La iniciativa de YPF y Petronas para montar una planta licuefactora en Río Negro o Buenos Aires concentra la atención. Te explicamos de qué se trata.
El proyecto Argentina LNG que lleva adelante YPF con la malaya Petronas y que apunta a sumar al resto de las productoras de gas del país para montar un complejo exportador de gas natural licuado (GNL) es el foco de atención de las dos provincias en donde podría radicarse: Río Negro y Buenos Aires. Pero pese al interés, no es tan difundido de qué se trata el GNL y cómo se lo hace.
El gas natural licuado (GNL en español o LNG en inglés) no es otra cosa más que lo que dice su nombre, gas natural como el que usamos en nuestras cocinas, pero en estado líquido.
En la naturaleza, por ejemplo en los pozos petroleros, el gas natural se encuentra -valga la redundancia- en estado gaseoso. Pero con el objetivo de poder cargar enormes cantidades de gas en un solo barco y enviarlo a cualquier parte del mundo se lo licúa, es decir se pasa su estado de gaseoso a líquido.
La razón detrás de esto, es que el gas natural al pasar a un estado líquido reduce su volumen 600 veces, haciendo que en buque metanero como los que se importan para Argentina en los inviernos puedan caber tranquilamente 81 millones de metros cúbicos de gas.
Un volumen que para graficar representa más que toda la producción diaria de gas de Vaca Muerta, o la totalidad del gas que lleva el Gasoducto Néstor Kirchner durante seis días.
Para poder licuar el gas natural se necesita previamente que el gas que ingrese al punto de licuefacción esté completamente desprovisto de líquidos e impurezas, algo que en la industria llaman como deshidratado y que consiste en quitar todas las partículas de dióxido de carbono, sulfuradas y también de agua.
Una vez que el gas ya fue deshidratado está listo para ingresar a una planta de licuefacción, ya sea que esté en tierra (onshore) o que sea flotante, algo que se define como FLNG.
Un FLNG es en resumen una planta licuefactora flotante, un buque fábrica de dimensiones colosales que será la forma en la que comenzará este proyecto de YPF, hacia el 2027, pues recién para el 2031 ó 2032 se espera poder contar con una planta terrestre.
Pero ya sea en tierra o en un buque, el proceso es el mismo. El gas natural ya deshidrato ingresa a una serie de equipos especiales que lo enfrían durante días. Es un proceso largo, en el que habitualmente el gas natural que llega con 30 grados de temperatura recorre una y otra vez una serie de ductos.
Para esto la temperatura a la que se somete el gas en esos ductos es de -161 grados celcius, lo cual provoca precisamente que el gas comience a contraerse y finalmente se vuelva líquido.
Los buques de GNL que vendrán
Este proceso no es automático, puede demorar hasta cuatro días según la tecnología y el tamaño del sistema utilizado, pero su resultado final es el mismo: ya se tiene GNL.
El proceso continúa con el acopio de ese gas ya líquido en enormes bóvedas, ya sea dentro del mismo buque fábrica o en tierra. Y desde esas bóvedas es desde las cuales luego se carga el GNL por enormes mangueras a los buques metaneros que lo llevarán hasta el país que lo esté demandando.
La firma Pan American Energy (PAE) ya sello un acuerdo con la internacional Golar para que desde el 2027 se cuente con un buque licuefactor con capacidad para procesar hasta 6 millones de metros cúbicos diarios. Un volumen que es similar al que desde YPF se espera que aporte el buque licuefactor Satu de su socia Petronas.
Si bien Argentina e YPF ya tuvieron entre 2019 y 2020 una experiencia con el funcionamiento del buque licuefactor Tango en Bahía Blanca, los sistemas flotantes que se espera comiencen a llegar al país desde 2027 son muchísimo más grande, no solo con casi el triple de capacidad de procesamiento, sino que incluso en el caso del buque Satu, su tamaño es tan colosal que tiene la misma altura que el mítico Empire State Building de Nueva York