Si bien está catalogado como internacional, hoy no pueden operar vuelos cuando hay neblina o condiciones climáticas desfavorables.
Vaca Muerta, la formación de la cuenca neuquina es vendida como el futuro del país y los road shows apuestan a conseguir las inversiones necesarias para aumentar su desarrollo. Sin embargo, la realidad de la provincia de Neuquén, epicentro de la actividad petrolera, no ofrece lo que los powerpoint reflejan.
La infraestructura es pobre y se buscan alternativas para remediar esa falencia. Y es en esa pobreza que el Aeropuerto Juan Perón (Código IATA: NQN, código OACI: SAZN) brilla obscenamente por sus pretensiones de «internacional».
Hay ILS (Instrument Landing System) pero falta Awos (Automated Weather Observing System) para que puedan operar vuelos con niebla u otras condiciones; la manga, una sola, sirve para subir al avión pero se baja por escalera para retirar equipaje y pasar por bromatología. No hay aduana, la cinta de equipaje es la misma de décadas atrás, arañada y ruidosa, y la barrera fitosanitaria tiene su scanner roto, lo que obliga a los oficiales a revisar manualmente mochilas y bolsos de pasajeros que forman una cola desordenada junto a quienes buscan su equipaje.
En la terminal área neuquina hay un ILS que permite operar con una visibilidad mínima de 1200 mts. Al AWOS debieron instalarlo hace 2 años, pero eso nunca pasó, y eso depende de ANAC. Este sistema permite a la torre de control saber exactamente las condiciones meteorológicas sin errores y dárselas instantáneamente al piloto.
Nadie se queja en Neuquén
En Neuquén nadie reclama y es un elemento clave para mejorar la operabilidad. El martes pasado un vuelo de Aerolíneas Argentinas no pudo despegar hasta casi 3 horas más tarde y un vuelo de Flybondy no pudo siquiera aterrizar. El año pasado ocurrió lo mismo con JetSmart. Esto es recurrente, más de lo que se sabe.
El resultado: con viento y niebla, el aeropuerto apenas puede funcionar como corresponde. El servicio es malo a pesar de la ampliación, y poco se parece este aeropuerto a una puerta de entrada al futuro del país.
«Encima la capacitación de jefe del aeropuerto y algunos empleados es más que deficiente», dijo un experto del sector. A tal punto pasa esto, que el año pasado la ANAC pidió bajar a la terminal neuquina de la categoría «bilingüe permanente» a «bilingüe a requerimiento», por falta de un traductor de inglés.
El jefe del aeropuerto viene de Cutral Co y su jefa una ex azafata de Aerolíneas Argentinas. La impericia se siente más allá de la infraestructura de la terminal.
Los números del aeropuerto
Por otra parte, vale recordar que solo operan tres líneas de cabotaje: JetSmart (80% ocupación), Aerolíneas Argentinas (84%) y Flybondy (82%). Luego hay vuelos privados y charters. Según estadísticas de ANAC, a pesar de una disminución interanual registrada a nivel país del 10 por ciento, el aeropuerto de Neuquén fue visitado por 88.610 pasajeros entre abril de 2023 y 2024, un 3,7% más respecto al mismo ciclo de tiempo anterior.
Eso sí, salvo charters privados, no se registraron vuelos internacionales a pesar que este segmento aumentó 11% interanual. El aeropuerto registró más de 1000 operaciones privadas con 89 pasajeros diferentes, algo que se condice con la actividad petrolera (unos 11 vuelos internacionales per cápita). Como al resto de la infraestructura de transporte de la región, a la terminal aérea le falta mucho desarrollo y ese atraso es patente. La actividad económica se despega del servicio y lo «internacional» se reduce a nivel de aeródromo. Una pena