Todos los sectores vinculados a negocios verdes o con patas verdes están recalculando con las políticas que implementa el gobierno de Milei. Hay ganadores y perdedores, también en el entorno circular.
La Cuarta Cumbre Mundial de Economía Circular tuvo otros enunciados como temas centrales: cambio climático, la relación con las economías del conocimiento, de la creatividad y la comunitaria, el activismo ambiental… Pero lo que atravesó la mayoría de las discusiones en los paneles y las charlas informales de funcionarios, emprendedores y diversos actores del sector fue cómo pega la crisis económica argentina actual y de qué manera el fuerte giro político y económico del gobierno de Javier Milei obliga a repensar rumbos y estrategias.
El gobernador Martín Llaryora, sin nombrar a Javier Milei, aludió a “liderazgos que niegan el cambio climático” como el marco en el que la economía circular vuelve a ser territorio de “quijotes”. Se identificó de manera tan explícita con esa figura, que esa fue la imagen que plasmó en una escultura realizada con materiales reciclados el artista Pablo Zárate y que fue el regalo que le hizo el intendente Daniel Passerini en su primera visita como gobernador a la cumbre que él inventó, cuatro años atrás.
Se trata de un impacto transversal. 360.
Jonatan Castillo, referente de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, dijo que seis meses atrás había dos cartoneros revolviendo la basura, mientras que “ahora hay 10 o 12″. Y lo que no hizo el desplome de la actividad laboral formal, y en mayor proporción la informal, lo impuso la recesión. “En estos últimos dos meses no pudimos entregar un fardo de cartón. La industria no te compra porque no hay consumo”, se quejó.
Quienes apalancaron sus emprendimientos con un cliente estatal están en ascuas. El caso de Circularis, la empresa cordobesa del Grupo RFG, es un buen ejemplo. Investigaron y desarrollaron un producto para Trenes Argentinos: el durmiente plástico, reemplazo sostenible del de quebracho. Ganaron una licitación para colocar 200 mil durmientes, luego de años de investigación y desarrollo, la inversión en tecnología y la puesta en marcha de una empresa que va de la captación de grandes volúmenes de plásticos de posconsumo a las máquinas de compactación y fundición de durmientes, todos con características regladas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) y calidad certificada por Iram. Trenes frenó las órdenes de servicio desde el inicio del actual gobierno nacional. No se sabe si continuarán o no.
Para evitar un descalce financiero, la empresa abrió nuevos mercados, que no estaban en el plan original: empresas privadas que tienen circuitos férreos internos en sus plantas en el país, y Chile, que vio interesante aprovechar esta innovación. Pero, a su vez, tienen un contrato vigente que cumplir con Trenes, lo que los hace ser cautos, para no incumplirlo si la empresa nacional decide avanzar.
Durante cinco meses fueron todas noticias malas para los emprendimientos circulares vinculados a la construcción. Pero la rebaja de las tasas de interés y la reaparición del crédito hipotecario en UVA les despierta ahora otras expectativas, aunque en la mayoría de los préstamos para nuevas obras se siguen exigiendo materiales tradicionales.
Cartoneros y empresas que trabajan con la transformación de residuos en nuevas materias primas coinciden en la necesidad de una ley de envases para incrementar los volúmenes de la recuperación. Sin embargo, en las conversaciones de los paneles la expectativa de que este gobierno avance en esa dirección son muy bajas: por un lado, porque se muestra fervientemente desregulador; y en segundo lugar, porque si se imponen nuevos costos a los productores, vía tasas por contaminación o cualquier otro mecanismo, esa imposición se trasladaría al consumidor, como un componente inflacionario, que es el baremo en el que mide el éxito o el fracaso la actual administración.
No entró en el DNU, tampoco en la Ley Bases, pero el sector de los biocombustibles espera un par de decisiones estratégicas de la Nación.
La principal: que eleve el corte de las naftas con bioetanol, en un primer momento al 15% y luego al 27%, como en países vecinos. Y al 20% con biodiésel.
Patrick Adam, presidente de la Cámara de Bioetanol en Argentina, dio argumentos de por qué cree que pueden esperar que el Gobierno nacional lo saque. Ningún aspecto tiene que ver con la sostenibilidad ni con lo ambiental.
“Si Argentina no eleva el corte en los combustibles, entra en default ambiental. Y los países centrales están preparando medidas, como un impuesto ambiental para castigar a quienes no cumplen los acuerdos. No hacerlo nos dejaría fuera del comercio internacional”, remarcó.
El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) podría acelerar el crecimiento de la región de la “Vaca Viva”: la región central del país que concentra una potencialidad de producción energética con biomasa, comparable a las reservas de gas de Vaca Muerta, en el sur del país. Adam cree que si sólo se aprobara un corte similar al de países de la región, se podrían invertir 2.500 millones de dólares en combustibles sustentables