A más de 3000 msnm, se despliegan las ruinas de un establecimiento minero. En este escenario, donde el color amarillo tiñe las murallas y laderas de la montaña y el tiempo parece haberse detenido, se encuentran los vestigios de una parte de la rica historia minera de Chilecito.
Un antiguo puente colgante a más de 200 metros de altura, marca la entrada a los socavones de la mina. Aún hoy, en los muros de la montaña se pueden observar los orificios donde los mineros colocaban la dinamita. Mientras que en los distintos túneles que serpentean en el interior mismo de la roca, y que se extienden a lo largo de 2800 metros, se narran historias a través de todos los restos esparcidos en sus profundidades, donde pueden encontrarse algunos elementos de trabajo, como clavos y diversas herramientas.
En el exterior y resguardadas por el imponente abrazo protector de la montaña, se aprecian estructuras y maquinarias olvidadas, como silenciosos guardianes, celosos de un pasado glorioso.
Con la curiosidad como aliado, cada visitante puede convertirse en explorador de este fascinante circuito, sumergiéndose en un viaje al corazón mismo de la montaña. Pero recordá que para hacerlo necesitás del acompañamiento de un guía profesional y registrado quien podrá brindarte los cuidados necesarios y la mejor de las experiencias.