El edil Aranda afirmó que fue víctima de una “persecución política”; la dirigencia del distrito muestra interpretaciones diversas, desde derivaciones previsibles de una causa narco hasta posibles pases de factura en el peronismo local, sacudido por el caso Espinoza

La “persecución política” que denunció el concejal de La Matanza Gabriel Aranda, detenido el 11 de julio en la vereda del Concejo Deliberante local y liberado casi doce horas después, motiva interpretaciones variadas en la política distrital. El edil, perteneciente al Movimiento Evita e integrante del bloque que responde al intendente Fernando Espinoza, no identificó los sectores a los que responsabiliza por la persecución denunciada y las especulaciones están a la orden del día en los distintos sectores. Las variantes van desde considerar su detención solo una derivación previsible de una causa por narcotráfico hasta evaluar la posibilidad de que las internas del peronismo hayan puesto su cuota, en momentos en que el procesamiento contra Espinoza por presunto abuso sexual agita las aguas.
Aranda fue detenido en la vereda del Concejo, un punto que a algunos dirigentes locales les resultó extraño. “Me llamó mucho la atención. Justo una vez al mes hay sesión y lo fueron a buscar ahí. Además, no fue detenido sino demorado. Fue muy llamativo”, dijo a LA NACION una fuente al tanto de la dinámica legislativa en La Matanza y que no comulga con el oficialismo local.
En las filas opositoras a Espinoza, la detención de un edil un día de sesión, en pleno centro de San Justo, no pasa desapercibida y promueve interpretaciones que incluyen a la interna del peronismo. Pero también están quienes ven la situación como un resultado esperable de una investigación y no le otorgan mayor trascendencia a la escena. “Aparentemente, razones para detenerlo hay, lo vinculan con la causa de Chaki Chan [por el narcotraficante Nicolás Nahuel Guimil]. Hay una interna muy fuerte en el peronismo y los movimientos sociales”, amalgamó las teorías uno de los engranajes del fragmentado Juntos por el Cambio local.

“Tenemos la fuerza para pelear de igual a igual con cualquiera. Incluso con los más poderosos, aquellos que hoy tienen que esconderse y deben hacerse cargo de sus hechos”, dijo Cubría en un plenario de su Frente Vecinal, en mayo, con el procesamiento que pesa sobre Espinoza por abuso sexual ya dictado.
El miércoles, en una conferencia de prensa, Aranda denunció que los policías se lo llevaron sin orden de detención. “Decimos que es una persecución política a dirigentes de La Matanza. No responsabilizo a nadie, pero alguno se va a tener que hacer cargo”, dijo en esa oportunidad, en diálogo con LA NACION.

Al momento de ser detenido en la vereda del Concejo Deliberante, en la cuenta del edil en la red social Facebook se publicó: “Acaban de subirme a una camioneta, temo por mi vida, por favor. Si me pasa algo, hago cargo a Matías López [superintendente de Planeamiento y Operaciones Policiales] de la policía de [el ministro de Seguridad bonaerense, Javier] Alonso, de la policía de la provincia. Todo sin orden judicial”.
“Su vicepresidente en Laferrere [por Esteban Quiñones] está preso, los vínculos con la barra brava abundan. Por otro lado, el tema se utiliza políticamente en la batalla interna de ellos. Es el correlato local de lo que viene pasando entre Máximo Kirchner y [Axel] Kicillof. Espinoza les pasa facturas al Movimiento Evita, al rector de la Universidad de La Matanza [Daniel Martínez] y a la Iglesia por haberse atrevido a hacerle la interna”, evaluó un dirigente opositor al intendente.
Dentro del peronismo también hay quienes ponen la mira en la interna. “Tiene olor ha vuelto”, especuló un dirigente justicialista matancero. Y algunas fuentes justicialistas minimizan el episodio y aseguran que no tuvo mayor trascendencia en la política del distrito más populoso de Buenos Aires.
Para los representantes de La Libertad Avanza en el municipio, la supuesta persecución no se justifica. “Hay hechos delictivos, gente que metieron presa. Persecución política no hay. Vino la policía de Kicillof a llevárselo. Y Kicillof, en estos días, se juntó con Pérsico, esposo de Cubría, que es la dirigente que puso a Aranda en el Concejo. Son pantallas para tapar lo de Espinoza”, planteó un organizador local de la fuerza del presidente Javier Milei, que apeló al encuentro que el gobernador tuvo con la cúpula evitista el martes. “No veo una persecución política. Lo detuvo la policía de la provincia. Que aclare quién lo está persiguiendo, creo que tiene que ver con tapar un poco el tema de Espinoza”, coincidió otra fuente libertaria del distrito.