político del oficialismo para mejorar sus chances electorales y movilizar su electorado frente a un escenario que hoy aparece como crítico o difícil para el oficialismo”