Cormecor junto a Epec producirán energía con el gas metano que se captará del enterramiento sanitario.
Justo donde está la estación de peaje de la autovía de la ruta nacional 36, en el extremo sur de la ciudad de Córdoba, se pueden el relleno sanitario de Piedra Blanca, que alberga toda la basura generada desde 2010 por los vecinos de la Capital y otras 19 localidades. Hay alrededor de 10 millones de toneladas que se descomponen en ese lugar, generando gas metano -uno de los principales causantes del efecto invernadero- que se va a la atmósfera.
Al menos así es hasta ahora, ya que Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos del Área Metropolitana Córdoba (Cormecor) y la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) están transitando los últimos pasos previos a adjudicar una obra que permitirá captar ese biogás y generar energía eléctrica.
La noticia ya había sido adelantada por La Voz el año pasado, cuando se mostró la construcción de los nuevos sitios de disposición final, que comenzarán a operar en septiembre. Pero en ese entonces, en Cormecor habían decidido que iban a trabajar sólo con las nuevas fosas, ya que en su diseño tienen prevista la infraestructura de captación del gas que generan los residuos en descomposición.
Pero según informó Constanza Mías, la titular de la Corporación, el intendente Daniel Passerini y el ministro de Servicios Públicos de la provincia, Fabián López, decidieron que la extracción también se realice sobre las fosas que operan desde febrero de 2010.
“Es más complejo, porque es una obra de ingeniería importante. Pero básicamente se perforan las fosas, se colocan caños con ranuras por las cuales se capta el gas que produce la basura en descomposición, y se lo lleva a generadores de energía eléctrica”, explicó Mías.
El proyecto supone la instalación de cuatro motores con una producción de 3,2 megavatios, lo que alcanza a abastecer una población de cinco mil familias o 20 mil habitantes, la cantidad de pobladores que tienen ciudades como Morteros, Santa Rosa de Calamuchita y Laboulaye.
Es decir que 20 mil ciudadanos de la Capital recibirán energía producida por la basura que genera toda la ciudad.
Beneficios ambientales
El gas metano (CH4) generado en los vertederos de residuos es un potente gas de efecto invernadero, con un potencial de calentamiento global mucho mayor que el dióxido de carbono (CO2). Cuando este gas se libera directamente a la atmósfera, contribuye significativamente al cambio climático.
Sin embargo, cuando se captura y utiliza para generar energía eléctrica, se logran varios beneficios ambientales. El principal es la reducción de emisiones de metano, ya que la captura y utilización del gas metano evita que se libere a la atmósfera, reduciendo así las emisiones de este potente gas de efecto invernadero.
El biogás, compuesto principalmente por metano, puede utilizarse como combustible para generar electricidad de manera renovable, desplazando la necesidad de utilizar combustibles fósiles como el carbón o el gas natural.
En lugar de dejar que el metano se desperdicie, se aprovecha su potencial energético para generar electricidad, lo que contribuye a la diversificación de las fuentes de energía y a la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
La combustión controlada del biogás para generar electricidad produce menos contaminantes atmosféricos que la quema de combustibles fósiles, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire en las zonas cercanas a los vertederos.
La historia de Piedra Blanca
El hoy Parque Industrial de la Economía Circular nació como “predio de disposición provisorio” de la basura de Córdoba. Piedra Blanca fue habilitado en 2010 luego de la clausura del enterramiento sanitario de Potrero del Estado. Ese complejo aún podía seguir operando por varios años más, pero el entonces intendente Daniel Giacomino decidió el cierre por la resistencia de un grupo de vecinos de Bouwer.
Los efectos fueron nefastos. Se terminó de golpe con la previsibilidad en el destino de los residuos, se dejó por años una fosa sin cerrar en Potrero del Estado que requirió de miles de camionadas de tierra –con sus consecuencias ambientales– y se abrió la puerta a un enorme problema para radicar un nuevo relleno.
Piedra Blanca, que iba a durar un año porque una empresa llamada Innviron iba a “gasificar la basura” –y que al final no tenía antecedentes válidos–, sigue recibiendo desechos hasta hoy. Las fosas crecieron a lo alto, y en el paisaje se generó una enorme montaña que en su interior tiene millones de toneladas de residuos