Permiten almacenar la energía eléctrica generada por la energía solar y eólica, pero su seguridad entró en zona de debate.
Por Pablo Álvarez
Son muchos los aparatos domésticos que usan baterías de litio, cuya seguridad quedó en duda en el último tiempo. A un trágico incendio en Córdoba en mayo pasado que costó la vida de dos estudiantes jujeños, se sumó recientemente la viralización de un video de un hombre murió calcinado en un ascensor tras la explosión de una de ellas en China.
Las baterías de iones de litio revolucionaron la vida de los humanos y se usan desde los teléfonos móviles hasta las computadoras portátiles y los vehículos eléctricos.
Su popularidad se debe a las ventajas que presentan frente a otras de diferente tipo. Entre otros puntos, se cargan más rápido, son más potentes, tienen mayor durabilidad y son amigables con el medioambiente.
Pero estas dos situaciones puntuales, sumadas a otras sucedidas en los últimos años, hacen dudar de su seguridad.
Según los especialistas, estos dispositivos pueden incendiarse si hay una sobrecarga o una exposición directa a una fuente de calor. Se calcula que una en 10 millones de baterías puede fallar.
Argentina posee una de las principales reservas mundiales de litio y tiene la primera planta de baterías de litio de Latinoamérica (UniLib se encuentra en Berisso y puede producir anualmente el equivalente a 2500 baterías para almacenar energías renovables).
El alemán John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino fueron los responsables de desarrollar las baterías de litio, innovación que les fue reconocida con el premio Nobel de Química.
Según la Real Academia de las Ciencias Sueca, el trabajo de los tres científicos sentó las bases para una sociedad inalámbrica y libre de combustibles fósiles.
Las baterías de litio están compuestas por dos electrodos: un cátodo y un ánodo. Estos dos componentes están unidos por un electrolito, una sustancia que cierra el circuito y que hace que la batería libere la electricidad poco a poco. Los tres componentes forman una celda. Las baterías están compuestas por varias celdas.
Mauricio Reinoso, técnico especializado en monopatines, agregó que el tema que la batería o la carga falle es muy difícil porque esos pack de baterías ya vienen preparados, incluso tienen una plaqueta que regula la distribución de carga de batería y colabora en su buen funcionamiento para que todas las celdas se carguen y descarguen de forma pareja.
Reinoso recordó que las instrucciones respecto al mantenimiento y uso de baterías recomiendan no superar su exposición a un ambiente de más de 50 grados centígrados, y sostuvo que se recomienda evitar exponerlas a una carga mayor a la que indica el fabricante.
Igual que sucede con otros metales alcalinos, el litio es altamente inflamable y puede llegar a explotar. Por eso mismo, y aunque no es precisamente usual que una batería de litio explote, es conveniente tratarlas con cuidado para evitar un percance, algo que además no es nada difícil, ya que consiste en tener en cuenta un par de aspectos básicos.
El primero es alejarlas de cualquier superficie o elemento que pueda salir ardiendo (sofás, camas, mantas, alfombras) o las exponga a temperaturas extremas.
El segundo es intentar no darles golpes ni que sufran deterioro físico y el tercero, algo que también es bueno para la salud del dispositivo, es no hacer mezclas extrañas a la hora de usarlas. Es decir, no usar cargadores de mala capacidad, cables en mal estado o enchufes defectuosos.
Una cadena ventajosa
El plomo ha sido, por décadas, el principal componente de las baterías usadas para fabricar celulares, computadoras, vehículos eléctricos y otros dispositivos tecnológicos. Los efectos del plomo ácido no han pasado desapercibidos, pues han causado estragos en el medioambiente, aumentando las emisiones de carbono y contaminando el entorno.
Es así como el litio se ha convertido en uno de los minerales más valiosos del mundo, por su potencial para reemplazar el plomo, en un esfuerzo por disminuir el uso de combustibles fósiles.
El 60% de los recursos mundiales del mineral está distribuido entre Argentina, Chile y Bolivia (el “triángulo del litio”).
La transición energética es el principal camino acordado a nivel mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer frente a este problema. Las baterías de ion de litio son una tecnología central en este camino.
En particular, se destaca su uso en la descarbonización del transporte que explica aproximadamente un cuarto de las emisiones globales de dióxido de carbono, por lo que tener una capacidad industrial en baterías de litio permitirá que Argentina se acerque a cumplir esos objetivos y logre una transición energética autónoma