El gran desafío para el shale neuquino
Las plantas de tratamiento, ubicadas en Añelo, están topeadas mientras continúa el auge del shale oil. Los métodos utilizados para reducir su impacto y los pedidos para ampliar la capacidad existente.
Por David Mottura
Vaca Muerta viene sumando buenas noticias en el último lustro a pesar de las complejidades macroeconómicas y la pandemia de por medio, con niveles crecientes de producción e inversiones, sin embargo existe un «Lado B» que se convierte en un tema urgente para destrabar el potencial de la roca shale: el incremento de los residuos asociados a la perforación y el fracking.
Entre residuos líquidos (como el flowback o agua de producción) y los sólidos y semisólidos (principalmente el cutting o recortes de perforación), los residuos petroleros en Neuquén aumentaron un 35,2% en 2023 comparado con el 2022. A lo largo del año pasado, fueron 1.022.290 metros cúbicos (m3) de residuos los que recibieron las plantas de tratamiento, donde destacan apenas cinco compañías.
Los datos surgen del Manifiesto Electrónico de Residuos Especiales (MERE) de la Subsecretaría de Ambiente de Neuquén que fueron solicitados por Chequeado en un pedido de acceso a la información pública, para una nota publicada el 16 de mayo último en su sitio web, y que también pudo analizar Mejor Energía. El MERE fue creado en 2021 y por eso los datos más completos corresponden a 2022 y 2023.
El crecimiento de los residuos está correlacionado al de la producción. Siguiendo los datos oficiales del Ministerio de Energía y Recursos Naturales, Neuquén tuvo una producción aproximada de 122,9 millones de barriles de petróleo durante todo el 2023, creciendo la producción en relación al año anterior un 21,34%. Desde fines del año pasado, el shale de Vaca Muerta representa más del 90% del crudo que se extrae del subsuelo neuquino.
El cutting o recortes de perforación son los residuos más importantes en términos de volumen. Los expertos en ambiente consultados por Mejor Energía describieron que la perforación horizontal trae fragmentos de Vaca Muerta y un poco de otras formaciones, según la extensión y diseño del pozo, impregnados con bitumen, lodos especiales, agua con mucha salinidad, gasoil y aditivos.
La forma de tratar este tipo de residuos es por pirólisis, es decir que se lo calienta en hornos para quitarle lo máximo técnicamente posible de crudo y que su composición química llegue a una condición «inerte» -aunque nunca llegará a serlo al 100%-. Así existen cinco compañías con plantas en Añelo: Indarsa, Treater, Comarsa, SAN y Ecopolo.
Hay otras más pequeñas que se dedican a algún tipo de residuo de la industria en especial. De hecho, la empresa de servicios AESA tiene uno, donde están trabajando en un ripio a base de cutting para implementar en un piloto en un camino interno de un yacimiento de YPF y que podría asfaltarse para rutas.
No existen muchas más tecnologías para reducir la peligrosidad de los residuos y hacerlos más manejables. De hecho, el método más novedoso lo trajo Veolia en un acuerdo con Treater para implementar la termomecánica (una fricción que provoca la desorción térmica del cutting). Y si bien hubo otras empresas que investigaron la biorremediación -bacterias que puedan «comer» los hidrocarburos-, las diversas pruebas no fueron exitosas.
Dado que el cutting y otros restos de la perforación llega a niveles voluminosos, luego de su tratamiento la disposición final es el repositorio en canteras autorizadas. El otro residuo es el agua de flowback, que puede evaporarse en las plantas o las operadoras la inyectan en pozos sumideros con objetivo a las formaciones geológicas Centenario y Rayoso.
Como se dijo más arriba, la tecnología que se utiliza en Vaca Muerta para los residuos es similar a la de Estados Unidos, sólo que allí la escala es mayor (Permian está llegando a los 10 millones de barriles por día, Vaca Muerta está a punto de llegar a los 400 mil) y el contralor estatal sigue de cerca a las tratadoras para evitar que lleguen al límite.
Ante una consulta de Mejor Energía, desde la Cámara Empresaria del Medio Ambiente (CEMA), que tiene asociadas tratadoras de Añelo, consideraron que el diálogo entre las partes permitirá coordinar la visión de una mayor producción, como es la idea de llegar al millón de barriles, con la capacidad de gestión de los residuos.
La formación geológica de 30 mil km2 es una generadora de dólares que llegan en tres formas: como inversiones (este 2024 serán US$ 9050 millones), por las exportaciones (los envíos de crudo superarían los 5000 millones de dólares este año) y por sustitución de importaciones (al comprar menos energía, como el GNL).
Todo ese aporte tiene un lado que viene siendo tabú, pero que ya es un problema actual y que en los próximos años deberá atenderse con mayor atención, actualizando la legislación, acelerando los trámites y realizando el feedback necesario entre productoras, contratistas, tratadoras y la provincia para disminuir el impacto y adelantarse a consecuencias evitables.