Los residuos industriales terminan, muchas veces, en basurales a cielo abierto, lo que genera problemas de contaminación del agua y del aire.
Contaminación del aire y del agua, peligro por enfermedades, degradación del ambiente y de los entornos urbanos y pérdidas económicas son algunas de las graves consecuencias de un problema poco abordado a nivel país. Es casi nulo tratamiento de los residuos que generan las industrias en todo el territorio.
Se trata de una cifra que el año pasado llegó a los 18 millones de toneladas, con un porcentaje de disposición adecuada que apenas alcanza al 7,1%.
Así se desprende de un informe realizado por el Observatorio de Residuos Peligrosos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Universidad de Buenos Aires (UBA), en base a datos recopilados desde la Cámara Argentina de Tratadores y Transportistas de Residuos industriales y Especiales (Catries) y la Cámara Argentina de Industrias de Tratamiento para la Protección Ambiental (Caitpa).
Según ese trabajo, en el país existen 402.711 empresas responsables de la generación de residuos industriales y peligrosos, pero de este porcentaje, solo 33.983 firmas operan con proveedores habilitados para su disposición final.
Durante el anterior período de estudio (mayo 2021/abril 2022) se habían producido unos 11,2 millones de toneladas, de las cuales se habían tratado correctamente el 9,6%.
“De un año a otro se generaron casi siete toneladas más, pero su tratamiento no creció en igual proporción. El saldo que se obtiene es un mayor descarte de materiales peligrosos, no peligrosos y patogénicos en el ecosistema”, alerta el informe, que agrega que la mayoría de esos residuos terminan en basurales ilegales o con escasísimos controles y medidas paliativas.
A cielo abierto
Según el informe sobre el “Estado del ambiente” a nivel nacional del año 2017, en Argentina hay alrededor de 5.000 basurales a cielo abierto, el equivalente a más de dos basurales por municipio, con una superficie total de 8.600 hectáreas.
Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), un tercio de los residuos generados en América Latina y el Caribe termina en basurales a cielo abierto, lo que provocando daños ambientales por su mala gestión.
Los basurales a cielo abierto son lugares donde se disponen residuos sólidos de forma indiscriminada, sin control de operación y con escasas medidas de protección ambiental. Al no tratarse en forma adecuada, esto pone en riesgo la salud de las personas ya que se contaminan recursos naturales como el agua, los suelos y el aire.
Según la ONU, cada año se recolectan en el mundo 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos. El proceso de desintegración que sufren al quedar estancados en basurales repercute en la emisión de gases tóxicos. De hecho, los residuos sólidos no tratados generan el 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
Impactos en la salud
Según la presidenta de la Catries, Claudia Kalinec, existen consecuencias peligrosas derivadas de la acumulación de la basura industrial no tratada en basurales: “Del 93% de los residuos que no se tratan de forma correcta, la mayoría va a parar a basurales ilegales contaminando el ambiente. Esto significa menor calidad de vida, ya sea por el impacto directo de la contaminación en el agua o por el humo que genera la quema, que también tiene consecuencias en la seguridad vial, entre otras cosas. Por eso decimos que la agenda ambiental, fundamentalmente el capítulo de residuos, es transversal a todas las áreas”, señaló la experta.
Por su parte, Gustavo Solari, desde la Caitpa, dijo que muchas veces los basurales a cielo abierto están en zonas habitadas por familias de bajos recursos.
“La gente que vive en estos lugares, muchas veces, extrae el agua de la napa freática, la que se encuentra a menor profundidad del nivel del suelo y, por ende, la primera que se contamina. También ocurre que familias construyen sus viviendas encima del suelo donde hubo un basural o sobre pisos que están rellenados con basura y la exposición a restos residuales sigue estando presente”, expresó.
Contaminación del aire
Está comprobado que la acumulación de basura produce un deterioro en la calidad del aire que se respira y Argentina no es una excepción a eso. Según una investigación del diario inglés The Guardian, Argentina está entre los cinco países con mayor cantidad de emisión de gas metano entre 2019 y 2023 por las emanaciones de los basurales a cielo abierto.
No solo se contamina el aire por un proceso lento de descomposición de estos residuos acumulados, sino que hay ciudades donde los basurales están al costado de rutas o autopistas. Es ilegal pero igual sucede y ha pasado que se quemen residuos de un basural y todo ese humo que se genera afecte directamente la visibilidad de los conductores que manejan por esos trayectos, una práctica sumamente peligrosa”, advirtió Kalinec.
Qué dice la ley
En la actualidad, la ley 25.916 establece que la responsabilidad por la gestión y la disposición de los residuos domiciliarios está a cargo de los gobiernos municipales. La herramienta de control que existe para asegurarse de que cumplen con la normativa es a través de certificados que se le otorga a cada municipio por disponer los residuos de particulares en una planta habilitada.
Con las empresas sucede lo mismo que con los municipios. Deben disponer sus residuos industriales en una planta habilitada y, así, reciben un certificado de disposición final.
Sin embargo, al igual que con los domiciliarios, no abundan las políticas integrales que aborden el problema desde una perspectiva provincial y también nacional, frente a los más de 18 millones de toneladas de residuos industriales anuales que produce la Argentina