Dudas en el entorno de Sáenz
Este hito marca un nuevo capítulo en la narrativa del gobernador Gustavo Sáenz, quien promueve su provincia como una «tierra de oportunidades» gracias a sus ricos recursos minerales.
Desde principios de este mes, el complejo industrial de Centenario Ratones ya está operando. La inversión de US$ 800 millones en este proyecto es solo una pieza del rompecabezas, con capitales chinos, coreanos, británicos, y de figuras nacionales como Paolo Rocca, jugando roles cruciales. El discurso de Sáenz enfatiza el potencial de estos recursos para atraer inversiones extranjeras, consolidando su liderazgo provincial y elevando su perfil a nivel nacional.
Flavia Royón, exministra de Minería de Salta y aliada cercana de Sergio Massa, ha sido instrumental en estos esfuerzos, llevando su experiencia al Palacio de Hacienda. A pesar de cambios en el gobierno nacional, Sáenz ha mantenido un diálogo continuo con la Casa Rosada, firmando el Pacto de Mayo con firmeza.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), China ha invertido aproximadamente US$ 3.400 millones en siete proyectos de litio en Argentina, con cuatro de estos en Salta. Patricia Bergero y Franco Ramseyer, autores del informe, destacan el papel dominante de China en estas inversiones, aunque también reconocen la significancia de otros países como Francia, Estados Unidos, Corea del Sur, Canadá y Australia.
Sin embargo, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) promovido por el gobierno de Javier Milei y adoptado por los gobernadores mineros ha suscitado críticas. Este régimen alivia las obligaciones fiscales de las empresas, limitando la recaudación provincial a un máximo del 3% en regalías sobre el valor extraído, junto con ingresos brutos y tasas municipales. Mientras tanto, el Estado nacional recauda el impuesto a las ganancias y el IVA.
El proyecto Centenario Ratones, ubicado a 3.800 metros sobre el nivel del mar, es una sociedad entre Eramet y la china Tsingshan. La producción anual estimada a partir de 2025 es de 24.000 toneladas de carbonato de litio, con una vida útil proyectada de 40 años. La empresa asegura que reciclará el 60% del agua dulce utilizada en la extracción del litio, aunque la desconfianza persiste entre la población local.
Además, la empresa china Ganfeng Lithium está invirtiendo US$ 600 millones en el Proyecto Mariana y en una planta en General Güemes para producir cloruro de litio. Paolo Rocca y Tecpetrol también han puesto sus ojos en Salta, con un plan de inversión de US$ 800 millones en el Salar de Tolillar. Otros proyectos, como Pozuelos-Pastos Grandes y Sal de Oro, también están en marcha, con inversiones significativas de empresas como Ganfeng Lithium y Posco.
La relación simbiótica entre la explotación del litio y las ambiciones políticas de Sáenz es evidente. Con Río Tinto invirtiendo US$ 800 millones en una planta de litio en el Salar de Rincón y otros proyectos en curso, Salta se posiciona como un jugador clave en la producción mundial de litio. Sin embargo, la pregunta crítica es quién realmente se beneficia de estas inversiones.
Los recursos naturales, según la constitución, pertenecen a las provincias, pero las políticas actuales parecen favorecer más a las empresas multinacionales que a las comunidades locales. Con la extracción de litio a gran escala en marcha, Sáenz debe enfrentar el desafío de equilibrar el desarrollo económico con la justicia social y la sostenibilidad ambiental. (www.REALPOLITIK.com.ar)