Es fundamental preservar la fisonomía urbana tradicional de un lugar y poner en valor sus distintos elementos.
El área fundacional de Godoy Cruz se ubica en el área de la Plaza Mayor Tomás Godoy Cruz y sus calles circundantes. Este espacio, recientemente, ha tenido dos motivos para recuperar su memoria.
El pasado 9 de julio se cumplieron cien años de la inauguración del monumento dedicado a Tomás Godoy Cruz en la Plaza Mayor. Un tedeum en la Basílica San Vicente Ferrer y una peña folklórica en la referida plaza reunieron a funcionarios y vecinos en la conmemoración de la Independencia y de la centenaria construcción.
En 1924 se acuñaron monedas alusivas que algunos vecinos aún conservan heredadas de sus padres o abuelos y se realizaron numerosos actos, entre ellos un desfile militar, veladas teatrales y cinematográficas, certámenes literarios y bailes. Los diarios de la época destacaron la concurrencia con un número cercano a 20.000 personas. Fue un día de júbilo para la ciudad que festejó la independencia reconociendo a Tomás Godoy Cruz como “ese mendocino, el más ilustre y el más patriota que fue representante por Mendoza en el Congreso de Tucumán y destacado hombre público de la vida mendocina” (Registro oficial, 1909). Estas fueron las palabras del gobernador Emilio Civit ante la Legislatura cuando expuso las iniciativas de cambiar el nombre de la Villa Belgrano por Ciudad de Godoy Cruz y de realizar una escultura dedicada al destacado congresal y portavoz de las ideas sanmartiniana en esa magna Asamblea.
Paralelamente a ese acontecimiento político y cultural de hace una centuria se desenvolvía, entre otros aspectos de esa etapa, la gran afluencia de inmigrantes que se asentaron en diferentes localidades del país. Los nuevos habitantes construyeron industrias, abrieron comercios e incorporaron nuevos oficios.
Precisamente, el segundo motivo para recuperar la memoria es que en el reciente día del comerciante argentino, en recuerdo de la creación de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 1854, la Municipalidad y el Concejo Deliberante de Godoy Cruz reconocieron a diez comercios históricos en actividad, de los cuales ocho se encuentran en su casco histórico y la mayoría fueron fundados por inmigrantes.
Rescatar la labor y permanencia en el tiempo de esos negocios es valorar el esfuerzo orientado a sobrevivir a las innumerables crisis económicas argentinas. Las empresas pasaron de generación en generación en una misma familia o cambiaron de propietarios, pero siempre se sostuvo el nombre, rubro y la iniciativa privada. Su presencia ha formado parte de la identidad de las calles godoycruceñas y son al día de hoy un ejemplo de constancia y arduo trabajo.
Esos antiguos comercios acudieron a la convocatoria del Programa Memoria Viva y Participación Ciudadana, realizada por el gobierno municipal y la Junta de Estudios Históricos de Godoy Cruz. Dicho programa está abierto a la comunidad para todos los que deseen aportar la historia de su negocio, su barrio, su familia, su colectividad o sus fiestas tradicionales. Contacto: lajuntaconvoca@gmail.com
El criterio de relevamiento temporal incluyó locales con más de 60 años de antigüedad y que se han mantenido a lo largo de su historia con continuidad en la actividad fundacional. Entre aquellos citamos a: Taller Moricci (1903), farmacia Godoy Cruz (1908), tapicería Casa Plana (1916), ferretería Pannocchia (1920), farmacia Chester Barraquero (1925), ferretería Suárez, panadería Sol de Mayo (1935), Café Sportman (1938), taller metalúrgico Fermachin (1960), restaurante La Parrala (1964).
Estos diez comercios históricos son testimonio de una época de crecimiento poblacional y económico del departamento. Es oportuno recordar que hacia 1926 cuando ya estaba inaugurado el monumento a Tomás Godoy Cruz, la ciudad experimentaba un importante aumento vegetativo con más de 30.000 habitantes, un desarrollado centro comercial e industrial, la revalorización de la tierra y un significativo aumento de las construcciones. Esto último lo convertía en uno de los municipios que más aportaban al fisco a través de la contribución de impuestos. Este fue uno de los fundamentos del decreto 281/1926 por el cual el gobierno de la provincia de Mendoza instruyó la construcción de una Casa Departamental (hoy Casa de la Cultura y la Memoria) que fue inaugurada en 1928.
En síntesis, el casco antiguo es un lugar simbólico y central. Se yergue como testigo de la historia cultural, económica, política y social de una ciudad. Preservar esa fisonomía urbana, poner en valor y señalar sus sitios e hitos emblemáticos es crucial para consolidar el sentido de pertenencia del ciudadano y la singularidad que la diferencia del resto de las localidades. La atracción turística, cultural y comercial del referido espacio tiene como uno de sus soportes principales lo qué es distintivo del departamento. La historia y el patrimonio señalan la diferencia, allí está su marca cultural y el lazo vivo de las generaciones